Rafa Benítez, plenos poderes en el Celta para un obseso del fútbol

De las historias que se cuentan de Rafa Benítez, llama la atención la que desveló su propia mujer en una entrevista con el diario La Región, de Ourense. Si no es célebre, debería serlo. “En nuestra primera cita, fuimos a una pizzería en Madrid. Yo no tenía ni idea de fútbol. Cogió un boli y se puso a explicarme en el mantelito de cuadros lo que era el 4-4-2…”. Cuanto menos, aprendió de buenas a primeras lo que le esperaba si se casaba con él. Estaba ante un obseso del fútbol.

Han pasado los años y Benítez habrá digerido muchas pizzas desde entonces, pero el 4-4-2 que predicaba en sus días de flirteo ha sido un constante en su carrera. Hasta que hace poco lo apartó de su menú. Todo el verano, en los partidos de pretemporada con el Celta, ha empleado ese 4-4-2 que vendría a ser su Cuatro estaciones, la que le proporciona satisfacciones seguras.

Sin embargo, después de una primera parte decepcionante en el primer partido de Liga ante la Real Sociedad, reestructuró la disposición de los jugadores en el descanso, ordenó un 3-5-2, con tres centrales, y el equipo adquirió entidad. Y ya no ha mirado atrás desde ese día, un esquema con el que lleva una victoria, un empate y tres derrotas. Un mediocre balance, pero Benítez suele ser testaduro (entre otras características), así que cabe esperar la misma puesta en escena en Montjuïc ante el Barça este sábado (18.30 horas). 

Benítez ha vuelto a la Liga y ha aterrizado en Vigo después de varias semanas de negociaciones que empezaron antes de verano. Es considerada la primera decisión importante de Marián Mouriño, hija del actual presidente céltico. Ya ejerce como presidenta, aunque no lo será oficialmente hasta la Junta General de Accionistas de noviembre. 

El entrenador mejor pagado

Cuentan desde Vigo que la presidenta quería empezar su mandato con una decisión ambiciosa, pero le costó convencer a Benítez, cuya carrera como técnico despegó con el Valencia y luego se acostumbró a clubs de chequeras frondosas como Madrid, Liverpool, Newcastle, Everton o Inter. El Celta pertenece a otro rango, pero Marián Mouriño tenía clara su apuesta y fue persuasiva a base de entregarle poderes y, sí, también dinero.

Mouriño le ofreció un contrato de tres años y, pese a que la cifra de su salario no se ha hecho pública, se da por sentado que es el entrenador mejor pagado de la historia del Celta con mucha diferencia respecto al segundo. De hecho, es el primer técnico que gana más que Iago Aspas, que era un listón infranqueable hasta ahora. El Celta tiene su límite salarial agotado y en parte es por ese contrato alto que se le ha entregado a Benítez, quien por cierto se ha mostrado crítico por cómo gestiona LaLiga el 'fair play' financiero.

El madrileño parece tener en mente convertirse en una figura que va más allá del papel de entrenador. En sus ruedas de prensa ha dado la sensación desde que está en Vigo de pensar como mánager, lo que se estila en la Premier, buscar el triunfo en el siguiente partido pero también de pensar en el proyecto a medio y largo plazo. Esta semana se ha anunciado una reestructuración en la organización del club en que Luis Campos y Rafa Benítez comparten la dirección deportiva. Una visualización de todo ello.

Por lo demás, Benítez se ha mostrado en Vigo fiel a su fama de meticuloso sobre el césped e infatigable en los despachos. Se pasa horas y horas revisando vídeos, analizando rivales o conceptos. Juan Carlos Calero, coordinador deportivo de la entidad viguesa, ha explicado que Benítez puede llamarle por teléfono desde el despacho pasada la medianoche para transmitirle alguna observación sobre un vídeo que acaba de ver. Él, como otros a su alrededor, han detectado lo mismo que su mujer en la primera cita: es un obseso del fútbol.

Suscríbete para seguir leyendo