El pacto en Estados Unidos

Obama firma la ley que evita la suspensión de pagos en EEUU

RICARDO MIR DE FRANCIA
WASHINGTON

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Después de muchos meses de un agrio debate que ha puesto de manifiesto la disfuncionalidad del Congreso de EEUU y el abismo que separa a los dos grandes partidos a la hora de afrontar los desequilibrios de la economía, el país dejó atrás la amenaza de una suspensión de pagos. Menos de 12 horas antes de tener que declararla. El presidente, Barack Obama, ratificó la ley que permitirá al Estado aumentar el techo del endeudamiento para cubrir sus facturas más allá de las presidenciales del 2012, después de que el Senado ratificara holgadamente la propuesta aprobada la víspera en la Cámara baja. Salvada la ciénaga, todos querían ayer pasar página.

No hubo en la Casa Blanca ninguna ceremonia para ratificar el acuerdo, como suele hacerse tras las grandes batallas legislativas. «Este es un importante primer paso para asegurarnos como nación que no vivimos por encima de nuestras posibilidades», dijo Obama durante una breve comparecencia en el jardín. El plan de reducción del déficit aprobado prevé un recorte del gasto de un mínimo de 2,1 billones de dólares durante una década. Pero sobre todo impone un giro radical en la forma en la que Washington ha gestionado la economía en los últimos años.

Del gasto público masivo para estimular la economía se va a pasar a una estricta dieta de recortes y ahorro. Seguramente el mayor triunfo de los republicanos ha sido imponer su urgencia por controlar el déficit y poner coto al gasto, a pesar de que muchos consideran que el ajuste se queda corto y difícilmente podrá solventar el desequilibrio actual.

REPROCHES/ Los demócratas han reprochado a Obama que renunciara a subir los impuestos, aunque el presidente insistió ayer en que confía que del comité bipartidista que preparará la segunda fase del ajuste salga una reforma fiscal. «No podemos equilibrar el presupuesto sobre las espalda de aquellos que más han sufrido durante la recesión», afirmó.

Obama sabe que su reelección dependerá en gran medida de la marcha de la economía y ayer se esforzó por mirar hacia el futuro centrándose en las preocupaciones reales de la población, asqueada por el espectáculo de esta última refriega política. Tras el receso estival, propondrá al congreso una serie de medidas para «reactivar el empleo, aumentar los salarios y acelerar el crecimiento». Parte de su futuro podría estar en manos de las agencias de calificación. «No sé que va a pasar», dijo ayer el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, tras ser preguntado si la amenaza de la rebaja de la solvencia de la deuda había pasado.