Dembelé no arranca en París; el PSG de Luis Enrique, tampoco

No chuta Dembélé. No chuta el Paris SG de Luis Enrique, zarandeado por el Newcastle en la Champions (4-1) en lo que era algo más que un partido. Era Arabia Saudí, que domina y gestiona el club inglés, contra Catar, que domina y gestiona la entidad parisina.

No arranca Ousmane en su regreso a Francia tras abandonar precipitadamente el Barça dejando, eso sí, un lugar en la banda derecha para que apareciera Lamine Yamal, el joven de 16 años que ha asombrado en su estruendosa irrupción en la elite.

Pasan los partidos (son ya ocho, seis de Liga y dos de Champions) y no hay rastro de Dembélé. Ni un solo gol ha marcado. Apenas ha dejado dos remates a puerta, signo de que su productividad no mejora en ese tránsito de Barcelona a París tras desoir a Xavi, quien deseaba convertirlo en el mejor del mundo en su puesto. "No le guardo rencor", afirmó el técnico azulgrana, indicando que la marcha de Ousmane abrió la oportunidad para otros. Y Lamine ha sido el más rápido y más precoz en cogerla.

"Yo soy el primer responsable y el último"

Luis Enrique

— Técnico del PSG

El PSG, entretanto, camina en esa misma y errática dirección. Es quinto en el torneo doméstico, con 12 puntos, a dos del líder, el Mónaco, lejos de los puestos de la Champions, y sale zarandeado de ese partido que tenía un aire geopolítico. No encuentra el hilo que le proporcione estabilidad al recién iniciado proyecto de Luis Enrique. "Es cierto que tenemos que mejorar, sin ninguna duda", ha reconocido el entrenador.

La segunda peor derrota en la era catarí

"Yo soy el primer responsable y el último", ha asegurado Luis Enrique para exculpar a sus jugadores del varapalo que vivieron en Inglaterra. La derrota, según el técnico asturiano, fue "justa, pero el resultado es excesivo". Hacia 22 años que el PSG no encajaba cuatro tantos en un partido de la fase de grupos. "La actitud de los jugadores estuvo y la idea de lo que queríamos hacer fue óptima. Quizá ví otro partido", ha dicho el entrenador asturiano.

Pero esta derrota le emparenta con la que le propinó el Deportivo de La Coruña en marzo de 2001 (4-3) en Riazor para encontrar el último precedente. En la era catarí, es la segunda peor derrota en la Champions, solo superada, obviamente, por el 6-1 que le propinó el Barça en el Camp Nou (marzo 2017), prólogo de la marcha de Neymar al Parque de los Príncipes. 

Intocable para Luis Enrique

A Dembélé, que hizo este verano el viaje de retorno a Francia mientras el brasileño emigraba a Arabia Saudí, le pasa igual que al PSG. No está fino. Se le ve fuera de foco, impreciso y sin chispa. Lleva 600 minutos de competición oficial, pero no está resultando determinante.

No será por falta de confianza. Ni por lesiones ya que no ha sufrido ni un solo percance físico en París, donde resulta intocable para Luis Enrique, que le ha concedido la banda derecha de un ataque que reunió, por ejemplo, ante el Newacastle hasta cuatro delanteros con poco espíritu defensivo.

Estaba Ousmane acompañado por Mbappé, que ejercía de media punta con total libertad, y Kolo Muani, que ocupaba el flanco izquierdo. Los tres por detrás del nueve, tarea que desempeñó el portugués Gonçalo Ramos. Mucho delantero, pero poca contundencia. El único gol parisino lo tuvo que firmar un defensa: Lucas Hernández.

 "¿Por qué este sistema? Yo soy el entrenador, yo decido. No merecemos este resultado. Nuestro objetivo es llegar a los octavos de final. Es un grupo difícil, lo sabemos, seguimos segundos, serán divertidos los últimos partidos", ha dicho Luis Enrique para justificar la elección de este atrevido dibujo táctico. "Pensé que este sistema era lo mejor para el equipo. De hecho, todavía lo creo".

Debate sobre Ousmane

Mientras empiezan a asomar las críticas hacia la escasa producción de Dembélé, que ya estaba bajo sospecha antes del 4-1 del Newcastle, y de Mbappé, a quien el diario francés ‘L Equipe’ suspende con un deshonroso dos. “Jugó una primera parte decepcionante”, es el análisis que se hace sobre la gran estrella del proyecto del PSG, que estaba feliz porque tenía a su lado a Ousmane, con quien tejió una gran relación durante su coincidencia en la selección francesa.

Suma ya el exdelantero del Barça 600 minutos oficiales con la camiseta del PSG: 0 goles, 2 tiros a puerta y 1 asistencia

En el campo, en cambio, no están todavía conectados. A Dembélé le dan un 4, también suspendido, retrato de un equipo paralizado defensivamente, a quien el conjunto inglés castigó su debilidad. Ocho tiros del Newcastle, cuatro a puerta, cuatro goles. Más eficacia resulta imposible.

Justo lo que se le pide al exdelantero azulgrana desde que aterrizó el pasado verano en el Parque de los Príncipes tras ejecutar su cláusula de rescisión, fijada en 50 millones de euros. Pero no todos fueron para el Barça, que cobró 35, 4.

Se siente, eso sí, comprometido con lo que le pide Luis Enrique (es el delantero que más kilómetros corre), pero luego todo queda sepultado por su falta de puntería. 600 minutos, 0 goles, 1 asistencia definen al Dembélé del PSG.

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