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Antonela Rocuzzo, la novia de Argentina

La esposa de Messi sigue con verdadera pasión los partidos del Mundial y al igual que el 10 es objeto de adoración en su país

Antonela, en uno de los partidos del Mundial.

Antonela, en uno de los partidos del Mundial. / Odd Andersen / Reuters

Natalia Araguás

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Cantó, jaleó y hasta rezó por la selección argentina desde las gradas del estadio Lusail de Doha. “No te lo puedo explicar, porque no lo vas a entender!!!”, posteó luego en su Instagram Antonela Rocuzzo (Rosario, 1988), esposa de Lionel Messi, en un mensaje cuajado de emojis de banderas albicelestes. En la foto abrazaba sonriente a sus tres hijos: Thiago (10 años), Mateo (7 años) y Ciro (4 años), todos con el 10 en la camiseta argentina, que están viviendo con fervor los partidos del Mundial que juega su padre y más el 3 a 0 contra Croacia que catapultó a Argentina a la final de este domingo contra Francia. Radiantes y festivos, los Messi siguen los partidos en Qatar como si del salón de su casa se tratase.

Antonela Rocuzzo vibra con Messi desde que se cruzaron en una playa de Mar del Plata antes de cumplir los diez años. Nacidos los dos en Rosario, con solo un año de diferencia, es la mediana de las tres hijas de José Rocuzzo y Patricia Blanco, dueños de la cadena de supermercados Único de la tercera ciudad más poblada de Argentina. Mientras Leo jugaba al fútbol en la calle, Antonella estudiaba en el elitista colegio Centro Educativo Latinoamericano y dedicaba el tiempo libre a la gimnasia rítmica en el Club de Gimnasia y Esgrima de Rosario, un deporte que practicó de los 8 a los 13 años.

El primo Lucas Scaglia

Sus vidas transcurrían en paralelo hasta que Messi se hizo amigo de Lucas Scaglia, primo de Antonella, que jugaba en las categorías inferiores del Newell’s Old Boys, equipo por el que fichó Messi a los siete años. Scaglia invitó a Messi unos días durante el verano a su casa de la playa Punta Mogotes, en Mar del Plata, allí estaba Antonela. El que acabó por convertirse en el mejor futbolista del mundo se quedó prendado de 'La Negra', como la llamaban en su casa, el flechazo no solo sobrevivió al verano, sino a la marcha de Messi a Barcelona en el 2000 y a su rutilante carrera deportiva. Cuatro años después de que Messi aterrizase en El Prat, la mejor amiga de Antonela murió en un accidente de tráfico: él no dudó en subirse a un avión para consolarla y desde entonces ya no se separaron. Hubo boda en 2017 y tres hijos.

Frente los abigarrados looks de otras mujeres de futbolistas en el Mundial –Georgina Rodríguez, por ejemplo, se ha tomado a pecho lo del lujo oriental y exhibe sin pudor su joyería– Antonela Rocuzzo sigue fiel a su estilo deportivo. Ella se fotografía en tejanos o mallas y de lo que más presume es de su perfecta silueta, como se aprecia cada verano que pisa Ibiza y deja constancia en Instagram con sus espectaculares bikinis. En la edad adulta, ha cambiado la gimnasia rítmica por el yoga y poco más. A diferencia de sus hermanas –una abogada, otra médica– abandonó los estudios y, al margen de alguna aventura empresarial como la marca de ropa infantil Enfans, se concentra en su vida privada y familiar.

Los argentinos la adoran. El vídeo de Antonela imitando a su marido con aquel “qué mirás, bobo, andá para allá” que Messi le espetó al delantero neerlandés Wout Weghorst en los cuartos de final del Mundial se volvió viral.

El diario 'Clarín' elucubra sobre la compatibilidad de la pareja en base a sus cartas astrales: piscis ella, cáncer él, ambos son signos de agua, por lo que el buen entendimiento está garantizado, tranquilizan a la nación. “Correte Máxima, la única reina argentina es Antonela”, proclama Twitter. “Es una persona que prácticamente no tiene días malos, que siempre está de buen humor y es una compañera espectacular”, elogiaba a su mujer Lionel Messi en una entrevista al diario 'Sport'. En estos tiempos líquidos, Antonella Rocuzzo tiene de veras un superpoder: la estabilidad.   

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