UN PROBLEMA MUNDIAL

El monstruo de las cloacas provoca grandes costes

Campaña de concienciación contra el uso de toaliitas húmedas

Campaña de concienciación contra el uso de toaliitas húmedas

Lluís Muñoz / Barcelona

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Informar y educar al ciudadano en buenas prácticas puede ser una de las vías más rápidas para cambiar el mundo. Ya lo decía el escritor, Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”. Por desgracia, existen problemas silenciados que afectan tanto al discurrir de la ciudad, como a nuestro día a día, y la mejor forma para solucionarlos es desde la pedagogía. Y las toallitas húmedas son unos de ellos, no solo en Barcelona sino también en las alcantarillas de todo el mundo. 

“El problema no solo viene por los atascos en las tuberías de las fincas donde se desechan incorrectamente, sino en la afectación que tienen las toallitas en las cañerías municipales, así como en grandes colectores, como ha sucedido en Londres, Nueva York o San Sebastián”, declara Ignasi Batallé, jefe de planta de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) del Besòs. Las toallitas húmedas están hechas con fibras muy resistentes, tardan mucho tiempo en deshacerse y esto hace que se produzcan atascos.

Hay toallitas de muchos tipos: higiénicas, desmaquillantes, bronceadoras o desodorantes. Y todas comparten la misma regla: no se pueden tirar al váter. Un lugar al que solo puede ir el papel higiénico. “El problema no es una toallita, sino las miles que se tiran y se enredan entre ellas y con otros residuos, terminando en las alcantarillas. Consecuentemente, se forman grandes bolas que pueden obstruir tuberías, pero también las bombas de las estaciones que llevan el agua a depuradoras y maquinaria de la propia planta”, explica Batallé.

Pero es evidente que no es un acto vandálico. Nadie tira una toallita con la voluntad de dañar. “La mayoría de gente no sabe cuál es el ciclo del agua hasta que vuelve de nuevo al medio, ni los problemas que comporta”, dice Batallé. El culpable no es otro que la falta de información sobre los efectos que tienen las toallitas en las tuberías y, consecuentemente, en la economía de todos. “Además de tener efectos económicos, lanzar una toallita al váter, también tiene efectos medioambientales, porque cuando hay lluvias intensas, el agua que no es absorbida por el sistema de alcantarillado, termina en el mar y en los ríos junto a todo lo que se tira”, cuenta Batallé.

Concienciación

Por ejemplo, 8 de cada 10 servicios de limpieza de tuberías son por atascos provocados por las toallitas húmedas. Como mínimo, el coste de la reparación para las comunidades de vecinos es de 300 euros. El 46% de las emergencias registradas por Aigües de Barcelona durante el 2014 tenían relación con las toallitas. Estos datos evidencian la necesidad de actuar contra este problema. La solución está en la concienciación. Aunque con matices: “Nadie quiere ver una compresa o unas toallitas cuando nos bañamos en la playa. Hay que darse cuenta de que eso lo generamos nosotros mediante pequeños actos”, lamenta Batallé.

Josep Gassó fue el responsable de la primera campaña, de la EDAR Gavà-Viladecans, de concienciación contra el mal uso de toallitas. Se realizó durante tres semanas en los municipios de Sant Boi de Llobregat, Gavà, Sant Climent de Llobregat, Viladecans y Castelldefels. La iniciativa contó con una acción destinada al comercio local: en bares y restaurantes se depositaron 832 papeleras para toallitas, 1.160 adhesivos de concienciación, 7.230 trípticos de información y 755 carteles. También tuvo lugar la acción en los mercados municipales con 9.539 papeleras, 10.485 adhesivos y 9.425 trípticos, y se hicieron 30 sesiones de sensibilización en las escuelas.

El éxito ha sido rotundo, no solo por la acogida de la población, sino por los resultados en la EDAR Gavà-Viladecans, que confirman que mediante la concienciación, todo es posible. En 2016, de enero a septiembre, se registraron 265,22 toneladas de residuos, mientras que en el 2017, se han registrado 243,64, siendo el mejor resultado desde el 2012.

Segunda campaña

Con motivo del Día Mundial del Retrete, celebrado el 19 de noviembre, Aigües de Barcelona va a iniciar la segunda campaña de concienciación, esta vez con la organización de la EDAR del Besòs. Los municipios participantes son Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besòs y Badalona, junto a los distritos de Sant Andreu y Sant Martí (Barcelona). “La campaña va a tener diferentes líneas de acción: en la calle, en mercadillos, bares, restaurantes y comercios. Por internet, mediante web y redes sociales. Se hará formación pedagógica en escuelas con el programa Aqualogía. Y por último, se realizarán visitas a la EDAR Besòs y a la EDAR Montcada. Nuestro objetivo es seguir con el éxito iniciado en la primera campaña, concienciando a la ciudadanía para que no tire las toallitas por el WC. Esperamos hacer más campañas similares en el futuro y terminar con esta problemática que afecta a todos”, detalla Eduard Bosch, director de la Zona Besòs de Aigües de Barcelona.

Es difícil cuantificar los costes que generan la retirada de las toallitas de la red de alcantarillado y de las rejas de desbaste de las depuradoras. Sin embargo, según datos de la Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (AEAS), se retiraron 2.515 toneladas de residuo de desbastes. De estos residuos, el 80% son toallitas. Es decir, unas 2.012 toneladas. El coste aproximado del transporte y el tratamiento de este residuo es de unos 164.000 euros anuales. Es destacable también, que entre el 5%-10% de los residuos de las limpiezas de la red de alcantarillado corresponden a las toallitas, aumentando entre un 4%-6% los costes del ciclo integral del agua, o lo que es lo mismo, unos 4-6 euros por habitante al año, lo que equivale a 200 millones de euros al año en toda España. Por otra parte, los costes de limpieza aumentan un 1.000% y un 18% los costes de mantenimiento de las EDAR. Datos suficientes para tomar medidas.

Pero la responsabilidad no solo recae en los ciudadanos. Los fabricantes de toallitas deben cambiar su estrategia. “Lo primero es la pedagogía, sin embargo, es difícil luchar contra las toallitas cuando los fabricantes ponen en los envases que sí que pueden ir al WC. Cuesta dar un mensaje contrario a eso, sobre todo, teniendo en cuenta que va contra la comodidad del usuario”, explica Ignasi Batallé.

Efectos causados

Según un análisis de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), y tras analizar 19 toallitas húmedas especificas para higiene infantil, ninguna de ellas resultó ser ni desechable ni biodegradable. 15 de las 19  marcas de toallitas húmedas anunciaban en el paquete, que eran desechables, generando consecuencias terribles para el sistema de alcantarillado.

Pero también cabe destacar los efectos que tienen las toallitas en la fauna marina. Según datos del Instituto Español de Oceanografía, uno de cada seis peces comestibles contiene microplásticos en sus estómagos. Un dato terrible que demuestra que los residuos no solo afectan a los animales, sino también, a través de las consecuencias medioambientales, a las personas.

Hacia una regulación del problema

<span style="font-size: 1.6rem;">Desde la Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor) se está redactando una Norma UNE  para determinar qué se puede considerar como <em>flushable</em>, es decir, rechazable por el váter y qué no, para atacar el origen del problema: los fabricantes. Desde principios de 2016, hay un grupo de trabajo con representación de gestores de saneamiento, productores de toallitas y comercializadores, elaborando esta norma UNE en España que regule el carácter de desechable, ayudando a la preservación y buen funcionamiento de las redes de saneamiento.</span>