«El éxito de Draghi es bajar el tipo de cambio del euro»

JOSEP-MARIA URETA

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J.-M.U.: ¿Este será el año del BCE?

J.O.: No. Hace años que ya es protagonista. Desde el 2011 ha salvado el sistema financiero inyectando cientos de miles de millones a bajo interés. Ahora lo que se le reclama es que actúe como la Reserva Federal de EEUU. Pero Europa no es un estado federal y ese es el drama, no somos los Estado Unidos de Europa sino 19 países que comparten soberanía monetaria. Conste que el BCE ya ha comprado deuda pública, aunque este año puede hacerlo ya de manera más explícita.

A.C.: Pero de manera tímida, no con la intensidad y la dimensión que tendría que hacerlo. De forma un poco coloquial, y no muy adecuada, pero que expresa mi idea, he dicho en alguna ocasión que el Banco Central Europeo es como un banco de sangre gestionado por testigos de Jehová a los que su religión les impide hacer transfusiones. Este año cambia de religión pero no tendrá aún el suficiente apoyo dentro del propio consejo y en el mundo de las élites políticas europeas para hacer eso. Pero yo creo que ocurrirá. ¿Por qué motivo? Porque hay un hecho nuevo en el 2015, Josep, no sé si compartimos esto, que podemos llamar de muy diferentes maneras, que es el miedo a la deflación en Europa.

J. O.: Ojalá tuvieras razón, Antón, pero  ¿qué pasaría con los tipos de interés? En Alemania están al 0,6%, ¿caerían al 0%? En España están al 1,7% ¿irían al 0,7%? ¿Esto alteraría sustancialmente los mecanismos de financiación del sector privado? Yo, sencillamente, creo que no. Hay un problema de oferta, pero sobre todo de demanda en el mercado interior. En cambio,  el BCE ha ayudado a bajar el tipo de cambio frente al dólar, del 1,38 al 1,19. ¡Bingo! Es bueno para los exportadores alemanes y españoles. Añádase aquí la caída del precio del petróleo. En estos momentos, Europa tiene unas condiciones de crecimiento que hace seis meses simplemente eran impensables.

A. C.: Tampoco estoy diciendo que la salvación ha de venir del BCE. Lo que digo es que hemos vivido una crisis de las que pasan dos veces cada siglo y ahí cada uno tiene que hacer su papel. La enfermedad requiere un cóctel de fármacos: las tesis monetarias de Freedman, la política fiscal de Keynes y las reformas de Hayek. ¿Cuál es la más eficaz? No lo sabremos.

J. O.: Mario Draghi ha dado varios gritos de alerta sobre el peligro de desaparición del euro. Y la respuesta de la Unión Europea.

A. C.: El plan de 300.000 millones es una filfa. La respuesta de las élites de Bruselas decepciona. Así, sin ser un modelo federal, podemos esperar poco de las decisiones que tome Draghi estos meses. H