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El presupuesto de la Eurozona solo destinará el 20% a países en crisis

La ministra de Economía, Nadia Calviño, aplaude los avances en el embrión presupuestario de la Eurozona

La ministra de Economía, Nadia Calviño

La ministra de Economía, Nadia Calviño / DAVID CASTRO

Silvia Martinez

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El presupuesto de la Eurozona empieza a tomar forma aunque no será el gran bazuka de miles de millones al que aspiraban Francia o España para ayudar a los países que deban afrontar crisis económicas imprevistas. Tras el acuerdo político alcanzado en junio, los ministros de economía y finanzas de la zona euro han acordado este jueves las modalidades de funcionamiento de este embrión presupuestario que ayudará a financiar programas de reformas e inversiones, que empezará a funcionar en 2021 pero que nacerá con una dotación limitada.

“Esun primer paso significativo más que simbólico”, ha insistido satisfecho el comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici. El nuevo instrumento para la convergencia y competitividad se nutrirá, de momento, del presupuesto plurianual de la Unión Europea para el período 2021-2027, que todavía está en fase de negociación entre los gobiernos europeos. La propuesta sobre la mesa plantea un cuantía de 17.000 millones de euros para siete años aunque solo el 20% (unos 3.400 millones) se reservará para apoyar a países en crisis, una cifra minúscula si se tienen en cuenta los miles de millones destinados en los últimos años a los países rescatados.

Según ha explicado el presidente del Eurogrupo, Màrio Centeno, el 80% de los fondos estarán preasignados entre los 19 países de la Eurozona –cada país tendrá que recibir como mínimo el 70% de lo que ponga- y se repartirán en función de su población y de su Producto Interior Bruto per cápita. Cada primavera los gobiernos tendrán que presentar ante la Comisión Europea un plan de reformas e inversiones, siguiendo las prioridades de la UE, y estarán obligados a cofinanciar un 25%. 

Elementos contracíclicos

Este porcentaje podrá, no obstante, reducirse a la mitad cuando se den “circunstancias económicas severas” lo que, junto con la hucha del 20%, abre la puerta a una función de estabilización que los países del norte, con Holanda a la cabeza, se negaban a aceptar. “Para nosotros era muy importante tener elementos que garantizasen que este fondo podía tener una actuación contracíclica, aunque la magnitud del fondo en sí no tenga un impacto macroeconómico material significativo, pero es un punto de partida que sí puede ser el embrión de un instrumento con un impacto más significativo en el futuro”, ha celebrado con satisfacción la ministra española, Nadia Calviño.

Algunos países, con Francia y Alema ina a la cabeza, querían que esta dotación pudiera ampliarse con asignaciones adicionales de los Estados miembros. La oposición de halcones como Holanda ha impedido que esta idea pueda volar aunque el acuerdo no cierra la puerta a utilizar esta vía en el futuro. Además, abre la puerta a que países de fuera del euro puedan sumarse aunque estos flecos deberán resolverse más adelante.