NUEVOS MODELOS DE NEGOCIO EN EL SECTOR INMOBILIARIO

Rentabilidad garantizada

En el despacho 8 Yuri Rabassa, director general de Petrus.

En el despacho 8 Yuri Rabassa, director general de Petrus.

ROSA MARÍA SÁNCHEZ
MADRID

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El pinchazo de la burbuja inmobiliaria pilló a los promotores con casi un millón de viviendas nuevas sin vender. Muchos no lo han podido soportar y han quebrado. Otros se han buscado la vida. Petrus es una inmobiliaria familiar de origen catalán, especializada en la restauración de edificios emblemáticos, que se afincó en Madrid hace bastantes años y que ha encontrado en el alquiler de cortas temporadas la fórmula para dar salida a una singular bolsa de viviendas ubicadas en el centro de Madrid y Barcelona.

Para ello ha diseñado un producto «a mitad de camino entre la inversión financiera y la inmobiliaria», explica Yuri Rabassa, director general de Petrus, e hijo del fundador. El producto ha sido bautizado como Premium Property Investment (PPI) y se comercializa desde septiembre, después de su exitoso ensayo durante los años más duros de la crisis inmobiliaria.

«Hace tres años las ventas de pisos se pararon», recuerda Rabassa. «El alquiler convencional no nos convencía. La ley te obliga a hacer un contrato por cinco años y no sabíamos cuánto iba a durar la crisis». Petrus examinó la posibilidad del alquiler de temporada. Ese que reclaman sobre todo ejecutivos de empresas o diplomáticos para ocupar una vivienda durante unas semanas o algún mes, como alternativa a la habitación de hotel. Se dieron cuenta de que esta fórmula permitía una rentabilidad muy alta (el precio medio del alquiler es de unos 80 o 85 euros por día) si bien exigía una gestión muy profesional. «En los tres últimos años los resultados obtenidos han sido tan buenos», según Rabassa, que Petrus se ha decidido a explotar hacia fuera este modelo de negocio. Ahora ofrece a los inversores particulares la posibilidad de comprar pisos en lugares céntricos de Madrid y Barcelona que podrán destinar al alquiler de temporada gestionado por Luxury Rentas (gestora participada por Petrus), a cambio de una rentabilidad garantizada del 5% anual durante tres años, con pagos trimestrales.

Para un piso de entre 400.000 o 500.000 euros de precio de venta, esta rentabilidad supondría de 20.000 a 25.000 euros en cada uno de los tres próximos años. Los gastos de comunidad, IBI y mantenimiento corren a cargo del propietario (o del inquilino, si es el caso).

No todas las viviendas sirven para este uso. Las idóneas son las situadas en lugares céntricos, con uno o dos dormitorios, de entre 55 y 90 metros cuadrados, bien amuebladas. «Nos ocupamos hasta del juego de café», explica el director, Petrus dispone de 23 viviendas de este tipo en el Ensanche de Barcelona y otras 70 en Madrid y proyecta una cartera de 200 inmuebles para este uso en el plazo de dos años.

Alguna firma de banca particular sopesa incorporar este producto entre el abanico de posibles inversiones para sus clientes. «No es una multipropiedad. El inversor es el dueño y en cualquier momento puede decidir retirar la vivienda del régimen de alquiler», explica Yuri Rabassa.