MUNDIAL DE QATAR

El Mundial de Marruecos, orgullo de Estado

En el continente africano y en los países árabes, el éxito marroquí se vive como propio y el rey Mohamed VI no ha parado de recibir llamadas de mandatarios de todo el mundo 

La unión y felicidad que se vive en el país resultan insólitas y nunca antes en Marruecos se había vivido una conexión tan estrecha entre los jugadores y el país

Celebración en Nador, Marruecos, del pase de su selección a semifinales del Mundial

Marc Ferrà

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Marruecos sigue sin despertar de su sueño catarí. El país entero salió el sábado a la calle para celebrar la gesta histórica de los Leones del Atlas. Durante los 90 minutos de partido contra Portugal, los aficionados celebraron cada llegada de sus jugadores, cada recuperación de su defensa y parada de su portero. También sufrieron mucho hasta el último minuto. El pitido final hizo explotar la locura y los gritos resonaron por todo el país. Nunca antes en Marruecos se había vivido una conexión tan estrecha entre los jugadores y el país. El orgullo es total.

El color rojo, los gritos, la música, los bailes, los abrazos cargados de emoción, alguna que otra lágrima y, sobre todo, la euforia abarrotaron el centro de Rabat y de muchas otras ciudades del país. El sonido de los cláxones ensordeció el país y, pocos minutos después del partido, las arterias principales de la ciudad quedaron colapsadas. Un ambiente completamente festivo que unió a jóvenes, familias y mayores al grito de “viva Marruecos”.

Celebración en Nador, Marruecos, del pase de su selección a semifinales del Mundial

“Vemos posible llegar a la final. Tenemos un equipo muy fuerte. Todo el país cree que vamos a ganar en este Mundial. Es una gran fiesta, todo el mundo está feliz”, explicaba eufórico Aymane, que festejaba junto a sus amigos el triunfo. “Si Marruecos llega a la final, sería un honor jugar contra Croacia o Argentina. Con todo esto positivo que está pasando, la mentalidad del pueblo cambia. El país está ilusionado”, relataba el joven. 

El muro marroquí ha frenado a Bélgica, Canadá, España y Portugal y se ha erigido como el gran equipo revelación de la competición. Solo ha encajado un gol, y en propia puerta, y solo ha recibido 10 remates a puerta, una seguridad defensiva que no se veía desde la Italia campeona del 2006.

Más allá de lo que pueda suceder contra Francia, la selección de Marruecos ha entrado en la historia como el primer conjunto del continente africano y mundo árabe que llega a unas semifinales de un Mundial de fútbol. El país se ha acostumbrado a ganar y cada victoria se ha celebrado como si no hubiera un mañana. 

Fiesta global

Los Leones del Atlas han logrado despertar el orgullo marroquí que, sin ser favorita contra ninguno de sus rivales, han logrado tumbar a los grandes conjuntos europeos. También se vive una unión y felicidad que no ve cada día en el país. Las conversaciones en los cafés y en el trabajo están acaparadas por el fútbol. Tras batir a la Portugal de Cristiano Ronaldo, el país ya empieza a pensar en la Francia de Mbappé y a soñar en una posible final. 

La celebración del pase histórico de Marruecos a semifinales también ha llenado plazas y calles alrededor del mundo. La comunidad marroquí en Francia lo festejó en los Campos Elíseos de París, donde hubo un centenar de detenidos. También en Madrid y Barcelona, los cánticos y la euforia se alargaron hasta entrada la noche. En el continente africano y en los países árabes, esta victoria la han vivido como suya. Marruecos ha logrado erigirse como el representante de toda la región en este mundial. 

Marruecos - Portugal | El gol de En-Nesyri

MEDIAPRO

Las felicitaciones también han llegado de todos los puntos del planeta, y el teléfono del monarca Mohamed VI, no dejó de sonar tras la victoria. Recibió llamadas del los presidentes de Gabón, Francia, Emiratos Árabes, Mauritania, Catar, Jordania y muchos otros territorios. Por ahora no se sabe si el rey va a viajar a Catar para el partido de semifinales, aunque sí se cuenta con que Emmanuel Macron, presidente francés, lo viva en directo desde el estadio. Será la primera vez que las dos selecciones se enfrenten en un partido oficial. Los precedentes son cinco amistosos.

Jugar en casa

El miércoles está previsto que el país entero se paralice de nuevo enfrente de la televisión cuando empiece a rodar el balón. En los anteriores encuentros, muchos trabajos han dado libre durante los partidos, incluso algunos colegios acortaron las clases. En los cafés y bares es prácticamente imposible encontrar una silla vacía sin reservar y en las tiendas de la medina de Rabat, la camiseta del conjunto marroquí acapara gran parte de las ventas. 

Está previsto que para el partido contra Francia, Marruecos vuelva a jugar con el estadio de su lado. “Parece que están jugando en Casablanca”, bromeaba un marroquí sobre el ambiente que se vive en Qatar cuando juegan los Leones del Atlas. Para vivir el partido contra Portugal, más de 2.000 aficionados viajaron hasta Doha y tras la victoria, la compañía aérea marroquí anunció que todos los que quieran pueden cambiar su vuelo de vuelta gratuitamente para después del encuentro de semifinales.

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