La crónica del Cartagena-Espanyol: Pere Milla y Braithwaite sitúan al Espanyol líder

En una excelente jugada de ataque, resumida en un acrobático disparo de Pere Milla, alcanzó el Espanyol el liderato de Segunda. Tenía que ganar el equipo de Luiis García después del triunfo del Zaragoza en Andorra (0-1). Y no falló porque supo sobreponerse a un mal inicio en Cartagena donde parecía que el colista se sentía con la autoridad necesaria para derribar al conjunto perico.

Fue una momentánea y falsa impresión. Ni 10 minutos mal contados duro ese impetuoso arranque del conjunto local, que se mitigó de inmediato porque el Espanyol se hizo con la pelota. Pero todo se complicó, sin embargo, en una mala segunda mitad blanquiazul que le hizo vivir los minutos finales con angustia porque el Cartagena tuvo la sensación de que el empate estaba cercano.

Duelo desigual al inicio

Y eso que a través del balón dominó el Espanyol el encuentro ajustando la lógica que indicaba la clasificación a la noche murciana. Era uno de los grandes candidatos al ascenso quien visitaba el hogar del último clasificado de Segunda. El duelo era tan desigual como lo acabó siendo, a pesar de que el Espanyol no visualizó en el marcador su dominio en la primera mitad. Ni un solo tiro a puerta del Cartagena, la prueba de que andan en una crisis que les puede alejar, pese a que acaba de iniciarse octubre, de la elite.

Todo cambió, sin embargo, en la segunda parte cuando el Espanyol perdió todo el control que tenía antes, exponiéndose a la posibilidad cada vez más cercana de un empate. Empate que, afortunadamente, para el equipo perico no llegó.

Incidente racista

Estaba el Espanyol disfrutando del gol de Pere Milla, quien puso el punto y final a la buena acción colectiva que nació del criterio de Pol Lozano, prolongado por la distribución de Braithwaite hacia la banda derecha para Javi Puado, autor de la asistencia, cuando el partido se debió detener. Omar El Hilali, el joven lateral marroquí del equipo perico (20 años), se disponía a sacar de banda cuando escuchó algunos insultos racistas.

 Omar El Hilali, el joven lateral marroquí del equipo perico (20 años), se disponía a sacar de banda cuando escuchó algunos insultos racistas. Y el Cartagena expulsó del estadio al aficionado que profirió esos insultos

El colegiado se dirigió al delegado del Cartagena exigiendo un contundente mensaje en los marcadores contra el racismo. Pero un sector mayoritario del público desoyó esa recomendación y decidió, de manera antideportiva, silbarlo lo que provocó que el colegiado Luis Mario Milla Alvendiz reiteró que si no se paraban esos insultos estaba dispuesto a parar el partido. El club murciano expulsó al aficionado que profirió esos insultos.

Ocurría a la media hora de encuentro ese incidente racista, mientras el Espanyol se sentía cómodo en el partido. Pero la ventaja era miníma, expuesto como quedaba el conjunto de Luis García a cualquier problema, como quedó certificado en el primer cuarto de hora de la segunda mitad.

De susto en susto

Y, claro, el Cartagena entendió entonces que era su momento. Un zapatazo de Úmaro Embaló fue repelido por violencia por el larguero blanquiazul. Era el primer aviso (m. 54), pero no el último porque Pacheco, tal si estuviera en Tenerife, se enredó con la pelota en los pies y disparó con tan mala puntería (m. 58) que la pelota rebotó en el cuerpo de Ortuño provocando ataques de ansiedad al banquillo perico porque se transformó en una clara ocasión de gol para el Cartagena.

El Espanyol acusó el golpe inicio de ese mal arranque, incapaz como era de hallar la tranquilidad con otro gol, dejando con respiración asistida a su rival. Por eso, sufrió tanto en la segunda mitad hasta que Ramon galopó por la banda izquierda antes de detectar la aparición de Braithwaite en el área pequeña. Era ya en el tiempo añadido evitando que la angustia se apoderara de los pericos.