El Inter deja al Nápoles sin la Supercopa con un gol de Lautaro en el minuto 90

Pasaban unos segundos del minuto 90, y la enésima entrada del Inter al área del Nápoles acabó con el balón en el fondo de la red. Después de varios ataques infructuosos y ocasiones desperdiciadas, llegó el único acierto. Definitivo. El de Lautaro Martínez, el capitán interista, que brindó la tercera Supercopa de Italia seguida a su equipo.

Pierluigi Gollini, el meta del Nápoles, acababa de desbaratar con los pies el que parecía el último remate milanés. El rival del Barça de la Champions ansiaba alcanzar los penaltis, ya que no había prórroga. Jugaba, además, con un menos, Pero una colada de Pavard por la derecha conectó con Lautaro en el centro del área. El delantero argentino, insólitamente solo, remató casi a placer.

Expulsado Simeone

Le resultó incluso fácil al Inter aguantar los cinco minutos de tiempo añadido. El Nápoles atacó compulsivamente, con pelotazos tratando de aprovechar un segundo balón. Fueron ocho minutos, pero el balón acabó en el área celeste, resguardado por los interistas.

Después de brillar en la semifinal ante la Fiorentina, con el gol que abrió el marcador, Giovanni Simeone socavó las opciones del Nápoles al ser expulsado. Cometió la torpeza, el hijo de Cholo Simeone, de ver dos amarillas en cinco minutos (m. 55 y 60) dejando a su equipo en inferioridad. El Inter apretó las tuercas, pero sin precisión en el remate hasta el último instante que permitió a Lautaro levantar la octava Supercopa italiana del club, la tercera seguida. "Es el primer objetivo de la temporada", había manifestado Simone Inzaghi.

Pitos en el minuto de silencio

La Supercopa de Italia se disputó en el mismo escenario que acogió la española, el estadio Al-Awwal Park de Riad. Si hace ocho días los aficionados pitaron al alemán Toni Kroos, esta vez los espectadores fueron aún más irrespetuosos al silbar durante el minuto de silencio que se tributó a Luigi Riva, fallecido este lunes a los 79 años.

La noticia de la muerte de la leyenda italiana se conoció poco antes del inicio del partido, y no dio tiempo a organizar ese minuto de silencio. Se pospuso al comienzo de la segunda mitad. Los aficionados empezaron a pitar cuando los jugadores hacían ese homenaje, y reaccionaron con aplausos, igual que los hinchas italianos que estaban en el campo.

Riva fue el máximo goleador histórico de Italia con 35 goles en 42 partidos, campeón de la Eurocopa en 1968 y subcampeón del mundo en México-70 y líder del Cagliari que levantó el 'Scudetto' ese mismo año.