QUINTO DUELO CON EL OLYMPIACOS

Satoransky: "Es el partido grande de la temporada y no querría jugarlo en otro sitio que no fuera el Palau"

El cuarto partido: El Olympiacos emplaza al Barça al quinto partido con una paliza

El tercer partido: Un Barça tenaz se agiganta en Grecia para pintar la serie a su favor (2-1)

El segundo partido: El Barça reacciona en defensa y Parker afina el ataque

El primer partido: El Barça tropieza en su primer paso hacia la ‘final four’

Tomas Satoraransky, en la sesión de tiros final del entrenamiento.

Tomas Satoraransky, en la sesión de tiros final del entrenamiento. / Valentí Enrich

Joan Domènech

Joan Domènech

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Ya se han disputado dos competiciones (Supercopa de España y Copa del Rey), y hay dos trofeos más en el horizonte aún lejanos (Euroliga y Liga), pero el Barça de básquet se prepara para disputar "el partido grande de la temporada".

¿El primero? ¿El tercero? ¿El úlltimo? Todavía no se sabe, pero Tomas Satoranksy ha calificado con tan insuperable relevancia el duelo frente al Olympiacos de esta noche, el quinto partido de la eliminatoria de la Euroliga y que abre o cierra las puertas de la Final Four de Berlín (del 24 al 26 de mayo).

Es el partido grande de la temporada "y yo no querría jugarlo en otro sitio que en el Palau", añadió el base checo, reivindicando el valor del privilegio que supone jugarse las castañas, media temporada, a 40 minutos. O 45 o los que sean. El equilibrio de fuerzas preside el enfrentamiento entre el Barça y el Olympiacos, aunque el precedente más inmediato, el cuarto partido de la serie, sellara una paliza de 34 puntos de diferencia.

Roger Grimau se refresca en la sesión preparatoria de sant Joan Despí.

Roger Grimau se refresca en la sesión preparatoria de sant Joan Despí. / Valentí Enrich

La garantía del campo

El partido más grande, "junto con la final de la Copa del Rey", matizaba Roger Grimau a su pupilo, sin restar ni un ápice de la trascendencia del choque europeo, precisamente por ser la frontera de la clasificación al evento definitivo de la máxima cita continental. El Madrid ya ha pagado la reserva del hotel de Berlín.

También precisó Grimau el grado de relevancia del factor pista. Influyente, pero no definitivo. El técnico espera que el Palau sea "el de las grandes noches que he conocido durante 45 años" (esa es su edad, no la antigüedad del recinto, que cumplirá 54 años en octubre), pero advirtió al tiempo que "jugar en casa o fuera no te garantiza ni ganar ni perder". Así se ha visto en la eliminatoria, con un triunfo en cancha ajena de cada equipo: el primero del Olympiacos en Barcelona, que cargaba de presión a los azulgranas y le arrebataba la ventaja del campo, y el primero del Barça en Atenas que amenazaba a los rojiblancos con una eliminación ante su ardorosa hinchada.

"Jugar en casa o fuera no te garantiza ni ganar ni perder. Lo que te da jugar en casa es un plus de energía, te ayuda, pero has de hacer muchas cosas bien en el partido"

Roger Grimau

— Entrenador del Barça

El grupo se reúne al final de la sesión preparatoria de Sant Joan Despí.

El grupo se reúne al final de la sesión preparatoria de Sant Joan Despí. / Valentí Enrich

La excitación que viene

"Lo que te da jugar en casa es un plus de energía, te ayuda, pero has de hacer muchas cosas bien en el partido, y más en este, para ganar", desgranó el técnico, tan cansado de aludir a "los detalles" que pueden ser decisivos -"hablamos de igualdad desde la primera jornada", recordó-, como excitado por la noche que se avecina, "dándole vueltas a todo y con esa inquietud en el estómago" que ya vivía cuando era jugador.

No es una experiencia nueva para Grimau. Ni tampoco para los jugadores. Tal vez sean las sensaciones de Satoransky, aunque no las verbalizó. Con 32 años, y diez campañas en la élite, entre la ACB y la NBA, el base checo visualizaba que el duelo se decidirá a partir de la defensa, una característica propia de los quintos partidos por la tensión propia del choque definitivo.

"¿En qué año de la historia un equipo del Barça, de cualquier sección, no ha tenido que ganar un partido?", preguntaba Grimau sobre la presión que existe en el club.

Roger Grimau, en la sala de prensa de sant Joan Despí.

Roger Grimau, en la sala de prensa de sant Joan Despí. / Valentí Enrich

Mal reparado

Grimau y Satoransky conocen perfectamente la presión del club. "¿En qué año de la historia un equipo del Barça, de cualquier sección, no ha tenido que ganar un partido?", preguntaba Grimau, que ha procurado enterrar el recuerdo del último antecedente con el Olympiacos. Satoransky cree que la moral se reparó con los 20 puntos remontados ante el Gran Canaria, aunque costara una prórroga de cansancio.

"A partir del segundo cuarto no salió nada redondo. Perdimos mal, no nos vamos a engañar, nos pasaron por encima", admitió Grimau, incidiendo en que una derrota más ajustada habría generado la misma situación: la cita en el Palau.