Golf

Rahm se convierte en el cuarto español que gana el Masters de Augusta

Masters de Augusta: la batalla de dos mundos

Rahm, sobre la etiqueta de favorito para el Masters : "Lo que has hecho antes no importa"

El jugador vasco logró, a sus 28 años, el segundo grande de su carrera después del Abierto de EEUU en 2021

Rahm posa con la chaqueta verde de ganador del Master de Augusta de golf.

Rahm posa con la chaqueta verde de ganador del Master de Augusta de golf. / @TheMasters

José Carlos Sorribes

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El día que Severiano Ballesteros hubiera cumplido 66 años, Jon Rahm se coronó en el Masters de Augusta. El golfista vizcaíno, de 28 años, logró el segundo grande de su carrera tras su éxito en el Abierto de EEUU en 2021. En el jardín de Augusta se convirtió en el cuarto español que gana el prestigioso torneo en una edición marcada por las dificultades climatológicas, que respetaron el desenlace del torneo en la última vuelta. Rahm se une a Ballesteros (campeón en 1980 y 1983), José María Olazábal (1994 y 1999) y Sergio García (2017), también un 9 de abril en el caso del golfista castellonense. Contra viento y marea, dio un curso de golf en un campo tan legendario y de paso recuperó el número 1 de la clasificación mundial al ganar con 276 golpes, 12 bajo par, y cuatro menos que los estadounidenses Brooks Koepka y Phil Mickelson.

Augusta se lo debía a John Rahm. Desde su debut en 2017, el año de la victoria de Sergio García, había acabado entre los 10 primeros en cuatro de sus seis participaciones, con un cuarto puetos como mejor clasificación en 2018. En esta edición llegaba al torneo como uno de los favoritos, después de una espléndida temporada con tres victorias en el PGA Tour. Desde el primer día lo confirmó con un golf sólido que fue dejando atrás a sus rivales de forma inclemente.

El último que cedió fue Brooks Koepka, que llegó en cabeza al último cara a cara. El duelo, además, enfrentaba a los dos mundos en que se ha dividido el golf desde que aparecieron los petrodólares de Arabia Saudí, y que se ha puesto de manifiesto en los prolegómenos de este Masters. El estadounidense, ganador de dos Abiertos de EEUU y dos campeonatos de la PGA, es la principal estrella del LIV Tour, el nuevo circuito saudí, mientras que Rahm se ha mantenido fiel al PGA Tour.

La jornada final tuvo un programa doble. Por la mañana se completó la tercera ronda, suspendida el día anterior, en la que Koepka mantuvo sus dos golpes de distancia sobre Rahm. Ambos firmaron una tarjeta de uno sobre el par, con 73 golpes, pero al golfista de Barrika se había mantenido en la pelea por el título ante la cuarta vuelta que se iba a disputar unas horas después.

Ahí emergió entonces el carácter de Rahm, implacable, sin dar tregua a su rival. Flaqueó Koepka con tres bogeys en los nueve primeros hoyos de esa vuelta final, en el que se le escaparon dos pares 3. El León de Barrika, mientras, iba a lo suyo con dos birdies en los hoyos tres y ocho. Ese hoyo tres marcó el devenir de la partida porque, paso a paso, le dio la vuelta al marcador en solo ocho hoyos, donde recuperó cuatro golpes sobre el estadounidense. Solo cedió un bogey en el nueve en un putt que se le escapó cuando parecía relativamente fácil.

Al salir indemne del famoso Amen Corner, con dos pares y un birdie en el Azalea (el hoyo más mítico de Augusta), sabía el León de Barrika que tenía la chaqueta verde esperándole en la casa club. Y más cuando firmó otro birdie en el hoyo 14, con un majestuoso golpe fuera de calle y bajo los árboles. El mejor de un día en que estuvo enormemente firme en el approach y solo pareció titubear cuando tenía el campeonato más cerca. Koepka se recuperó algo con tres birdes en los hoyos 13, 15 y 17, pero un bogey en el 17 lo hundió definitivamente con una tarjeta de 75 golpes, tres sobre el par. Acabó compartiendo el segundo puesto con el eterno Phil Mickelson, de 52 años, que firmó 65 golpes, el mejor resultado de la última vuelta.

Rahm llegó al 18 con el Masters en el bolsillo, pese a una salida que fue a los árboles y luego de rebote hacia atrás. Jugó incluso una bola provisional por si no encontraba la primera. Fue una anécdota porque acabó el hoyo con otro par y un total de 69 en su último recorrido. El Masters era suyo. Y el beso de su mujer Kelley y sus hijos Eneko y Kepa fue la primera manera de celebrarlo en el mismo green. A sus 28 años está llamado por la madurez de su juego a sumar más Majors a su palmarés. Sumó el segundo 40 años después del último Masters de Seve Ballesteros.