Fútbol argentino

Juan Román Riquelme es el nuevo presidente de Boca Juniors tras derrotar a la alianza Macri-Milei

Juan Román Riquelme, durante la votación por la presidencia de Boca Juniors.

Juan Román Riquelme, durante la votación por la presidencia de Boca Juniors. / Efe

Abel Gilbert

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Juan Román Riquelme puso a prueba su condición de máximo ídolo de la historia de Boca Juniors, el principal equipo de fútbol de la Argentina. Se lanzó a la presidencia del club y obtuvo cerca del 70% de los votos frente a Andrés Ibarra. La contienda se convirtió en un acontecimiento más político que deportivo. Detrás de su rival, estaba el expresidente de Boca y Argentina, el derechista Mauricio Macri, con quien Riquelme nunca se llevó bien en sus tiempos de jugador. La aversión siempre fue mutua, como le ocurría a Macri con Diego Maradona.

El duelo entre el ex-10 boquense y el magnate despertó pasiones y una atención desmedida. Macri arrastró al ultraderechista Javier Milei a la disputa. El presidente fue a votar por Ibarra y exhibió en las redes sociales una foto de su niñez con la casaca azul y oro como prueba de su amor a los colores de "la mitad más uno" de los hinchas de este país. El respaldo no surtió efecto, al punto de que a una semana de asumir la jefatura de Estado, Milei escuchó los primeros abucheos por cuestiones ajenas en parte a su Gobierno.

"Qué vergüenza ver imágenes de señores que dicen ser hinchas de Boca, cuando en realidad son tremendos maleducados y no espontáneos, insultando al presidente de la República en vez de festejar que vaya a votar por el futuro de nuestro querido club", se lamentó Macri en su cuenta de X. El multimillonario se abstuvo de ser uno de los 44.000 socios que participaron de los comicios y coronaron a Román, como suelen decirle, como nuevo presidente hasta 2027. Se fue antes a Arabia Saudita. No solo se trató de un triunfo del exjugador del seleccionado argentino, el Barcelona y el Villarreal. La derrota de Macri arrastra a su proyecto de crear Sociedades Anónimas Deportivas. Lo que Riquelme llamó la privatización del fútbol.

Riquelme recibió un apoyo inequívoco de los socios, quienes lo acompañaron al ritmo de "soy bostero (por la bosta), es un sentimiento, no puedo parar". El actual vicepresidente de Boca aseguró que nunca tuvo dudas de su victoria. En las últimas semanas encabezó movilizaciones de fuerte contenido político frente a los obstáculos que colocaban sus adversarios en la justicia. "La gente a mí me quiere mucho y yo al hincha lo quiero mucho. Soy uno más, voy a morirme bostero. Es un día para disfrutar. Nosotros estamos agradecidos del hincha porque estuvo lloviendo mucho, y muchos tuvieron inconvenientes para salir de la casa".

La Bombonera sigue en pie

"El triunfo político es tan grande para Riquelme, que trasciende las fronteras de Boca. Los más aventurados empiezan a verlo como un candidato potable para la intendencia (la comuna bonaerense) de Tigre, su ciudad. Suena apresurado. Aunque también es cierto que ser presidente de Boca significa tener una enorme relevancia nacional. De hecho, ese espacio sirvió como trampolín para innumerable cantidad de dirigentes en el mapa político de la Argentina", dijo el diario La Nación. Aseguró a su vez que la decisión del excrack de competir por ese cargo obedeció al intento de Macri de querer retomar las riendas del club que encabezó desde mediados de los noventa hasta 2006.

Ya como presidente electo, Riquelme salió en defensa de la continuidad de La Bombonera, el mítico estadio que Macri quería dejar atrás a partir de la construcción de un nuevo Coliseo, con mayor capacidad y mejor tecnología: "tenemos ilusión de que el hincha se siga acercando y pise el campo de juego en donde jugaron Rojitas (Ángel Clemente Rojas), (Diego) Maradona, (Leo) Messi, (Martín) Palermo, (Marcelo)Delgado... Los hinchas no nos podemos perder eso, entrar al campo de juego es maravilloso".

Ibarrra reconoció la victoria del oficialismo: “El número es irreversible. Los ganadores van a tener que conducir a Boca en los próximos años. Les pido a los socios y a los ganadores que Boca tiene que estar por encima de todo y de todos, y los valores que tenemos que seguir manteniendo con la transparencia y el trabajo en equipo. Tenemos que recuperar Boca. En función de todo esto, no puede volver a dividirse la familia de Boca".

Ibarra quería nombrar a Palermo, el ex-Villarreal, como entrenador. Riquelme no se cansó de asistirlo en el terreno de juego. Los goles de Palermo casi siempre vinieron de sus pies. Pero ambos se detestan. El ganador de las elecciones colocará al frente del equipo profesional a Diego Martínez, quien se desempeñaba como míster de Huracán.