Economía circular

Por qué el futuro no es producir, sino reciclar

El ciclo de vida de un producto hasta la fecha quedaba definido por la extracción, la fabricación, el transporte, el uso o consumo y el fin de su vida útil. Sin embargo, en los últimos años ha surgido un concepto que quiere romper esta cadena para que los productos no solo tengan una segunda, tercera y cuarta vida, sino que también se permita un ahorro en los recursos. Es la llamada economía circular.

En los últimos años ha surgido un concepto que quiere romper esta cadena para que los productos tengan una segunda, tercera y hasta cuarta vida: es la economía circular

Economía Circular

Economía Circular / economia

Alberto Payo

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Así, las cosas vuelven a formar parte de estos ciclos reconvertidas en otras y duran mucho más tiempo. Es una tendencia que va más allá del mero reciclaje y que influye de manera transversal en multitud de sectores. Que incide en la reutilización del agua, de la energía, en el no abuso de los plásticos, etc. Pero que también puede cambiar negocios y generar otros nuevos

La economía circular no es una moda ni una tendencia pasajera, sino una alternativa más que necesaria. Los expertos calculan que para el año 2050 la población del planeta Tierra podría alcanzar los 9.600 millones de personas. Esto implica que al ritmo de consumo actual y con el estilo de vida que tenemos en este momento, requeriríamos entre dos y tres planetas Tierra para poder subsistir. Por lo tanto, se requiere no solo un cambio de mentalidad, sino también un cambio en la forma de producir y consumir y un giro hacia lo sostenible.

En Europa se han dado algunos pasos para ello. En diciembre de 2015 se publicó el paquete de la Unión Europea para una transición hacia la economía circular, con 54 medidas dirigidas a cerrar el círculo de ciclo de vida de los productos y que dejaba la puerta abierta a una colaboración con los Estados Miembros, entidades, organizaciones, etc.

Además, en septiembre de 2017 el Gobierno firmó junto a la UE el Pacto por la Economía Circular, al que se adhirieron inicialmente 53 entidades públicas y privadas pero que ya supera los 280 apoyos. Al plan, que podría acometer 70 actuaciones hasta 2020, se ha destinado un presupuesto de más de 800 millones de euros. Será un dinero bien invertido, ya que según estima la Fundación COTEC en su informe ‘Situación y Evolución de la Economía Circular' en los próximos años podrían generarse 580.000 nuevos puestos de trabajo en el Viejo Continente alrededor de esta tendencia.

Una oportunidad para países desarrollados y no desarrollados

Se espera que esta corriente incida además de forma positiva en regiones con menos oportunidades. “En la economía circular se generará mucha innovación y mucho empleo. Todas esas economías o países con áreas despobladas pueden encontrar soluciones, porque pueden hacerse nuevas industrias. Para aprovechar esos espacios degradados se pueden construir polígonos que tengan modelos de simbiosis industrial en los que se busque la optimización de agua y de energía”, explica para BYZness Anabel Rodríguez, directora ejecutiva de la Fundación para la Economía Circular. “No se trata solo de una política medioambiental, sino de una política de crecimiento. Esas dos áreas tienen que ir de la mano”, subraya.

En torno a la economía circular han surgido numerosos proyectos y startups españolas que tratan de que se produzca un óptimo aprovechamiento de los recursos. Así, en mayo de 2017 la empresa Ecoembes creo la iniciativa TheCircularLab (TCL), un centro de innovación ubicado en La Rioja y la primera aceleradora de startups de economía circular, con especial foco en gestión de residuos, concienciación y sensibilización ciudadana y ecoinnovación.

“La implantación definitiva de la economía circular beneficiará al conjunto de la sociedad sin distinciones. Los países o regiones que estén mejor posicionados serán los que alcancen mayores cotas de desarrollo. Por un lado, potenciando la generación de empleo, pero, además, fortaleciendo parámetros básicos como la protección del medioambiente”, señala Zacarías Torbado, coordinador de TheCircularLab. El responsable asegura que un modelo de economía circular requiere “especialización” y cree que las regiones pueden posicionarse con estrategias a medio y largo plazo “orientándose a objetivos concretos”.

En este sentido, dentro del Programa Horizonte 2020 la Unión Europea está financiando íntegramente (al 100%) proyectos de economía circular con más de 650 millones de euros dedicados a propuestas innovadoras. “Se está fomentando mucho la investigación, las experiencias piloto, la asociación y colaboración dentro de ese programa”, cuenta Rodríguez.

La educación, fundamental para abrazar la economía circular

Para que la economía circular se conozca y se adopte de forma generalizada, se deben de atacar varios frentes. En primer lugar, es necesario un impulso institucional. Además, las empresas también tienen que contribuir con innovaciones en este sentido que permitan el desarrollo de nuevos servicios, productos y metodologías para facilitar la circularidad de los recursos y la reducción del volumen de residuos. Igualmente, deberán generarse nuevos modelos de negocio y empleos especializados. A ello se suma que los ciudadanos tienen que concienciarse de que el cambio es necesario.

“Cada uno de esos agentes tiene un papel dentro de la economía circular. Entre otras cosas, al ciudadano se le exige modificar los hábitos de consumo. Para evitar un despilfarro de agua, de comida, de recursos, son necesarias campañas de formación y sensibilización”, sugiere Rodríguez. La responsable de la Fundación para la Economía Circular incide en que “es algo en lo que tenemos que trabajar todos. No es algo que se logre de la noche a la mañana”.

“Nada de esto sería posible sin la educación. Necesitamos que todo el mundo tome conciencia de la necesidad de hacer frente a problemas a los que nos enfrentamos el conjunto de la sociedad”, sugiere el coordinador de TheCircularLab. “La economía circular será el núcleo de la economía global o no habrá futuro. De hecho, ya se ha convertido en el futuro del desarrollo sostenible”, concluye Torbado.