LA GRAN NOCHE EUROPEA DE XAVI

El pulso de los banquillos: Cuando 'Pelopo' se impuso a 'Lucho' en París

Un Barça pletórico conquista París (2-3)

Así hemos contado el triunfo del Barça en París (2-3)

Luis Enrique y Xavi, durante el PSG-Barça en el Parque de los Príncipes.

Luis Enrique y Xavi, durante el PSG-Barça en el Parque de los Príncipes. / Yohan Valat / Efe

Marcos López

Marcos López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Faltaba aún una hora para iniciarse el partido cuando Luis Enrique, como anfitrión, se cruzó en el túnel de vestuarios con Xavi. Charla relajada, cómplice y llena de bromas tras un abrazo efusivo. Dos viejos amigos que se reencuentran, con buen rollo por parte del técnico asturiano, quien, como él mismo dijo antes del duelo, se siente mejor representante del estilo azulgrana. Se abrazaron como si nada hubiera pasado antes del monumental triunfo azulgrana en París (2-3). 

¿Ocurrió algo? Sí y no. Sí porque se debatía sobre el patrimonio del Barça. Y no porque Luis Enrique solo quiso reinvidicarse en la sala de prensa antes de lanzar un par de puñetazos ficticios en el interior del estadio. Lo hizo segundos antes de apretujar a su colega, que fue en su día compañero, luego jugador suyo (2014-2017) y ahora rival del banquillo (2024). 

Luis Enrique y Xavi, en el Parque de los Príncipes durante el PSG-Barça.

Luis Enrique y Xavi, en el Parque de los Príncipes durante el PSG-Barça. / Stephanie Lecocp / Reuters

"¡Pelopo!", le comenzó gritando el asturiano al egarense recuperando ese apodo que ha tenido siempre, mientras hacía esos gestos de boxeador. "¡Qué agresividad! ¡Qué agresividad!", le respondió el técnico del Barça. «¡Qué dice agresividad si ya sabes cómo voy siempre!», le replicó después el entrenador del PSG. "No protestes, me cago en la hostia que te cojo de los huevos", le soltó luego Luis Enrique a Xavi antes de colarse cada uno en su vestuario para librar un partido que nunca habían vivido antes. ‘Lucho’ contra ‘Pelopo’.

Cambios decisivos de Xavi

Aún tuvo tiempo el asturiano de abrazarse a Pedri y Gavi, jugadores suyos en la selección española, mientras Ronaldinho se paseaba feliz por el Parque de los Príncipes saludando a los ultras del conjunto parisino y abrazándose a Mbappé. Luego, en el partido, ambos técnico intervinieron con acierto. Luis Enrique reaccionó tras el 0-1 de Raphinha tomando medidas drásticas en el descanso.

Quitó a Marquinhos de lateral derecho y lo puso de central donde estaba Lucas Hernández, a quien confinó en la banda, además de dar entrada a Barcola como extremo derecho, enviando a Dembélé a la posición de ‘falso nueve’, enclaustrado Mbappé en la izquierda. Y en tres minutos trágicos (del 48 al 51) llegaron los dos goles del PSG, lo que provocó una atinada y acertada reacción de Xavi. 

Christensen marca el gol del triunfo ante el PSG.

Christensen marca el gol del triunfo ante el PSG. / Afp

Apostó el técnico azulgrana por jugadores creativos (João Félix y Pedri), que tuvieron recompensa inmediata con la asistencia del canario a Raphinha para el 2-2. Cambios de Xavi que cambiaron, y de verdad, y para bien al Barça. Sacó a Ferran Torres y Christensen (m. 76) y un minuto más tarde el 2-3 a balón parado. Córner sacado por Gündogan y cabezazo del danés para el 2-3.

O sea, ‘Pelopo’ se levantó en una enloquecida segunda mitad para levantar a su Barcelona. Y, además, enjauló de tal manera a Mbappé, que lo dejó seco. Literalmente seco, incapaz de hacerle daño alguno a Koundé, ayudado por Araujo, su red de seguridad. Ni un tiro a puerta firmó el delantero y capitán del PSG. En 94 minutos, disparó tres veces:una fuera y dos bloqueados.

Sin Sergi Roberto y Christensen

Desactivada la gran estrella francesa, Xavi se marchó orgulloso de vuelta a casa tras firmar un soberbio triunfo en París, preocupado, eso sí, porque la próxima semana en Montjuïc no tendrá ni a Sergi Roberto (vio la amarilla) ni tampoco a Christensen (amonestado con ota tarjeta).

Raphinha celebra su gol, que era el 0-1 del Barça al PSG en el Parque de los Príncipes.

Raphinha celebra su gol, que era el 0-1 del Barça al PSG en el Parque de los Príncipes. / Stephanie Lecocp / Reuters

Terminado el encuentro, con los jugadores azulgranas dirigiéndose al rincón del Parque de los Príncipes donde habitaron 2.100 culés, el técnico se abrazó con Luis Enrique. El segundo abrazo de una noche en la que Joan Laporta desde el palco exteriorizaba su enorme alegría atisbando la semifinal de la Champions. Y, además, defendió, pese a esos dos goles encajados en tres minutos, con equilibrio, cometiendo tan solo ocho faltas.

Perdió el Barça la posesión (se quedó con el 44%) y se quedó sin el balón, aunque tuvo la personalidad necesaria para reconstruirse de ese horrible inicio de la segunda mitad. Y dejó en París la gran huella europea que perseguía Xavi desde hace mucho tiempo.