El Barça se le derrumba a un Xavi debilitado

La caída en el clásico abrió el cisma

Aquella media hora final con el Madrid resultó fatal para el Barça. No solo perdió el clásico por los dos goles de Bellingham. Era la primera derrota del curso. El inicio de todo. A partir de ahí, entró el declive porque perdió con el Shakthar (1-0), luego con el Girona (2-4) y ahora con el Amberes (3-2), transformando ahora cada partido, el de Valencia del sábado, en un examen casi final para todos. Técnico y jugadores.

Las cuatro victorias han llegado siempre por la mínima porque el juego no ha evolucionado como el propio Xavi esperaba. 0-1 a la Real Sociedad en San Sebastián con gol en el tiempo añadido de Araujo, 2-1 al Alavés remontando el gol inicial vasco, 2-1 al Oporto sorteando el tanto de Pepé y el 1-0 al Atlético gracias al gol de João Félix. El empate en Vallecas con el Rayo (1-1) también lastró al Barça.

El equipo ha ido perdiendo identidad, además de solvencia ofensiva, reflejada en la crisis que angustia a Lewandowski y no tiene mecanismos de seguridad para reaccionar. "La derrota con el Girona es la que ha hecho daño de verdad, esta no", confesó Xavi, que vive sus peores días en el banquillo.

Está en la penumbra porque cada vez su Barça se aleja más de lo que él pensó.

La desconfianza del palco

En la lista de convocados para Amberes se visualizaron las contradicciones que existen entre el palco, por mucho que Joan Laporta lo defienda, y Xavi. El técnico dijo que había "consensuado con el presidente y con Deco" ampliar la convocatoria de 21 a 24 jugadores, subiendo a las ‘vacas sagradas’ al avión camino de Bélgica.

Lewandowski, Araujo, Gündogan y Frenkie de Jong fueron desconvocados y convocados en menos de 24 horas. Pero esa versión del técnico, que defendió antes y después de la segunda derrota europea de este curso, fue rechazada de inmediato por Deco. "La convocatoria es tema del míster, no hemos consensuado nada", afirmó el director deportivo del Barça.

Esas contradicciones en el mensaje, unido a la serie de derrotas, han minado la figura del entrenador, que se encuentra en una posición cada vez más débil.Desde el palco se asiste con enorme preocupación a la caída del equipo, que ha entrado en una peligrosa involución, observando con inquietud cómo no se hallan soluciones para detenerla.

Laporta presumió de estabilidad absoluta en su primer mandato, con dos entrenadores en siete años: Rijkaard (2003-08) y Guardiola (2008-10). Ahora, en cambio, ya prescindió de Koeman y se debate sobre el futuro de Xavi. Y no ha cumplido tres años en el palco.

Pero Xavi nunca fue la primera opción de Laporta porque estaba en el proyecto deportivo que lideraba Víctor Font, a quien derrotó en las elecciones de marzo de 2021. Y, además, la salida de Jordi Cruyff, que mantenía una excelente química con el técnico, y de Mateu Alemany lo han dejado más solo aún.

¿Creen los jugadores en el entrenador?

"Los jugadores se deben animar. Tienen mucho más nivel del que están mostrando últimamente. Le estamos dando confianza y muchas oportunidades. La presión de jugar en el Barça se nota. Esta camiseta del Barça pesa", dijo Xavi tras la caída en Amberes apuntando a la débil mentalidad de sus futbolistas para superar las adversidades.

Pero ya había sido Gündogan el que denunció haber visto cosas que no le gustaban en el vestuario del Barça, tras la derrota en el clásico. "El equipo está muy unido, somos una familia", argumentó, sin embargo, el miércoles por la noche Sergi Roberto, que ejerció de capitán en Amberes, recordando que no se duda del técnico.

Pero la gran pregunta es si mantienen esa confianza de verdad en Xavi, cuya credibilidad se ha erosionado con el desplome del equipo. Se trata, además, de un grupo nuevo donde los liderazgos se han renovado tras la marcha la pasada temporada de tres de los cuatro capitanes (Busquets, Piqué y Alba).

"Estamos muy unidos, estamos con el míster a tope", proclamó Ferran Torres, recordando que "sabemos el ruido externo que hay en el Barça, que nos intentan destruir, pero hay que convivir con ello".

El equipo tampoco responde a los estímulos que le plantea el técnico, quien no da con la solución adecuada para mantener estabilidad en el rendimiento. Empezó bien con 10 victorias y solo tres empates (Getafe, Mallorca y Granada). Pero en los nueve últimos encuentros se ha desplomado quebrándose los hilos de complicidad tejidos al inicio del curso porque a cada derrota han recibido críticas de su entrenador.

Todo dependerá de si el Barça reacciona pronto para no alejarse más en la Liga (el Girona le lleva siete puntos) y de la paciencia que tenga Laporta, el último en tomar la decisión.

El equipo se derrite: 7 goles encajados en dos partidos

A los 75 segundos de partido, el Barça ya perdía en Amberes en un error clamoroso defensivo iniciado por Iñaki Peña con un pase imprudente y culminado por Oriol Romeu, quien no pudo controlar el balón. Después, otro fallo de Oriol Romeu provocó el 2-1. Y justo cuando Marc Guiu había anotado en el tiempo añadido el 2-2 llegó segundos más tarde el 3-2, certificando que la estructura defensiva azulgrana ha entrado en crisis.

"Esos errores individuales nos están costando goles, es una cuestión de confianza", denunció Xavi. Cuatro goles le marcó el Girona; tres, el Amberes. El problema viene de lejos porque en los nueve últimos partidos solo ha logrado mantener la portería a cero en dos encuentros: Real Sociedad y Atlético.

El signo de identidad más valioso del Barça campeón de Liga era su fiabilidad defensiva. Con eso ganó la Liga y la Supercopa de España. Pero el fútbol que había pensado e ideado el técnico para su equipo no se ve. 

El peor equipo de Europa llevaba tres goles a favor en cinco partidos. Al Barça le metió tres en un solo encuentro. Y cada uno de los tantos retrata esa fragilidad. El primero, a los 75 segundos; el segundo nada más iniciarse la segunda mitad (se llevaban 11 minutos) y el tercero en el tiempo añadido (minuto 90+2).