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El fútbol en Marruecos, una causa real

Jorde Vilda, nuevo seleccionador de Marruecos

El Mundial de Marruecos, orgullo de Estado

El jugador Tagnaouti posa en un selfi con un grupo de aficionados de la selección marroquí tras el partido con España.

El jugador Tagnaouti posa en un selfi con un grupo de aficionados de la selección marroquí tras el partido con España. / PATRICK SMITH

Marc Ferrà

Marc Ferrà

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Marruecos ha convertido el fútbol en una pieza clave para mostrarse al mundo. No es algo reciente, hace años que el país magrebí trabaja para hacer de este deporte una herramienta más de diplomacia. La reciente designación de Marruecos, junto a España y Portugal, para albergar el Mundial en 2030, ha sido visto como una gran victoria por Rabat. Tras haberlo intentado en cinco ocasiones, va a vivir en primera persona esta competición internacional. Pero no es el único gran evento que acogerá, dentro de dos años también organizará la Copa de África masculina y en 2029 el Mundial de Clubes. 

La decisión de la FIFA de seleccionar por unanimidad la candidatura conjunta para el Mundial fue anunciada en Marruecos por el mismo rey Mohamed VI a través de un comunicado de la Casa Real, una muestra más de la relevancia que se le da. El monarca reiteró “el compromiso del Reino de Marruecos de trabajar en perfecta sinergia con las instancias encargadas de la candidatura en cada uno de los países anfitriones”. A las pocas horas del anuncio, Mohamed VI también recibió al presidente de la federación marroquí de fútbol

El Mundial de 2030

Estos últimos meses, Marruecos ha lanzado una renovación de varios de los estadios, con el objetivo de ampliarlos. El de Tánger está previsto que pase de 62.000 a 80.000 plazas, el de Rabat también sumará 21.000 nuevos asientos para acoger a casi 67.000 espectadores. Aunque el que va a ser la joya de la corona, el nuevo Estadio de Casablanca, todavía no se ha empezado a construir. Tendrá una capacidad para 93.000 personas, el más grande del país y uno de los más grandes del continente.

Precisamente es en este estadio donde la federación marroquí le gustaría que se jugase la final. Tras conocer la decisión, su presidente, Faouzi Kekjaa, expresó su deseo de “vivir una final extraordinaria que honre a todo el continente y a las jóvenes generaciones en un estadio en Casablanca que será extraordinario y maravilloso", en una entevista radiofónica. Aunque más allá de expresar este anhelo, no se sabe oficialmente dónde tendrá lugar la final. En España causó malestar porque ya daban por hecho que sería en Madrid. Además de Casablanca, la federación marroquí ha presentado otras cinco sedes: Rabat, Tánger, Agadir, Marrakech y Fez. “Hay otras sobre las que se tomarán decisiones próximamente”, expresó Kekjaa.

Marruecos está acostumbrado a organizar grandes eventos deportivos, como el último mundial de clubes que ganó el Real Madrid en Rabat. El año pasado también acogió la Copa Africana de Naciones Femenina. Junto con Sudáfrica, que organizó el Mundial en 2010, es uno de los países del continente con mayor infraestructura para competiciones de fútbol. En el continente fue uno de los países punteros en incluir el VAR (Árbitro asistente de video) en su liga nacional. La apuesta marroquí por el fútbol también pasa por la formación, en 2009 se creó en Rabat la Escuela de Fútbol Mohamed VI, una infraestructura de 13 millones de euros que acoge a un centenar de alumnos. Uno de los más famosos que pasó por este centro es Youssef En-Nesyri, actual delantero del Sevilla. El jueves, la Federación marroquí de Futbol anunció el fichaje de Jorge Vilda al frente de la selección femenina.

Pasión por el fútbol

En el centro de Rabat, no hace falta estar enganchado a la tele cuando juega la selección nacional para saber cuando marcan un gol, basta con tener las ventanas abiertas. Los cafés se llenan y los gritos de celebración retumban por las calles. Una imagen que se repite, aunque con menos fuerza, cuando juegan partidos importantes los principales equipos marroquíes o incluso con el Barça o el Madrid. El fútbol es el deporte rey del país. Por la tarde, las canchas de fútbol repartidas por todos los barrios se llenan, en la calle también es uno de los principales entretenimientos de los más jóvenes. 

Uno de los episodios de mayor locura que vivió el país fue cuando Marruecos logró llegar el año pasado a las semifinales del Mundial de Qatar. Fue una hazaña histórica que paralizo el país y lo sumió en una mezcla de euforia y orgullo. Cada partido se vivió con la intensidad de una final, y las calles se llenaban de miles de personas festejando cada triunfo, el sonido de los cláxones y las banderas del país recorrían las calles hasta altas horas de la noche. Muchos de los ciudadanos nunca se habían interesado por este deporte, aunque los “Leones del Atlas”, como se conoce la selección en Marruecos, lograron que se engancharan a la televisión para seguir los partidos. 

El paseo del rey

El mundial de Qatar se elevó incluso a causa real, el mismo monarca salió a pasear por las calles de Rabat en su coche tras la victoria contra España y el pase a octavos. Nunca la selección marroquí había logrado llegar tan lejos. Aunque finalmente los eliminaron en semifinales, a los pocos días fueron recibidos como héroes en la capital. En un autobús descapotable recorrieron la ciudad hasta llegar a Palacio, dónde los jugadores, acompañados de sus madres, fueron recibidos y condecorados por Mohamed VI. Una hazaña histórica que el monarca aprovechó para incluirlo en su último discurso durante la Fiesta del Trono, como ejemplo de lo que es capaz el país.

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