La dirección de La Masia vuelve a cambiar, ¿pero cómo debería liderarse?

La dirección de La Masia ha experimentado una convulsión incesante en los últimos años. De un periodo de una larga estabilidad con Carles Folguera -17 años al mando-, se ha pasado a un vaivén constante que empezó con Josep Maria Bartomeu y ha proseguido con Joan Laporta. El último en ser apartado de la dirección ha sido Mike Puig, que duró dos años en sustitución de Xavi Martín. El nuevo jefe de la Masia es el ucraniano Andréi Xepkin, mito del balonmano azulgrana de 58 años.

El relevo no ha sido apenas explicado y la designación de Xepkin, tampoco. Solo consta una declaración de Enric Masip, asesor de Laporta y amigo íntimo del exjugador, al diario ‘Sport’. "Claro que es amigo mío, es como un hermano, y me han preguntado por él. Lleva 30 años en el club, 9 en La Masia. No tiene tres carreras, pero es una buena persona, trabajador, humilde, un tío con criterio. Pueden decir que en La Masia debe haber un economista o un abogado.... Yo creo que debe haber un deportista que sepa tratar a los deportistas y entienda sus necesidades”.

Parece un buen momento para preguntarse eso, qué características, qué virtudes, qué formación debe atesorar el director de una residencia en que se juntan unos 100 menores, todos deportistas y con sueños elevados, de diferentes edades, procedencias y disciplinas (no solo hay futbolistas). Detrás de ellos hay unas familias, quizá preocupadas por cómo les irá a sus hijos fuera de casa, quizá ansiosas ante unas expectativas económicas que no acaban de materializarse. 

Lo que no quieren escuchar

Preguntamos a Folguera, símbolo del hockey patines, más experimentado que nadie como director de una residencia que es muy especial. ¿Qué perfil debe reunir el candidato ideal? No son solo los 17 años que estuvo al frente de la residencia; ahora lidera un proyecto similar en Tarragona, el Nàstic Sports Academy (NSA), donde se juntan 160 deportistas de 40 países diferentes, en fútbol, pádel y motor. Expone su punto de vista subrayando que no tiene interés alguno en regresar al Barça.

"El director de La Masia debe tener una formación en el ambito educativo y pedagógico. Debe estar pendiente de los hábitos, las normas, la educación y todo aquello que menos quieren hacer los chavales, porque a ellos básicamente les preocupa la parte deportiva. Si un chico te dice: ‘No entiendo por qué tengo que hacerme la cama cada mañana’. Pues hay que saber decirle que en el ámbito deportivo seguramente hace cosas que no le gustan pero son buenas para él. Y si falta el respeto a un educador, hay que explicarle que se merece el mismo respeto que un entrenador. Esta autoridad es necesaria en el perfil del director, alguien que les diga lo que no quieran escuchar pero que es para su bien". 

Folguera resalta el trabajo en equipo dentro de la Masia. “Una de las funciones primordiales del director es liderar un grupo de profesionales que están alrededor de los chicos y acompañarles en su crecimiento. Entre todos hay que transmitir a las familias que sus hijos están en buenas manos. Y en público hay que tratar a todos los chavales por igual, ya sea al que es una apuesta deportiva de club como al que está más lejos del éxito. El sentimiento de equidad lo valoran mucho. Que no haya segundas clases. Es obvio que Lamine Yamal o Gavi tendrán un trato diferencial, pero delante de los demás, todos iguales. No puedes plegarte al crack de turno. La autoridad es muy importante”.

La importancia del acompañamiento

Para Folguera, “el director debe tener cierta experiencia en expresarse en un lenguaje que tenga que ver con el deporte y la educación, que puede transmitir lo que significa trabajar en equipo, qué es el esfuerzo, qué es la disciplina, qué significa tener valores… Los valores no se proclaman, se demuestran en el día a día". Y una palabra que vuelve a usar porque la considera fundamental: acompañar. "Hay que acompañar a los chicos en la gestión de la frustración. Llegará el momento en que para muchos de ellos las cosas no irán como habían imaginado”.

Por supuesto, el director debe encargarse también de algo más pedrestre como es la gestión de un presupuesto ahora menguado, pero eso no resulta tan entretenido de explicar.