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El candidato avala dar más voz al PSC en Madrid pero no dice cómo

Rubalcaba habla con Ros en los jardines del hotel Juan Carlos I, ayer.

Rubalcaba habla con Ros en los jardines del hotel Juan Carlos I, ayer.

ALBERT OLLÉS
BARCELONA

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Los dirigentes del PSC más vinculados a la dirección del PSOE, ya sea en la ejecutiva federal o en las Cortes, aseguran que muchos de sus compañeros del resto deEspaña son receptivos a las demandas de más autonomía y voz propia en Madrid. Pero lo cierto es que cuando a estos se les pregunta de forma directa da la sensación de que es uno de esos temas que les da fatiga y prefieren evitar.

Algo así sucedió ayer con Alfredo Pérez Rubalcaba cuando se le cuestionó no ya por la recuperación del grupo propio en el Congreso -que el PSC parece haber aparcado de nuevo pese a la insistencia de algunos de sus dirigentes- sino por la fórmula intermedia ideada por Miquel Iceta y plasmada en un acuerdo entre el alcalde de Lleida, Àngel Ros, y el de Sabadell, Manuel Bustos, para que los diputados tengan libertad de voto en los temas catalanes.

PROPUESTA CONSENSUADA / El candidato del PSOE esquivó el golpe con una finta y defendió que los socialistas catalanes tengan «más voz propia» y «visibilidad», pero sin concretar de qué forma. El exministro lanzó la pelota al tejado de sus socios «fraternales» y dijo que primero ha de salir una propuesta consensuada del congreso que celebrará en diciembre el PSC (en eso coincide con la dirección que aún lidera José Montilla).

Posteriormente, añadió, se decidirá «cómo se articulará esa visibilidad para que el grupo socialista mantenga una posición homogénea». Lo que en clave interna confirma que al PSOE no le hace ni pizca de gracia que sus diputados en la Cámara baja puedan votar unos contra otros, aunque sea en casos excepcionales. Y mucho menos que ello derive en un café para todos, al que se apunten los andaluces, los aragoneses y el resto. Ante esa perspectiva, Rubalcaba zanjó el debate con un «no es el momento de hablar de eso».

ESTRECHAR LAZOS COMUNES / A la espera de sentarse algún día a negociar este espinoso tema, la visita de dos días del aspirante a Catalunya ha servido, según fuentes socialistas, para estrechar lazos comunes. Además de los habituales encuentros informales con los miembros de la cúpula del PSC, Rubalcaba intercambió opiniones con otros dirigentes como Ros, e incluso buscó algún guiño de complicidad con Carme Chacón. Ayer, aseguró que, si gana, contará con ella para su Gobierno.