El reto ecológico

El camión de hidrógeno que desafía a las dunas y a la FIA: "Si el Dakar no va en esta dirección, está muerto"

Jordi Juvanteny y José Luis Criado afrontan la nueva categoría para vehículos verdes tras ser los pioneros del hidrógeno en el Dakar

Jordi Juvanteny y Xavi Ribas, posando para EL PERIÓDICO

Jordi Juvanteny y Xavi Ribas, posando para EL PERIÓDICO / Ricard Cugat

Jordi Grífol

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Conducir un camión de hidrógeno en el Dakar. Tener que esperar a que salga el último participante para poder empezar. Pasar por el recorrido destrozado por el paso de todos los vehículos. Y llegar a meta de noche. Correr el Dakar con un camión propulsado por hidrógeno es posible. Lo demostraron el año pasado Jordi Juvanteny y José Luis Criado - juntos acumulan 63 participaciones -, pese a las condiciones que les impuso la FIA (Federación Internacional del Automóvil). Para esta edición que arranca el viernes, lo quieren volver a repetir, corriendo en la nueva categoría Mission 1000, para vehículos que utilicen fuentes energéticas alternativas.

El plan de la ASO, la organizadora del Dakar, es que en 2030 la práctica totalidad de la caravana del Dakar se mueva con energías no contaminantes. El KH7 Epsilon, comandado por Juvanteny y Criado, se convirtió en el primer equipo en finalizar el Dakar con hidrógeno como combustible.

Dos opciones

No lo tuvieron fácil, ya que la FIA los apartó de la competición a unos días de la prueba. "Nos presentamos en Arabia pensando que no habría ningún problema porque habíamos estado trabajando todo el año, pero al llegar la FIA aún no había aprobado el reglamento para competir con hidrógeno y no nos querían dejar correr", explica Juvanteny a este diario.

Les dieron dos opciones: quitar todo el hidrógeno y continuar con gasóleo o correr con la condición de no mezclarse con los demás vehículos, saliendo así después del último y sin poder auxiliar a ningún otro participante. No tenía sentido quitar el hidrógeno después de todo el año trabajando con esta innovación. Escogieron la segunda opción, y acabaron el Dakar. "Fue un reto muy importante, pero salió muy bien", asegura Juvanteny.

"El hidrógeno no es más peligroso"

A dos días del final, pasaron por una zona complicada por donde muchos camiones volcaron. Ellos también. Pero no hubo demasiado problema: "Nos vino bien volcar precisamente para demostrar que el hidrógeno no es más peligroso que los demás combustibles. Los vapores de la gasolina también son muy inflamables. Se trata de tomar las medidas de seguridad adecuadas".

En la edición del año pasado, emitieron entre un 40 y un 50% menos de dióxido de carbono. Para este Dakar, con las mejoras realizadas, reducirán el consumo de combustibles fósiles hasta un 90%. Para hacerlo, utilitzarán un sistema mixto de hidrógeno y HVO (aceite vegetal obtenido a partir de aceites de cocina usados).

"El principio de funcionamiento es muy parecido al original. El motor aspira hidrógeno, lo que permite una combustión mucho más limpia", detalla Xavi Ribas, ingeniero encargado de las modificaciones y que se subirá al camión por primera vez tras asistir al equipo desde el vivac. "Hay un poco de nervios", se sincera entre risas.

"El planeta nos lo pide"

"Si el Dakar no va en esta dirección, está muerto", afirma contundente Juvanteny. "Hay retos difíciles de solucionar y la FIA quiere hacer un reglamento suficientemente fiable. Pero van pasando los años y esto no avanza, y el planeta nos lo pide. No podemos esperar", añade.

Jordi Juvanteny sumará su 32a participación, y José Luis Criado, la número 33, siendo el piloto español con más aventuras dakarianas. El espíritu aventurero es lo que los mueve: "Está claro que esto es una carrera y los de delante tienen que correr mucho, pero hay todo un grupo detrás que afrontamos el Dakar como un reto personal o de equipo, y este reto seguirá siendo el mismo consumiendo menos gasóleo y consumiendo energías más verdes", explica Juvanteny.

No se separan de su camión desde los noventa, en el desierto africano. Empezaron desafiando las dunas con tan solo una brújula. Ahora afrontan este Dakar como una incógnita, en una categoría recién creada para vehículos verdes, con un recorrido de 1000 quilómetros (etapas de 100 km) y un sistema de puntuación diferente. "Este proyecto nos ha rejuvenecido", concluye Juvanteny. Media vida sorteando dunas a bordo del camión.