"ESTAMOS BLOQUEADOS, ES ALGO MENTAL"
Xavi explota y se harta en el Shakhtar-Barcelona: ¡hizo cuatro cambios de golpe!
Un Barça obtuso cae ante el Shakhtar en la Champions (1-0)
De mal en peor, el Barça. De la Liga a la Champions
Marcos López
Periodista
El Barça se le apaga a Xavi. Se le apaga entre las manos comprobando que cada vez son más los jugadores que se acercan a su peor versión. No mejoran. Tan enfadado estaba en Hamburgo que hizo cuatro cambios de golpe. Lo nunca visto con Xavi. Andaba desquiciado. No eran cuatro cambios. Eran, en realidad, cuatro mensajes, devastado como quedó el técnico por la derrota en la Champions, la segunda en los últimos 11 días tras la del clásico. "Es una derrota merecida. No podíamos fallar y hemos fallado, es un grave error nuestro", ha sentenciado.
Entró Pedri por Oriol Romeu. Entró João Felix por Ferran Torres. Entró Lamine Yamal por Raphinha. Entró Balde por Marcos Alonso. A la hora de un desastroso partido, no cambió Xavi a los once porque no podía. Y ahora todos miran al técnico que ve como se le está escurriendo el equipo, desplomado y sin respuesta: un tiro a puerta en Hamburgo, un timidísimo cabezazo de Gavi (m. 61) y tres paradas decisivas de Ter Stegen.
"Estamos en momento bajo en cuanto a juego, a perdidas de pelota y en cuanto a entender la forma de atacar. Hemos hecho uno de los peores partidos de estos dos años. Tenemos que hacer un reset", ha reconocido Xavi, admitiendo que "el vestuario tiene una mala sensación y yo como entrenador lo tengo que recuperar, pero es una pena. No hay nada perdido", ha precisado intentando encontrar algo positivo a tanta mala noticia.
"Es un paso atrás, estamos enfadados. No diría intensidad, diría al juego. No hemos entendido lo que requería el juego, ha sido un mal partido del equipo y a seguir"
Marcados quedaron esos cuatro futbolistas, retrato de la impotencia azulgrana. Símbolos de un equipo que no avanza, sostenido, casi de forma milagrosa, por las manos y los pies de Ter Stegen, que firmó una noche monumental. Pero ni con la mejor versión del portero le alcanzó al Barça. Y al técnico. "¿Lo de Gündogan? Ya está más que hablado, ya ha pasado", ha comentado el alemán con enfado. "¡Esto no puede pasar! Tenemos que analizar esto y para todo siempre hay solución", ha añadido Ter Stegen.
Decisiones drásticas
Ya estaba enojado el técnico en el descanso, tras el gol de Sikan que retrató a toda la defensa azulgrana, Xavi se metió echando fuego por la boca en el vestuario de Hamburgo. Era, y es, un momento clave para el técnico del Barça, justo en la semana en que se cumplían los dos primeros años en el banquillo. Cuatro cambios que tampoco cambiaron nada.
"Es un paso atrás, estamos enfadados. No diría intensidad, diría al juego. No hemos entendido lo que requería el juego, no hemos defendido bien el centro lateral de su gol, no hemos atacado bien", ha indicado Xavi. "Los errores se pagan caro. Un mal partido del equipo y a seguir", ha añadido el entrenador azulgrana.
"La reacción de la segunda parte es buena, pero insuficiente, los pequeños detalles nos están pasando factura. Esto sigue, es un paso atrás. Esto sigue", ha dicho el entrenador sin ser nada vehemente, intentando apaciguar el clima depresivo que provocó la derrota en Hamburgo.
Tenía que tomar decisiones drásticas porque ese tanto del Shakthar volvió a dejar en evidencia a su equipo. Un equipo plano, insípido, sin alma, que prolongó en Alemania las mismas inquietantes señales que emitió en San Sebastián a pesar del gol salvador de Araujo.
Mirada perdida
Y tomó la decisión que nunca había tomado. Quitó a esos cuatro jugadores de golpe. Era una forma de mostrar su hartazgo. La sensación de que esto no chuta. No va. O sí va. Pero hacia atrás encajando la segunda derrota en una semana. Primero, el Madrid; ahora, el Shakthar. "Es un momento malo, es un momento malo", ha dicho en varias ocasiones Xavi.
"Estamos en un pequeño bache, eso pasa durante la temporada. Nos debemos volver a reencontrar, es un tema mental. No es de físico ni de juego. Estamos bloqueados, es algo mental"
"Debemos sacar el carácter, el orgullo y el amor propio. Ellos como jugadores y yo como entrenador. Estamos en un pequeño bache, eso pasa durante la temporada. Nos debemos volver a reencontrar, es un tema mental. No es de físico ni de juego. Estamos bloqueados, es algo mental", ha indicado el técnico.
Tenía Xavi en el tiempo añadido del encuentro la mirada perdida. Mirada al infinito. Sin detenerla en nada en concreto. No hacía falta ni que abriera la boca. El lenguaje corporal de Xavi era más que evidente, aunque luego se quebró esa escena porque se le acercaron Òscar Hernández, su segundo entrenador, y Sergi Alegre, tercer técnico. Debatían de forma breve soluciones al caos. Remedios que no llegaban a tiempo dejando en una posición vulnerable a Xavi.
"Es mi trabajo como entrenador dar un paso adelante y tirar esto hacia adelante", ha confesado Xavi, quien fue mucho más crítico en el banquillo con esos cuatros cambios de golpe que luego en la sala de prensa. "Sobre todo los jugadores no deben perder la confianza. ¡Qué no la bajen! Es un pequeño bache futbolístico, debemos hacer un reset. Lo positivo es que no hay nada perdido".
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