SANEAMIENTO FINANCIERO

El Santander vende al fondo Blackstone el 51% de los activos inmobiliarios del Popular

El banco ingresará unos 5.000 millones, evita pérdidas adicionales y mejorará su capital

Ana Botín, presidenta del Santander, en la rueda de prensa que ofreció ayer.

Ana Botín, presidenta del Santander, en la rueda de prensa que ofreció ayer.

P. Allendesalazar / Madrid

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Santander ha cerrado en un tiempo récord la venta de una participación mayoritaria de los activos inmobiliarios del Popular al fondo Blackstone. Apenas 40 días después de ponerlos en venta y dos meses después de comprar el banco por un euro, el grupo presidido por Ana Botín ha cerrado este martes la operación, que le permitirá ingresar unos 5.000 millones de euros, no le supondrá pérdidas adicionales y reforzará su capital en 0,17 puntos, desde el 10,72% en que lo situó tras la reciente ampliación de capital de 7.072 millones que realizó para financiar la adquisición.

Una vez que las autoridades de competencia de la Comisión Europea han aprobado este martes sin restricciones la compra del Popular, el Santander y Blackstone van a crear una sociedad conjunta a la que traspasarán la mayoría de sus 'ladrillos' (créditos morosos y inmuebles adjudicados) con un valor bruto de unos 30.000 millones, además de Aliseda (la firma que los gestionaba) y derechos al menor pago futuro de impuestos (activos fiscales diferidos). El conjunto (excluyendo Aliseda) ha sido valorado en unos 10.000 millones, con un descuento del 66%. 

Esa quita está en línea con las provisiones que realizó el Santander gracias a la ampliación de capital para afrontar las pérdidas que le podrían ocasionar los activos (67% de cobertura), con lo que no le generará "ni plusvalía ni minusvalía material". El 51% de la sociedad será de Blackstone, con lo que los activos dejarán de formar parte del balance del banco. El fondo será el responsable de la gestión. Una vez logradas las autorizaciones habituales, está previsto que la operación se cierre el primer trimestre del 2018.

Con el mercado inmobiliario al alza, la operación supondrá para el Santander dejar de ganar un dinero que podría obtener en los próximos años quedándose los activos. A cambio, demostrará al mercado que puede solucionar rápidamente el principal problema que provocó la caída del Popular y mejorará su solvencia. Al mismo tiempo, al mantener una participación del 49%, se podrá beneficiar en esa proporción de los resultados de la futura venta de los 'ladrillos'. Además, los deja en manos de la gestión especializada de Blackstone, que posee unos 88.700 millones en activos inmobiliarios en el mundo.