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EL PARTIDO DEL SADAR (1-2)

El Barça se levanta con grandeza y se lleva un tesoro de Pamplona

. Hay victorias que son mucho más que victorias. Hay victorias que trascienden porque tienen un trasfondo que va más allá de lo futbolístico.

Osasuna FC Barcelona

Osasuna FC Barcelona / JAVI FERRANDIZ

Marcos López

Marcos López

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Oteó el paisaje Frenkie de Jong con su rubia cabellera, ajeno al volcán que era El Sadar, un estadio que suele ahogar a los rivales. Oteó y detectó el desmarque de Raphinha que rasgaba con inteligencia y astucia la sorprendida defensa de Osasuna para firmar una jugada que premió un triunfo de un valor incalculable. No solo porque le dio el liderato hasta después del Mundial ni tampoco porque deja al Madrid a cinco puntos, pero con un partido menos, ni siquiera porque jugó con 10 durante más de una hora por la expulsión de Lewandowski. 

Cuando cabeceó Raphinha y la pelota, bella y elegante, sorteó la salida de Aitor Fernández, el Barça alcanzó la tierra prometida. Hay victorias que son mucho más que victorias. Hay victorias que trascienden porque tienen un trasfondo que va más allá de lo futbolístico. Ganó el Barça sin su líder (Lewandowski), ganó el Barça después de jugar mal en una noche que también se llevó por delante a Piqué, quien vio la roja sin jugar ni un solo minuto. Y ganó el Barça con una defensa de zurdos (Balde, Marcos Alonso, Chadi Riad y Jordi Alba) que sostuvo el chiringuito en momentos de máxima turbulencia.

Pero todo cambió cuando el elegante neerlandés alzó la cabeza, tal si fuera el Koeman moderno, y llevó el balón a la cabeza de Raphinha para hacer que el Barça no perdiera la cabeza en Pamplona. 

Partido polémico con Gil Manzano

 Y eso que el equipo de Xavi al inicio no compareció en El Sadar. Cuando lo hizo ya perdía. Se enredó a sí mismo, incapaz de entender lo que demandaba tan exigente partido. Se tomó casi 20 minutos de asueto ante un agresivo, ordenado y, sobre todo, inteligente Osasuna. Tanto que sometió al equipo de Xavi en un excelente inicio donde quedaron retratadas todas las debilidades. Simbolizadas en tres errores de Busquets. El primero provocó un doble disparo navarro que acabó en córner. Córner que no era y señaló Gil Manzano. Córner que provocó el gol de David García con otro error de Busquets, aunque existió una falta previa sobre Marcos Alonso. Falta que tampoco vio el colegiado extremeño. Ni tampoco el VAR, lo que desquició a Xavi. Y a todo el barcelonismo.

El tanto subió al marcador del moderno y reluciente estadio del Sadar, mientras Busquets, en una trilogía tan extraña como inusual, completaba el tercer error en la frontal del área que casi provoca una taquicardia a Ter Stegen.

No comparecía el Barcelona y Osasuna disfrutaba de una noche redonda completada también con la expulsión de Lewandowski, quien en apenas media hora vio dos tarjetas amarillas. Tarjetas que delataban la falta de control emocional del delantero polaco, incapaz de adecuarse a lo que exigía la jugada. Y para alguien como él, tipo experto y con oficio, no es tolerable ese fallo que dejó al Barça con 10 jugadores provocando que acabada la primera parte se viera una escena atípica con Piqué abandonando el banquillo para ir a buscar a Gil Manzano al centro del terreno de juego. Le fue a comer la oreja al árbitro, quien ya tiene en su hoja de expedientes de expulsados a Messi, Neymar, Suárez y ahora Lewandowski. Y, además, a Piqué, a quien enseñó también la roja en el pasillo de vestuarios. Se despidió el central en su último partido del fútbol con una expulsión a escondidas. 

Piqué, expulsado sin jugar

Aunque el problema no era solo arbitral sino también del propio Barça, que permitió a David García cabecear en la frontal del área pequeña sin necesidad siquiera de levantar los pies del césped. Ni saltó el central de Osasuna. ¿Para qué? Quedó abonado el territorio con la falta de Unai García a Marcos Alonso que no vio Gil Manzano, ni tampoco quiso chequear el VAR, fusionada con la pasividad de Busquets, una combinación letal para el Barça.

Quedó consumido el equipo de Xavi por su ira hacia el colegiado sin enhebrar un juego armónico y fluído. Curiosamente, al quedarse con 10, se entonaron los azulgranas porque ocuparon, ¡quién lo iba a decir!, mucho mejor los espacios estableciendo una red de seguridad. Con Piqué ya expulsado, el Barcelona entró en el partido en la segunda mitad como no lo hizo en la primera.

Con la intención y el fútbol que no exhibió antes. Así llegó el tanto del empate gracias a una veloz internada de Jordi Alba por la banda izquierda que encontró la complicidad de Ferran Torres, el nueve de emergencia tras la roja a Lewandowski, permitiendo que la pelota quedara muerta en el área navarra. Apareció entonces Pedri con toda la calma del mundo para elegir la ruta más sinuosa y compleja en su disparo. Tenía el costado izquierdo de Aitor Fernández, el meta de Osasuna, totalmente vacio para enviar allí el balón. Pero escogió el derecho donde había dos defensas navarros y el portero. La pelota, caprichosa ella, se burló de los tres rivales para alegría de Pedri, que reanimó a un moribundo Barça.

Jugó, ahora sí, como exigía la noche exhausto por tanto esfuerzo físico por su inferioridad numérica. A Xavi le costó meter mano en un equipo gastado de tanto correr, improvisado de tal manera que terminó con una defensa absolutamente precaria: Balde era el lateral derecho siendo zurdo. Frenkie de Jong jugó de central diestro mientras Marcos Alonso era el zurdo y solo Alba, como lateral izquierdo, estaba en su posición natural. O sea, tres zurdos en una línea de cuatro, con Osasuna acumulando delanteros incluyendo a Kike García primero y después a Budimir. Al final, fueron cuatro zurdos con Chadi Riad, otro joven del Barça B que debutaba. Y también es zurdo.

Pero Osasuna no descifró la sabiduría de Frenkie de Jong, transformado en la réplica moderna de Koeman, con un maravilloso pase en diagonal desde campo aún azulgrana. A tan maravillosa asistencia le dio el valor que merecía Raphinha con un preciso cabezazo que sobrevoló por el cielo de Pamplona esquivando la salida de Aitor Fernández para marcar un gol que vale mucho más que tres puntos.

OSASUNA 1- BARCELONA 2

OSASUNA: Aitor (7), Vidal (5), Unai (4), David García (5), Cruz ();Rubén (), Moncayola (), Torró (), Moi Gómez (); Oroz (), Ávila (). Técnico: Jagoba Arrasate (). Cambios: Kike () por Torró (m. 59); Brasanac () por Oroz (m. 74); Peña () por Rubén (m. 74); Budimir (sc) por Ávila (m. 83); Barja (sc) por Moi Gómez (m. 83).

BARCELONA: Ter Stegen (7); Balde (8), Christensen (5), Marcos (5); Alba (6); Pedri (6), Busquets (4), De Jong (7);Dembélé (4), Lewandowski (3), Ferran (4). Técnico: Xavi Hernández (6). Cambios: Gavi (6) por Christensen (m. 74); Ansu (6) por Ferran (m. 78); Raphinha (8) por Dembélé (m. 78); Chadi Riad (s.c.) por Pedri (m. 89).

GOLES: 1-0, David García (m. 6); 1-1, Pedri (m. 48; 1-2, Frenkie de Jong (m. 85)

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