Opinión | El Pataleo

Josep Pedrerol

Josep Pedrerol

Periodista

Xavi, Rafa Márquez y la paciencia

El juego que pide y sueña Xavi no llega, los jugadores parecen despistados y lo más lamentable es ver a un equipo que pierde en el uno contra uno ante el Rayo

Xavi Hernández.

Xavi Hernández. / EFE

Laporta le necesitaba. El equipo de Koeman se diluía como un azucarillo y el recién elegido presidente del Barça optó por el entrenador que llevaba en su candidatura Víctor Font. Jan tuvo que tragarse el orgullo y presentó a lo grande al elegido por su rival en las elecciones. Difícil, pero no había otra. El discurso estaba claro y apelaba al mejor Barça de la historia: Xaviera el nuevo Guardiola, el que iba a devolver el ADN al Camp Nou, quien iba a recuperar la excelencia, el guardián de las esencias. Todo resultó tan pretencioso, tan grandilocuente, que con el paso del tiempo ha llegado a ser empalagoso. Y, sobre todo, alejado de la realidad.

El Barça ganó la Liga el año pasado y eso le dio crédito a Xavi, pero asumió que el fútbol es ganar por encima de todo. El proceso fue evidente: pasó de decir que el estilo del Atleti no encajaría en el Camp Nou a conquistar un título con el 1-0 por bandera. El espectáculo, nos decían, llegaría con el tiempo. Ya. En Europa, más de lo mismo, o peor. El Barça de Xavi ha ido de fracaso en fracaso cayendo a las primeras de cambio en la Champions y en la Europa League. Y, ojo, este martes hay que clasificarse para que la crisis actual no sea insalvable.

 El juego que pide y sueña Xavi no llega, los jugadores parecen despistados y lo más lamentable es ver a un equipo que pierde en el uno contra uno ante el Rayo. El equipo está perdido y hay jugadores fuera de forma o de ganas, que es más grave. La baja de Gavi ha sido un golpe duro y Pedri de momento no aparece. En Vallecas, mala imagen y otra excusa para la colección. Esta vez no fue el sol, fue el árbitro. Mientras, se suceden los malos resultados, la excelencia no llega ni por asomo y la confianza en el entrenador se desvanece, por mucho nombre y discurso que tenga. Laporta se empieza a poner nervioso, aunque no lo diga, pero pretende aguantar hasta junio pase lo que pase. Rafa Márquez, lo desveló José Álvarez, gusta a Deco. Y el mexicano recibió ayer un guiño del Presidente, que arropó a su equipo en el vestuario tras la victoria en Palamós, pero…. Aún no hay nada perdido, sólo la paciencia.