El mercado laboral

El calendario electoral juega en contra del empleo

Protesta contra los recortes sociales ante la Generalitat en abril.

Protesta contra los recortes sociales ante la Generalitat en abril.

ROSA MARÍA SÁNCHEZ
MADRID

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Empresarios y trabajadores encaran la última parte del año con incertidumbre y con el convencimiento de que habrá más despidos y un aumento importante del paro. Nadie se atreve a descartar que la cifra de parados pueda llegar a romper a final de año la dramática cifra de los cinco millones de parados, tal como ha advertido el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo. Y el calendario electoral juega en contra. Los sindicatos ya no esperan del Gobierno las medidas que, a su juicio podrían servir para reactivar la economía y del empleo. Las organizaciones empresariales, por su parte, parecen estar a la expectativa del nuevo Gobierno del PP que auguran las encuestas tras el 20-N y que, según los anuncios de Mariano Rajoy, podría traer un nuevo marco laboral mas próximo a la patronal.

SENSACIÓN DE BLOQUEO / «Nos gustaría un pacto de Estado para una salida más justa y equitativa de la crisis» resume el secretario de Comunicación de CCOO, Fernando Lezcano. Con este objetivo los líderes de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, remitieron una carta al presidente del Ejecutivo a mediados de agosto «con el fin de colocar la creación de empleo en el centro de la política económica del Gobierno», resume Toni Ferrer, secretario de Acción Sindical de UGT. Los sindicatos expresaban su disposición a prorrogar el acuerdo trianual de moderación salarial firmado con las organizaciones empresariales a principios del 2010 a cambio del desbloqueo en la negociación de los convenios colectivos pendientes de renovación y de la adopción de una reforma fiscal para obtener más ingresos de las rentas más elevadas y de las del capital, entre otras cuestiones.

Las últimas decisiones adoptadas por el Gobierno (como el nuevo decreto laboral que fomenta la contratación temporal) no van en la dirección esperada por los sindicatos. «Y no descartamos más sorpresas desagradables» añade Lezcano en alusión a la tramitación parlamentaria del proyecto de ley de reforma de la negociación colectiva (el plazo de presentación de enmiendas finaliza el 10 de septiembre) y del decreto laboral (el 15 de septiembre).

Del diálogo social con las organizaciones empresariales tampoco esperan gran cosa los sindicatos. Ya hubo un primer encuentro el 24 de agosto y, en principio, hay otro previsto para la semana próxima. Lezcano y Ferrer salieron de aquella reunión con la sensación de que «las organizaciones empresariales están bastante más condicionadas» por el calendario electoral que las centrales y no apreciaron en ellas determinación para desbloquear la negociación de los más de 3.000 convenios colectivos pendientes de renovación este año, que afectan a más de cinco millones de trabajadores.

«No se avanza porque se está esperando la nueva normativa sobre negociación colectiva» pendiente de tramitación en el Congreso de los Diputados, interpreta Josep González, presidente de la patronal catalana Pimec. En todo caso, según González, la propuesta que ha llegado al Congreso no da respuestas adecuadas a cuestiones como «la posibilidad de entrar o salir del convenio» o el absentismo, entre otros aspectos.

Desde el punto de vista de Pimec es urgente un cambio de orientación en la política económica. «Ahora toca hablar más de reactivación y menos de estabilidad financiera y económica», asegura González. El presidente de Pimec dice encarar el otoño con «esperanza», porque considera que la reestructuración de la banca y la reducción del déficit están encauzadas y con «resignación», porque no ve llegar las medidas que, a su juicio, deberían servir para estimular el consumo privado y favorecer la financiación de las empresas.

«OTOÑO CONVULSO» / «Me temo que va a ser un otoño convulso», pronostica Lezcano. Los sindicatos han convocado para el 6 de octubre una gran jornada de protesta contra las últimas medidas laborales. «Habrá más movilizaciones si se producen nuevas agresiones», añade el portavoz de CCOO. «Un periodo de tanta incertidumbre sobre el crecimiento y el empleo exige de los sindicatos el máximo de responsabilidad. Hemos de combinar la voluntad de negociación con los procesos de movilización en defensa de los derechos laborales», puntualiza Ferrer.