El Barça aplaca la crisis con un triunfo balsámico ante el Baskonia

El Barça encontró un triunfo balsámico frente al Baskonia con el que atajar la incipiente crisis de resultados, y también de confianza, que amenazaba con dinamitar los aún inestables cimientos de la era Grimau.

Después de tres derrotas consecutivas (cuatro en los últimos cinco partidos), era imprescindible un triunfo, y lo consiguió el equipo azulgrana después de escapar a algunos minutos de espesura ofensiva, liberándose en el segundo tiempo, y recolectando una victoria contundente y sanadora que disipará la angustia que se había instalado en el vestuario en las dos últimas semanas (82-62).    

“Hemos salido con muchas ganas de demostrar que la imagen que teníamos no era la de estos últimos días. Los jugadores han hecho un esfuerzo importante y hemos sacado el partido ante un gran rival. Dejarlo en 62 puntos tiene muchos méritos”, admitió Grimau al acabar, consciente del momento crítico que atraviesa el grupo. “La vida aquí es como la de los perros: un año aquí son como siete”, refirió. “He sufrido y las derrotas hacen daño, pero veía al equipo con ganas y el compromiso que han demostrado nos ha hecho tirar para adelante. Ahora hay que reafirmarlo esta próxima semana en la Euroliga”.

No era un partido para el lucimiento y sí para recuperar el paso y despejar dudas y el Barça lo consiguió desplegándose en su versión más coral y también más combativa, esa que tanto se ha echado en falta en los últimos días. Pero también consiguió recuperar a algunos jugadores desaparecidos como Jokubaitis (12 puntos, 4 asistencias) o Parra (9 puntos, 6 rebotes) que no encontraban la forma de engancharse al sistema azulgrana y que sumaron a Parker o Hernangómez, dos de los destacados en las estadísticas, en un día poco inspirado de los habituales como Laprovittola (8), Satoransky (3) o Vesely (cero puntos).     

Inicio inquietante

Agresividad en defensa, presión en las líneas de pase, dureza en cada acción marcaron la hoja de ruta del cuadro catalán desde los primeros minutos, concienciados los jugadores de Grimau de que ese es su gran talón de Aquiles, en el que deben volcar sus esfuerzos. Un arranque espeso (3-11 en cuatro minutos), unos pésimos porcentajes en el lanzamiento en el primer tiempo (10 canastas de 30 intentos), y también la inspiración de Howard, dibujaron un escenario inquietante de inicio, con el Baskonia tomando la iniciativa.

Pero toda la confianza e intensidad que mostró el equipo vitoriano de arranque, fue difuminándose conforme avanzaba el encuentro y el Barça no tardó en asumir el control del partido (37-33 en el descanso) en base a su trabajo en toda la cancha. El Baskonia acumuló hasta 21 pérdidas, rebajó mucho sus porcentajes en los lanzamientos (un 39% de tiros de campo) y fue perdiendo energía, hasta desaparecer por completo en el tramo final, en el que llegó a verse  30 puntos por debajo (79-49, m. 36).

El Barça, en cambio, recuperó ritmo y fluidez y a partir de un parcial de 13-0 en el tercer cuarto y consiguió abrir un margen confortable (50-35), que le permitió llegar al último cuarto con todo resuelto, apuntalando las buenas sensaciones con las que encarar una nueva semana con doble jornada europea, que volverá a plantearse como un examen para los hombres de Grimau.