LA INDUSTRIA DEL DEPORTE

¿Por qué cada vez valen más los clubes?

Los jugadores del United celebran el título de la Copa de la Liga tras ganar al Newcastle en Wembley el pasado mes de febrero.

Los jugadores del United celebran el título de la Copa de la Liga tras ganar al Newcastle en Wembley el pasado mes de febrero. / Dpa

Marc Menchén

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El fútbol es una industria. Un negocio, aunque algunos lo usen de forma despectiva para señalar todos los males de un deporte que mueve más de 30.000 millones de euros anuales. Y ahí resulta muy difícil mantener estructuras de propiedad ya no sólo tradicionales, como la de Barcelona o Real Madrid, sino también aquellas vinculadas a familias o empresarios locales. A falta de regulación armonizada en Europa, la ausencia de una limitación a la inversión ha alentado la llegada de grandes fortunas con recursos ilimitados. 

La gran beneficiada ha sido la Premier League, ahora inmersa en una enmienda a buena parte de sus mantras de gestión antes de verse forzado a hacerlo por orden del Gobierno. Con pocas exigencias, más allá de que siempre haya caja para cubrir las pérdidas, es ahí donde los inversores exóticos de antaño quisieron apostar y es ahora donde inversores norteamericanos quieren jugar.

El mayor mercado de consumo futbolístico

¿Por qué? Porque es el mayor mercado de consumo futbolístico en Europa, tiene un producto audiovisual ampliamente internacionalizado y un paracaídas al descenso que protege en cierta manera el sobresalto de bajar un año a Segunda. Y sí, es un país en el que Primera y Segunda acumula unas pérdidas de más de 3.280 millones de libras desde 2019-2020, pero es que la lógica del fútbol no pasa por ganar dinero cada año para repartirse dividendos, sino en comprar, revalorizar y vender. Aunque no siempre funcione. Ahí están Valencia, la dupla de Milán... 

La lógica es que, a su manera, el fútbol es un mercado cerrado del que los clubes no salen salvo hecatombe, algo aún más blindado en el modelo de franquicias de Estados Unidos. Eso implica que, si alguien quiere entrar en este negocio, no tiene otra que, o pasar por caja y comprar un equipo en la élite con una base de aficionados consolidada, o jugar a la ruleta rusa en la que se ha convertido comprar un equipo de Tercera para abajo.

Ahí tenemos el Manchester United, con la familia Glazer frotándose las manos ante lo que sucede en EEUU. Allí los Washington Commanders de la NFL se han convertido en la venta más cara de la historia con 6.000 millones de dólares. Su idea era vender la totalidad de los 'Red Devils' cuando se rumoreaba un precio superior a 4.500 millones, pero ahora ya ha trascendido que podrían hacer caja vendiendo sólo una parte. 

¿Por qué? Con ese dinero, harían las inversiones necesarias en estadio y ciudad deportiva. Y, con contratos de televisión firmados al menos hasta 2026, la apuesta segura es que el club valdrá aún más. Porque ya no será sólo fútbol, sino una verdadera empresa de entretenimiento. 

El modelo alemán, menos sexy y más estable

En la Bundesliga y en LaLiga hay todo tipo de trabas orientadas a la sostenibilidad, de ahí que ese desembarco de inversores nunca se haya producido con tal frenesí. Es la paradoja de quienes aman la Premier League, que al mismo tiempo denuncian el gasto de multimillonarios y fondos soberanos y critican al resto de ligas por incapaces en retener el talento. Hoy es LaLiga, pero en su momento fue la Bundesliga, que hace tiempo se bajó del carro de enfocar la concepción de esta industria desde un punto de vista de siempre generar más, más y más para poder gastar más.

Blindado que en Alemania la mayoría del club siempre queda en manos de los socios salvo excepciones, allí se ha intentado suplir el extra de negocio internacional que buscan España y Reino Unido con la industria local y una afición fiel que llena los estadios. Así, los equipos de Bundesliga y 2.Bundesliga cerraron 2021-2022 con 4.475,9 millones de euros de facturación, lo que sólo supone un 7% por debajo de su negocio prepandemia. De hecho, las pérdidas agregadas de las dos categorías desde la pandemia se quedan en 741 millones, menos que toda la Premier sólo el año pasado.

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