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'Una nueva era' (segunda temporada): un Barça pulcro pero sin emoción

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Los jugadores del Barça de fútbol, jugando a baloncesto.

Los jugadores del Barça de fútbol, jugando a baloncesto. / FCB-Prime Video

Albert Guasch

Albert Guasch

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Dice Xavi Hernández en un momento del segundo capítulo de la segunda temporada de 'Una nueva era' que a su Barça le está faltando "alma, pasión y carácter". Se refiere al periodo de la pasada campaña en que su equipo quedó con el rostro amoratado por los golpes que le cayeron en la Champions y en el Santiago Bernabéu. Esa alma, pasión y carácter la encontró después y se ganó sobradamente la Liga. La serie documental de cuatro episodios, estrenada esta pasada semana en Prime Vídeo, no acaba de adquirir, en cambio, esas características que pudieran convertirla en una campeona audiovisual.

Suele decirse que cualquier relato requiere de conflicto y emoción para llegar al espectador. No sucede en esta nueva entrega de la serie, dirigida por Kike Costas, de la productora Wakai, en asociación con Barça Produccions. La factura es pulcra, hay escenas entre bastidores valiosas y permite un acercamiento a las dinámicas del vestuario que muchos barcelonistas disfrutarán. No obstante, todo es tan aseado que parece pensado para gustar a los protagonistas más que para seducir y atrapar al espectador.

Sin conflictos

En los cuatro episodios se recorren las situaciones de una temporada, la 2022-2023, con muchos componentes destacados. La temprana caída en la Champions, el cambio táctico para pasar del Barça del 4-3-3 al Barça de los cuatro centrocampistas, las retiradas de Piqué y Alba, la redención en la Liga... Los conflictos se evitan: el 'caso Negreira' obtiene un tratamiento superficial. Es un asunto de club y no de vestuario y, por tanto, queda fuera. Otros momentos de tensión internos, documentados periodísticamente durante el curso, tienen un tratamiento tangencial o se ignoran.

Todo ello evidencia que se trata de un producto de club, y a ninguna empresa le gusta resaltar sus problemas. Así no se transmite barcelonismo. Es una serie de escenas, y las hay interesantes, gracias al acceso privilegiado de las cámaras: Piqué yendo con sus hijos a jugar su último partido como azulgrana en el Camp Nou; la preparación del discurso de Gavi para la gala del Balón de Oro; una charla de Xavi con Jordi Cruyff cargada de alivio tras un decisivo Barça-Madrid, o pasajes de distensión en la caseta.

Se diversifica la estructura con apariciones de ilustres azulgranas como Marc Márquez, Pau Gasol y Andrés Iniesta. Pero si la serie cuenta con un protagonista destacado es Xavi. La ciclotimia del cargo de entrenador -ya explicada periodísticamente a lo largo del curso- y su pasión por el Barça dan de sí, y más que podrían haber dado. "Intento impregnar de barcelonismo a los jugadores", dice en un momento determinado. Si hay una pasión en la serie es la que expone Xavi, de amor a una institución, motor de su vida. Por lo demás, entretenimiento pasable pero poco memorable.