Fútbol

Brais Méndez frena la ilusión del Celta a la espera de una revancha copera

El excéltico firma un golazo desde fuera del área a los 11 minutos de partido que supuso la victoria de la Real Sociedad en Balaídos

Una imagen del Celta-Real Sociedad.

Una imagen del Celta-Real Sociedad. / EFE

EFE

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Un golazo de Brais Méndez, símbolo de la cantera del RC Celta y faro de la Real Sociedad la noche de este sábado en Balaídos, resolvió un trepidante partido en Balaídos, donde el conjunto donostiarra se reencontró con la victoria cuatro jornadas después y los celestes vieron cortada su buena dinámica.

La Real Sociedad presumió de cantera en Balaídos. Imanol Alguacil sorprendió con la titularidad de Olsagasti y Magunazelia. Al primero lo situó junto a Turrientes, otro producto de Zubieta, en la zona de creación; al segundo lo pegó en ataque junto al nigeriano Sadiq.

Su equipo fue valiente para dominar a un rival que venía lanzado. La exigencia era máxima, pero la respuesta blanquiazul fue mejor. Liderado por un sensacional Brais Méndez, la Real Sociedad fue muy superior al Celta, que acusó el desastroso partido de Iago Aspas.

Si su estrella no entra en juego, el equipo de Rafa Benítez sufre en ataque. Tapia, Dotor y Luca de Torre no son futbolistas de creación. Tampoco Miguel Rodríguez, la apuesta del técnico celeste en la banda derecha.

Ese futbolista desequilibrante lo vendió Luis Campos hace dos veranos a la Real Sociedad por apenas 14 millones de euros. Brais Méndez, al que el anterior director general Antonio Chaves se negó a subir el sueldo, volvió a demostrar esta noche que aquella fue una pésima operación.

El futbolista gallego fue el faro de la Real Sociedad en Balaídos. Suyo fue el único gol del encuentro. Un golazo a los once minutos: controló lejos de la portería, recortó a un oponente, armó su pierna y sacó un espectacular zurdazo lejano para colocar el balón pegado al poste. Guaita nada pudo hacer. Brais no lo celebró, pese a que un sector del celtismo le pitó cuando se asentó en el primer equipo.

El tanto “txuri urdin” golpeó al Celta, salvado poco después por su portero. Un espectacular pase de Brais Méndez lo bajó con el pecho Sadiq pero el remate del nigeriano se marchó a donde estaba Guaita. Balaídos respiró. El Celta, apoyándose en el pulmón de Renato Tapia, fue creciendo con el paso de los minutos. Incluso disfrutó de una clarísima ocasión, pero Remiro evitó el tanto del noruego Larsen, en una acción anulada por un dudoso fuera de juego.

El paso por los vestuarios no cambió nada. El Celta siguió desnortado, pese a que Benítez ya había cambiado a la línea de tres centrales que tan buen resultado le había dado en Anoeta. Brais Méndez continuó con su recital. En el minuto 51, el poste le privó de celebrar otro golazo. En esta ocasión con un fabuloso golpeo desde la frontal. De sus botas también nació la ocasión que Magunazelia desaprovechó para sentenciar el duelo poco después.

El dominio visitante obligó a Benítez a tomar medidas drásticas. Aspas, Mingueza y Miguel Rodríguez fueron sustituidos de golpe por Douvikas, Carles Pérez y Hugo Álvarez. La entrada del delantero griego no resolvió nada. El Celta apenas generaba, y su entrenador movió de nuevo ficha. El salvador Williot Swedberg y Jailson entraron en el campo. Su protagonismo fue testimonial. La Real alarga su idilio en Balaídos, antes de que el martes vuelvan a reencontrarse en los cuartos de final de la Copa del Rey.