La crisis del euro
Grecia apuntala un acuerdo político para aprobar un doloroso ajuste
Grecia parece destinada a dar elsía las draconianas nuevas medidas de austeridad exigidas por la troika (CE, BCE y FMI) a cambio de un nuevo préstamo de 130.000 millones de euros, necesario para evitar que el país suspenda pagos. La cumbre entre el Gobierno de Lukás Papadimos y los líderes de los partidos que le apoyan -socialdemócratas, conservadores y ultraderechistas- para ofrecer respuesta a las demandas de la troika, concluyó, después de ocho horas de encuentro, con un acuerdo en todos los puntos exigidos por la troika, «excepto en un tema», el de las pensiones, que provoca enfrentamientos entre las formaciones y que se seguirá debatiendo durante el día de hoy.
Al entrar a la reunión, el líder conservador Antonis Samaras se negaba a cortar las pensiones, sabedor de cuál es la horquilla de votos que lo mantiene primero en las encuestas. Y el ultraderechista Yorgos Karatzaferis exigía un dictamen judicial sobre la constitucionalidad del memorando de la troika, empeñado en demostrar que a Grecia aún le queda soberanía.
MÁS PRESIÓN/ La convocatoria de una reunión del Eurogrupo para hoy añadió más presión a los negociadores. Todos los mandatarios europeos aguardan la respuesta de Atenas, con la respiración contenida. Por la mañana, Mariano Rajoy había instado a Grecia a «cumplir con sus deberes» como hace España. La UE envió un mensaje al Gobierno griego dejando clara su «frustración», según reconoció un alto cargo europeo en declaraciones a Reuters, por la tardanza en decidir sobre el nuevo préstamo sumada al retraso que llevan las reformas ya aprobadas anteriormente.
Poco hay que festejar para los griegos. Es cierto que, con el nuevo préstamo, Grecia no acabará, de momento, en bancarrota como sí lo hubiese hecho sin él (el próximo día 20 de marzo afronta un pago de 14.400 millones en vencimientos de deuda de los que actualmente carece), pero el precio a pagar será muy grande para todos los griegos.
Según los cálculos del economista Savvas Robolis, director del Instituto de Trabajo de Grecia, en los dos años de austeridad que lleva Grecia se han recortado los salarios por valor de 9.200 millones de euros, lo que ha provocado un déficit de 4.200 millones de euros al año en las cajas de la Seguridad Social. Los nuevos recortes salariales, al reducir las contribuciones, no harán sino «agravar» el ya inmenso agujero, algo que pone en peligro todo el sistema de pensiones, por mucho que estas también se recorten.
RECHAZO POPULAR/ Igual de graves serán los efectos en el consumo, lo que pone en peligro la supervivencia de miles de negocios. Los griegos han visto cómo en los dos últimos años su poder adquisitivo se reducía más de un tercio teniendo en cuenta la bajada de sus salarios y el aumento de los precios, a causa de la tremenda subida de los impuestos indirectos. Por algo el 79% de los griegos se opone al acuerdo alcanzado ayer por su Gobierno con la troika y el 54 % tiene ya una opinión negativa de la Unión Europea. Eso sí, también la mayoría del país considera que una salida del euro solo empeorará la situación.
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