LOS EFECTOS DE LA CRISIS EN EL REINO UNIDO

Unas Navidades austeras

El 85% de los británicos rechaza el euro, pero a pesar de conservar la libra, el poder adquisitivo de los británicos se está resintiendo y las ventas festivas flaquean

Consumismo a la baja 8 Unos londinenses, de compras navideñas en Oxford Street de Londres, esperan a cruzar la calle.

Consumismo a la baja 8 Unos londinenses, de compras navideñas en Oxford Street de Londres, esperan a cruzar la calle.

B. A.
LONDRES

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Los británicos tienen en el bolsillo menos libras esterlinas estas Navidades. En eso no se diferencian de sus vecinos continentales, que tampoco andan sobrados de euros para cubrir los inevitables dispendios de estas fiestas. «Estoy buscando ofertas en internet para comprar los regalos de mis hijos, porque este año tenemos un presupuesto máximo de 200 libras (235 euros) para todos los extra navideños y no queremos pasarnos de ese límite. Es un problema, porque mis chicos son casi adolescentes y quieren móviles y videojuegos bastante caros», comenta Karen, separada y con dos hijos, que vive en Birmingham y está pasando el día en Londres con una amiga«viendo escaparates, más que nada».

Esta inglesa de 45 años, diseñadora de páginas en la web, cree que si el Reino Unido hubiera adoptado el euro, los británicos estarían«aún peor» y en eso coincide con la inmensa mayoría de sus conciudadanos.

En la última encuesta realizada el pasado verano sobre la hipotética sustitución de la moneda nacional, se batió un nuevo récord de respuestas negativas. El 85% de los consultados dijo estar en contra de cambiar la libra por el euro. Una radicalización comprensible, teniendo en cuenta la crisis en la eurozona, aunque la divisa patria ha sufrido un severo deterioro que refleja la mala situación de la propia economía británica. Hace una década la libra se cotizaba a un euro y medio, ahora solo cuesta 1,10 céntimos de euro.

Karen no se queja de su situación. Tiene trabajo y recibe ayuda de su exmarido, pero está extremando la cautela con los gastos porque«en estos momentos nadie sabe muy bien lo que va a pasar, ni cuando vas a acabar en el paro». «Lo de tirar de la tarjeta de crédito como antes, se ha acabado», indica.

Poco consumismo

El aumento del desempleo, la subida de los precios y el miedo a que la cosa vaya a peor pesa y mucho en el ánimo de los consumidores. A poco más de dos semanas de Navidad, los grandes centros y calles comerciales de Gran Bretaña deberían estar a rebosar, pero no es así. Ni en Oxford Street hay aglomeraciones, ni se percibe de momento el particular frenesí habitual de otros años por estas fechas. Los comerciantes confían en que se disparen las compras en el último instante tras el bajón de ventas de un otoño excepcionalmente cálido que ha dejado las prendas de abrigo y los artículos deportivos en las cajas de embalaje.

Con la esperanza de atraer a la clientela han hecho su aparición ofertas especiales y descuentos de hasta un 50%. A la desesperada, bastantes comercios han decidido adelantar este año las rebajas de temporada que tradicionalmente siempre comenzaban el 26 de diciembre. El director general de British Retail Consortium (BRC), la asociación que agrupa a los pequeños comerciantes, reconoce que«los consumidores no tienen aún la mentalidad navideña y por eso muchas tiendas están tratando de incentivar las ventas».La austeridad se está imponiendo.