Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023

Keira Walsh, el cerebro culé y 'guardiolista' de Inglaterra

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Keira Walsh, jugadora de la selección inglesa

Keira Walsh, jugadora de la selección inglesa / REUTERS

Laia Bonals

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Hay futbolistas que están tocadas por una varita. No hay otra explicación. Ese talento, esa mágica que nace de sus botas, no tiene otra justificación que sea por voluntad divina. Ahora, ese talento no sirve de nada sin constancia. Y de eso Keira Walsh (Rochdale, Inglaterra, 1997) sabe un rato. La centrocampista, titular indiscutible en el Barça y en Inglaterra, ha demostrado una y otra vez que nada la tumba, que las dificultades son menos baches en un camino lleno de éxitos. Y, en su estantería, quiere poner el trofeo del Mundial al lado de la pasada Eurocopa levantada. Para ello, este domingo quiere desarmar a España y proclamarse campeona.

El amor por el fútbol le llegó sin verlo venir. Para ella, ver a su padre salir de su pequeño hogar en Rochdale cada fin de semana hacia Maine Road con la camiseta del Manchester City puesta era lo habitual. La cita de cada semana, el momento de culto donde su padre se iba a ese majestuoso estadio donde ella al poco tiempo soñaría con jugar. Durante la semana, entrenaba en el jardín de casa con las botas puestas y el balón bien pegadito. Siempre controlado, no fuera que se perdiera por ahí.

Su talento innato le permitió avanzar pese a las objeciones de aquellos que, en aquella época, no entendían aunque el fútbol no tiene género. Con tan solo 17 años se vestía con la zamarra del club que la vio crecer, para, unos pocos años después, con 25, cambiar el skyblue por el azulgrana del club donde siempre soñó jugar. Todo se puso a su favor para llegar al Barça el verano pasado. La lesión de Alexia dejaba un espacio libre en el centro del campo que no se podía asignar a cualquiera. Las citizens habían caído eliminadas de la Champions y la centrocampista inglesa acaba de ser nombrada la mejor jugadora de la final de la Eurocopa que levantó el conjunto de Sarina Wiegmann.

Keira Walsh, durante un entrenamiento con la selección inglesa.

Keira Walsh, durante un entrenamiento con la selección inglesa. / REUTERS

Prodigiosa con el balón en los pies, Walsh siempre tuvo presente a sus dos referentes. "Mi padre siempre me decía que me fijara en Sergio Busquets y Pep Guardiola, porque él era un centrocampista defensivo. Me decía que los mirara. También vi a Yaya Touré, pero yo juego un poco diferente a él. Y, por supuesto, David Silva era mi jugador favorito", confesó en innumerables ocasiones el faro de la selección anglosajona.

Pocas jugadoras tienen el talento individual de Keira Walsh. Su gran calidad la hace destacar en un centro del campo donde se hace grande, ocupa espacios y lee a la perfección el juego propio y el del rival. Temporiza e interpreta las necesidades del equipo con una elegancia reservada solo para las mejores. La centrocampista destaca por mirar siempre adelante, buscando a la jugadora alejada, elemento muy importante en la creación de juego para el equipo culé. La centrocampista, igual que Bronze, comparte vestuario con la mayoría de las futbolistas de la selección española en el Barça.

Este Mundial, sin embargo, no ha sido lo dulce que Walsh hubiera imaginado. En el partido contra Dinamarca (segunda jornada de la fase de grupos), Walsh tuvo que abandonar el terreno de juego en camilla, después de que su rodilla hiciera un extraño. Saltaron todas las alamas, en Australia y en el Barça. Por suerte, todo quedó en un susto y la azulgrana pudo volver para los octavos de final contra Nigeria. Sin duda, formará parte del once inicial de Sarina Wiegman para la gran final ante España. No hay mejor guía para las inglesas si quieren sumar a su gesta este Mundial.