Un equipo sin un '10', por Jordi Puntí

La crisis que intenta reconducir desde hace unos años el FC Barcelona tiene también un rumbo simbólico que a veces se subestima a favor de los resultados. El prestigio del club triturado por la anterior junta de Bartomeu, con casos como el Barçagate; las dudas sin resolver del caso Negreira; el vacío emocional de la salida de Leo Messi, o el traslado forzoso a Montjuïc son ejemplos de la deuda simbólica que arrastra el club. Creo que en la misma línea se le añade ahora la ausencia de un número 10 en la plantilla, circunstancia que además refleja las dudas futbolísticas del equipo.

Pero primero una aclaración: hay quien dice que el 10 debería ser retirado para siempre como homenaje a Leo Messi. No opino lo mismo: quizá sea una tradición del básquet y otros deportes, pero no del fútbol. La forma correcta de homenajear a los dieces que han pasado por el Barça, y en especial a Messi, es que los grandes futbolistas sigan con la tradición. El mejor ejemplo es el 10 de Argentina, que reúne a Maradona y Messi. No hay caso, pues. 

Las dudas de la apuesta

La cesión de Ansu Fati a última hora ha dejado al equipo sin el 10. Hace dos años, el hecho de que lo aceptara siendo una promesa deslumbrante obedeció a una euforia sanadora y al deseo de llenar cuanto antes el vacío dejado por Messi, pero no funcionó. Tras el cierre del mercado, en agosto, nadie se pidió el número y esta ausencia refleja también las dudas futbolísticas de la apuesta de Xavi.

Porque, ¿quién lo merece? Pedri lleva el 8 que le une a Iniesta. Gündogan optó per el 22 que le recuerda sus inicios en Nuremberg. Por lo visto hasta ahora, la ubicuidad combativa de Gavi (6) y la omnipresencia en el juego de De Jong (21) quizá sean los candidatos más cercanos, pero justamente el juego tan atractivo como posesivo de ambos me parece la antítesis de lo que significa un 10: mover al equipo, hacer jugar a los demás.

Esta ausencia, pues, quizá prueba que el carisma del Barça como conjunto está a medio definir. Cada día hay señales de mejora, y yo solo espero que nadie tenga la tentación simbólica de ofrecerle el 10 a Lamine Yamal.

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