Baloncesto

Oriol Paulí se reivindica: la hora en el Barça de un hijo de La Masia

Estoy feliz porque el trabajo que he hecho por fin sale a la luz y también por ayudar al equipo a ganar”, asegura el escolta gerundense antes de medirse con el Estrella Roja en la Euroliga

Oriol Paulí posa en el Palau Blaugrana antes del partido de Euroliga ante el Estrella Roja

Oriol Paulí posa en el Palau Blaugrana antes del partido de Euroliga ante el Estrella Roja / Ricard Cugat

Luis Mendiola

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Oriol Paulí lleva días instalado en una nube. Está disfrutando de su momento. Ha necesitado siete temporadas en el Gran Canaria y otras dos en el Bàsquet Andorra para volver al punto de partida. Al Barça. Pero ese largo viaje alimenta aún más la felicidad que irradia este escolta gerundense de 29 años y 2,01 de estatura, que está aprovechado la oportunidad que llevaba tiempo esperando.

“Jugar a buen nivel siempre es una reivindicación, pero no hacia nadie, sino hacia tí mismo”, explica Paulí a este diario antes del partido que enfrentará al Barça este viernes con el Estrella Roja en la Euroliga (20.30 h). “Estoy feliz porque el trabajo que he hecho durante todo este tiempo por fin sale a la luz y también por ayudar al equipo a ganar partidos”.

Las lesiones de Laprovittola y Jokubaitis, que reaparecen en esta jornada, le han dado la ocasión de jugar ante al Panathinaikos y el Breogán y reivindicarse. En el partido de Euroliga se arrogó un papel protagonista (12 puntos, 4 rebotes en 20 minutos) después de no aparecer en los cinco partidos anteriores. Y el domingo en la Liga (9 puntos, 3 rebotes, una asistencia en 15 minutos) volvió a destacar como base, posición en la que no es habitual.

“Cuando fichas por el Barça ya es un subidón. Sueñas con días como el del Panathinaikos, con tu gente en la grada. Cuando tienes momentos así, los disfrutas mucho más”, explica, “aunque sé que este es un mundo de altibajos y que hay que seguir teniendo los pies en el suelo”.

Oriol Paulí posa ante el cartel de 100% culer que decora el túnel de vestuarios del Palau

Oriol Paulí posa ante el cartel de 100% culer que decora el túnel de vestuarios del Palau / Ricard Cugat

Esas dos buenas actuaciones suponen un refuerzo moral para Paulí pero también plantea un nuevo dilema para Grimau, que lo ha venido utilizando a cuentagotas. “No he podido darle muchos minutos hasta hoy por desgracia y siento mucha frustración por no dar a todos lo que merecen”, admite el técnico.

 “Yo sabía que era cuestión de paciencia”, reconoce Paulí. “Pero cuando están con ganas de demostrar cosas y no llega ese día, no es fácil mantener la cabeza en su sitio. Por suerte, llevo años ya en el baloncesto. He pasado por muchas situaciones de las que he aprendido y eso me ha ayudado a estar preparado para cuando llegara el momento”.

Hijo de la Masia

Muy pocos pueden lucir el pedigrí de Paulí. Criado en la Masia desde los 12 años, ha pasado por todas las categorías, convertido en el jugador de formación que más año pasó en la residencia azulgrana en cualquier deporte y que a principios de la pasada campaña, tras la llamada de Jasikevicius, apenas dudó en regresar al Palau.

“El corazón te dice que sí, que vengas, que es un sueño vestir de azulgrana. Luego te planteas que igual es un paso atrás porque vas a jugar menos, pero lo bueno de estar aquí siempre pesa más en la balanza”, señala Paulí, con ADN baloncestístico desde la cuna, ya que su padre, Joan Paulí, fue también jugador y estuvo a las órdenes de Aíto en el Circol Catòlic de Badalona.

Con Jasikevicius, al final, no le fueron demasiado bien las cosas. En Euroliga apenas disputó 47 minutos y en Liga también contó con un papel residual, aunque el lituano lo elogió de manera especial tras ganar el campeonato. “Paulí da energía enorme en vestuario y banquillo”, dijo.

Con Grimau, el escolta admite que igual tiene algo más de ‘feeling’ por ser de la casa, y reconoce que el técnico catalán ha generado una gran química en el vestuario. “El año pasado ya funcionaba muy bien. Pero con la llegada de Willy, Parra, Brizuela aún se ha mejorado. Incluso con Jabari, que parece callado, pero se ha integrado muy bien”, cuenta y encara con optimismo los retos de la temporada. “Veo al equipo muy bien. Hemos dado un paso adelante desde el inicio. Cada vez somos más sólidos y cuanto mejor estemos detrás, más fácil será correr y anotar puntos fáciles. Eso es lo que nos permitirá permita luchar por todos los títulos”, sentencia.