EL ANÁLISIS

La contracrónica del Rayo-Barça: un punto insuficiente

Pedri se lamenta de una ocasión desperdiciada en Vallecas.

Pedri se lamenta de una ocasión desperdiciada en Vallecas. / Óscar del Pozo / AFP

Joan Domènech

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Se le atraganta Vallecas al Barça, más que el Bernabéu, el Metropolitano y cualquier otro estadio. Tercera visita sin ganar al campo madrileño. Pero se rescató un punto a siete minutos del final. Marcó un autogol Lejeune en beneficio de los azulgranas para restablecer el empate, aunque ese centro de Balde llegaba a la cabeza de Robert Lewandowski.

Ningún signo de mejoría emitió el equipo, al que no le sirve de excusa el penalti que no pitó Munuera Montero porque el VAR, Jaime Latre, no le quiso avisar de que la patada de Espino a Raphinha merecía una revisión. El Barça remontó ante el Alavés, pero le faltó más tiempo para levantar el gol que concedió a Unai López. Y más ambición, admitió Xavi.

El protagonista

Por la puerta grande regresó Frenkie de Jong, aunque se marchara, como todos los demás, por la puerta trasera de Vallecas, cabizbajo y decepcionado. Le echaba de menos Xavi y lo corroboró alineándole de titular a la primera oportunidad, con el alta médica recién recibida. Sin reservas de ningún tipo, lo mantuvo los 90 minutos en el campo. Así de mal veía el entrenador al equipo

La baja de Gavi convertía casi en necesaria la inclusión de Frenkie en el equipo, por más que las principales virtudes de uno y otro no se asemejen. La falta de garra sólo podía compensarse con más fútbol y Frenkie era el único abastecedor de juego constructivo. Luego obtuvo más ayuda con Gündogan. También le liberó la aportación de Iñigo Martínez en los balones largos. El central zurdo lanzó a Balde para que centrara el balón del 1-1.

Frenkie de Jong, en su reaparición en Vallecas y como capitán.

Frenkie de Jong, en su reaparición en Vallecas y como capitán. / Óscar del Pozo / AFP

Regresó Frenkie y con el brazalete de capitán. Ninguno de los tres antecesores estaba disponible para encabezar al equipo. Sergi Roberto y Ter Stegen miraban el partido por televisión desde sus casas, y Ronald Araujo estaba sentado en el banquillo.

Marcaje a...

Iñaki Peña no pudo parar el balón imposible que conectó Unai López, en su segundo gol en 98 partidos con el Rayo Vallecano. Se había tirado a la derecha en busca de un disparo que desvío antes Christensen y no llegó a tiempo al palo izquierdo por donde entró el trallazo del centrocampista donostiarra. Sólo había sido exigido una vez el meta tras una grosera pérdida de De Jong en la frontal del área. Detuvo el remate en dos tiempos, lo que insinuó un cierto nerviosismo que no fue a más.

Iñaki Peña sale a los pies de De Frutos en la primera mitad.

Iñaki Peña sale a los pies de De Frutos en la primera mitad. / Kiko Huesca / Efe

Iñaki, en su estreno de la temporada, se pasó la segunda mitad despachando acciones irrelevantes. Ter Stegen no lo habría hecho mejor.

La táctica

Dos alineaciones en una ideó Xavi. El once de Vallecas estuvo condicionado por el desgaste de varios jugadores con sus selecciones. No podían descansar todos, y Xavi eligió pensando también en el partido frente al Oporto. Hizo dos alineaciones en una: la de la Liga tenía que ver con la de la Champions. Araujo y Raphinha, los últimos en llegar (jugaron ambos el miércoles y se entrenaron solo el viernes con el grupo) se sentaron en el banquillo. Igual que Gündogan, que no ha descansado en ningún partido del Barça ni de Alemania.

Valentín derriba a Oriol Romeu, que volvió a ser titular.

Valentín derriba a Oriol Romeu, que volvió a ser titular. / Óscar del Pozo / AFP

Se da por descontado que los tres serán titulares el martes. Igual que Koundé y João Félix, titulares habituales que fueron suplentes en Madrid. Esas notables ausencias devolvieron al campo a Andreas Christensen al eje de la zaga, a Oriol Romeu en el eje del campo y a Ferran al ataque. Además de De Jong, por supuesto, cuya incomparecencia estaba justificada por la lesión.