EL ANÁLISIS

La contracrónica del Atlético-Barça: Simeone-0, João Félix-2

Un gol en Montjuïc y un gol en el Metropolitano permiten al delantero portugués reivindicar su calidad ante el equipo y el entrenador que le repudian.

Un Barça monumental en el Metropolitano clama que va en serio

João Félix celebra con discreción el 0-1, obra suya, ante su exequipo.

João Félix celebra con discreción el 0-1, obra suya, ante su exequipo. / Europa Press

Joan Domènech

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Resuelto el misterio de conocerse que João Félix sería titular en el regreso al Metropolitano, quedaba por comprobar si el portugués sucumbiría a la presión del ambiente que le aguardaba o si se expresaría como en cualquier campo, sin ser él, precisamente, un futbolista vehemente de gestos y maneras sobresalientes.

Aterrizó João Félix tratando de refugiarse en la discreción. Aseguraba que le complacían los partidos “picantes” y que regresaba “extramotivado”, sabiendo que se enfrentaba a una noche complicada para todos sus compañeros y “peor” para él. Trataba, así, de despojarse de una personalidad aparentemente pusilánime, cobarde a juicio de algunos, indolente a ojos de otros.

João Félix celebra a distancia, con el banquillo, el gol que anotó y que suponía el 0-1.

João Félix celebra a distancia, con el banquillo, el gol que anotó y que suponía el 0-1. / Europa Press

Vio el Metropolitano al João Félix que conocía y al que repudiaba por la falta de espíritu guerrero que tanto promueve Diego Simeone con sus ideas y sus aspavientos. Aspavientos que tanto condenan a Xavi, por cierto, y por los que fue expulsado antes de que concluyera el primer tiempo. Tras ser amonestado con una amarilla, vio una roja al cabo de un minuto.

Andaba de puntillas João Félix por el partido, sin apenas intervenir, pero no le hizo ascos a un maravilloso centro atrasado de Lewandowski para dar un pase a la red. No fue ni un disparo, solo un suave y delicado toque en carrera cruzado. Había marcado el 1-0 del partido de Montjuïc, motivo por el que se le esperaba de uñas. Pitado en cada intervención, la hinchada coreó el nombre Simeone cuando fue sustituido.

João Félix y Fermín, autores del primer y el tercer gol, con Héctor Fort.

João Félix y Fermín, autores del primer y el tercer gol, con Héctor Fort. / Juanjo Martín / Efe

En la placa de homenaje que tiene en el exterior del estadio se cometieron toda una serie de ultrajes de los aficionados rojiblancos. No pudo verlos ni supo de ellos, por supuesto, pero contestó de la mejor manera que puede hacerlo un futbolista: dando lo mejor de sí en la platea verde. Con el gol de la ida y el gol de la vuelta, mientras Simeone completaba el segundo cero y el quinto partido frente a Xavi perdiendo.

Un gol y dos asistencias

Decían del Atlético que había perdido solvencia defensiva porque a Simeone le había dado por involucrarse en el juego de ataque, un déficit que se le achacaba al equipo y a él como entrenador. El aumento de los goles marcados no es tan relevante como el de los goles encajados.

Hace semanas que Jan Oblak se ha despedido de obtener el sexto Trofeo Zamora. Justo cuando Simeone cargó el ataque con Griezmann y Memphis durante el descanso, aparecía Lewandowski para ampliar el resultado. Después de tres partidos ante el Atlético venciendo por 0-1, el polaco colocaba el 2. Antes y después dio las asistencias de los otros goles. No es menos cierto que Ter Stegen hizo dos excelentes paradas a tiro de Llorente y Memphis para evitar que el once local recortara distancias. Fermín, el abroncado Fermín -Xavi le reclamaba que atacara el espacio en profundidad- conectó un gran cabezazo que puso a salvo el triunfo.

Héctor Fort pugna con Nahuel Molina.

Héctor Fort pugna con Nahuel Molina. / Valentí Enrich

Fermín, el hermano mayor

En la pizarra del vestuario era suplente. Al empezar el partido, era titular de golpe. El Barça, que había perdida a Joao Cancelo antes de tomar el avión, perdió a Andreas Christensen en el calentamiento. El plan para que el danés fuera el mediocentro, con la novedad de Sergi Roberto a su vera, saltó por los aires y obligó a retrasar a Gündogan.

El elegido para entrar fue Fermín, el centrocampista que mejor llega del equipo. Lo que perdía el Barça en equilibrio defensivo, lo ganaba en las apariciones ofensivas que garantiza el joven interior onubense, el hermano mayor de los niños menores que pueblan el equipo: el inamovible Pau Cubarsí, internacional a partir de este lunes cuando vaya con la selección, Hécotr Fort, el relevo de Cancelo, y Lamine Yamal, emplazado a descansar un rato.