MONTJUÏC, 21 H.

Barça-Nápoles: la frontera de la temporada

Xavi ante el Barça-Nápoles: "Tengo fecha de caducidad; yo no soy importante, lo es el equipo, el club, no yo"

Xavi Hernández, con una botella de agua que sirve al Barça, en la sala de prensa de Sant Joan Despí.

Xavi Hernández, con una botella de agua que sirve al Barça, en la sala de prensa de Sant Joan Despí. / Quique García / Efe

Joan Domènech

Joan Domènech

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El partido de la temporada. La frontera entre el bien y el mal. El suficiente o el suspenso.

La continuidad de Xavi o el despido inmediato que estaría meditando Joan Laporta, según algunas versiones. El cumplimiento del presupuesto o la amenaza de otro déficit que aumentará la deuda y reducirá (aún más) el margen para fichar. La pérdida del tercer título (después de la Supercopa de España y la Copa del Rey) o el mantenimiento de la llama de la ilusión de la Champions, a cinco partidos del título; un tramo más corto que el de la Liga (diez partidos y ocho puntos de desventaja) pero más difícil, con rivales de mayor nivel. Aunque Xavi opine que no hay ninguno superior, sino "de potencial diferente" al del Barça.

El vicepresidente Rafa Yuste bromea con Lamine Yamal antes del último entrenamiento del Barça.

El vicepresidente Rafa Yuste bromea con Lamine Yamal antes del último entrenamiento del Barça. / Alejandro García / Efe

Más crucial es la eliminatoria de octavos con el Nápoles que la de cuartos con el futuro adversario que pudiera deparar el bombo del próximo viernes. Por el valor moral y, sobre todo, económico a corto y largo plazo. El club presupuestó ingresar el premio de la UEFA por el acceso a los cuartos de final. Ya falló la palanca de Libero en diciembre (40 millones) como para que falten los 10,6 millones europeos, a los que habría que añadir el mínimo de una taquilla más.

João Félix lanza un palo en la sesión de este lunes.

João Félix lanza un palo en la sesión de este lunes. / Alejandro García / Efe

El Mundial de Clubs

En una mirada más lejana, está en juego la futura participación en el Mundial de Clubs de 2025. La plaza española está en manos del Atlético, que tiene 62 puntos por los 56 del Barça. Una desventaja que nació por las regaladas derrotas ante el Shakhtar y el Amberes. El Barça, ahora, necesita que el Atlético palme frente al Inter este miércoles y está urgido de pasar hasta la semifinal. Esos puntos se conceden a razón de dos por victoria, uno por empate y otro por superar cada ronda.

Frente a la dualidad deportiva y extradeportiva se manifestaron el capitán y el entrenador, las dos máximas autoridades de las instituciones del vestuario. "Cuanto más nos fijemos en el fútbol, mejor será. Si pensamos en otras cosas, nos equivocaremos como jugadores", expuso Marc-André ter Stegen, focalizando la mirada de la plantilla en el terreno de juego.

Ter Stegen, en el entrenamiento del Barça previo al duelo con el Nápoles en Montjuïc.

Ter Stegen, en el entrenamiento del Barça previo al duelo con el Nápoles en Montjuïc. / Alejandro García / Efe

El declive de la Champions

El meta aceptó su papel "importante" en el vestuario "por la experiencia, los partidos jugados [alcanzó el 400 ante el Mallorca] y por lo que he vivido", más que su relevancia por haber cerrado los tres encuentros con la portería a cero. En los tres primeros desde su reaparición encajó cinco tantos.

Las derivadas que no pertenecen al fútbol no les incumben, aunque deberían importarles. El declive del club ha sido una consecuencia de los peores resultados cosechados, y la deriva de la Champions es el ejemplo. Ter Stegen y Sergi Roberto son los últimos integrantes del Barça campeón de 2015, también Xavi, ahora técnico.

Un rondo con Pau Cubarsí en el centro.

Un rondo con Pau Cubarsí en el centro. / Alejandro García / Efe

"Hace cuatro años que no estamos en cuartos y tenemos que verlo como una oportunidad", sostiene Xavi

La oportunidad

"No llegamos más por fallos propios", expuso el portero alemán. Desde la semifinal de 2019, con el sonrojante 4-0 de Liverpool, el Barça ya no pasó de octavos dos veces (con Quique Setién y Ronald Koeman) ni de la liguilla (con Koeman y Xavi). "Esta vez merecimos pasar la fase de grupos, en los años pasados no era el caso, y afrontamos los octavos con alegría y ganas de competir", aseguró.

Alegría y competir fueron dos de las palabras utilizadas por Xavi. El entrenador es consciente de las derivadas de la eliminación, pero es de lo que piensa que, por el mismo precio, vale más ser optimista que pesimista. "Hace cuatro años que no estamos en cuartos y tenemos que verlo como una oportunidad", decía Xavi, involucrando a la hinchada para vivir una gran noche europea.

Xavi juguetea con un balón mientras espera la llegada de los futbolistas al entrenamiento.

Xavi juguetea con un balón mientras espera la llegada de los futbolistas al entrenamiento. / Alejandro García / Efe

Llamada a la hinchada

"Montjuïc se tiene que parecer al Camp Nou. Necesitamos que sea una olla a presión, necesitamos el campo lleno para vivir una noche mágica y que el futbolista escuche el aliento de la afición", proclamó el técnico, sin ocultar que el Barça se enfrenta "al partido más importante de la temporada" sin miedo.

¿Por qué? Aunque el Nápoles se expresa "más a gusto" con Francesco Calzona, el sustituto de Walter Mazzarri en la víspera del partido de ida, el Barça "ha preparado todos los detalles en todos los escenarios" que se puedan dar.

"Lo importante ante el Nápoles no soy yo. Yo tengo fecha de caducidad; lo importante es el equipo, el club, los jugadores, la unión del barcelonismo", insistió Xavi. El mensaje de un culé.