La ronda italiana

Una escapada sorprende al pelotón del Giro

Victoria inesperada del francés Benjamin Thomas, con Tadej Pogacar al frente de la general, antes de la etapa con tramos sin asfaltar.

Barcelona acogerá la salida del Tour 2016.

Benjamin Thomas celebra la victoria de la quinta etapa en el podio del Giro.

Benjamin Thomas celebra la victoria de la quinta etapa en el podio del Giro. / GIRO DE ITALIA

Sergi López-Egea

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Una fuga sorprendió al pelotón. De mil veces que se produce una escapada, sólo una llega a meta. Ocurrió este miércoles, en Lucca, en la tierra que vio nacer a Giacomo Puccini, en una ciudad que, turísticamente, vive entregada al recuerdo del músico y que, en ocasiones, recibe a los ciclistas, al Giro, para tumbar la previsión, aquella que decía que un esprint volvería a escoger al ganador del día, con muchos números Jonathan Milan, la estrella italiana cuando todo indica que se va a producir una llegada masiva.

Sonó la música para el ciclista francés Benjamin Thomas, un corredor de 28 años que es una estrella en los velódromos, pero al que le cuesta destacar mucho más cuando se coloca frenos de disco en la bici y se lanza por las rutas asfaltadas de las carreteras. Fue uno de los cuatro aventureros del día, por los que no se daba un euro hasta que, a falta de cinco kilómetros, con medio minuto de ventaja, se empezó a hacer cálculos, cuando se comprobó que no bajaba la ventaja y que iban a tener una oportunidad para romper la previsión, como cuando llueve y nadie lo espera.

Pogacar, calmado

Thomas ganó, en otro día de calma tensa para Tadej Pogacar que sabe que, en este tipo de etapas llanas, donde se vuela sobre la bici, más vale pensar en lo que vendrá, estar atento para que no haya un sobresalto que le enturbie el día y comprobar desde la barrera si llega la escapada o si los esprínters se lían entre ellos, sin mirar atrás, sin miedo y con el objetivo de ganar una etapa que en lo que queda de semana van a tener más complicado de conseguir.

Porque este jueves, el Giro entra en territorio peligroso. Son cuatro días en los que se mezclan todo tipo de terreno: primero la tierra toscana, con un color marrón que parece blanco y luego una contrarreloj de 40 kilómetros, larguísima si se tiene en cuenta la normativa actual de trazar este tipo de etapas con un recorrido corto para impedir que un ciclista como Pogacar, diestro en la especialidad, marque una distancia espectacular.

Montaña y encerrona

Pero no acaba allí la fiesta de esta primera entrega del Giro, antes de que toque lunes al sol, con una etapa de alta montaña y un recorrido dominical por los alrededores de Nápoles donde si los corredores quieren se puede organizar una buena encerrona, sobre todo para tratar de molestar a ‘Pogi’, por si le ha dado por romper la banca en la contrarreloj. 

Por eso, este jueves habrá que estar atento a los tres sectores de tierra, de ‘sterrato’, de gravel o como se le quiera denominar, porque es una llamada a la ofensiva sin que atemorice a Pogacar porque él, en Siena, a sólo 30 kilómetros de la meta de Rapolano Terme, ha ganado dos veces la Strade Bianche para demostrar que no sólo no le asusta conducir la bici por tramos sin asfalto y alguna piedra desdichada sino que es un artista en la especialidad.

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