Martina Terré, la nueva guardiana de la selección de waterpolo

 La guardameta de 20 años fue decisiva con tres paradas en la tanda de penaltis para conquistar el título de la Liga Mundial tras una apasionante final ante Hungría

 “No me paro mucho a pensar en lo conseguido, soy más del día a día. Pero es increíble: hace seis años le pedía fotos a Maica y a Laura”, valora la jugadora del CN Sant Andreu

martina terré buena

martina terré buena / RFEN

Luis Mendiola

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Con solo 20 años, Martina Terré (Barcelona, 2002) ya se ha ganado un hueco en la brillante historia de la selección española de waterpolo. Su actuación en la portería fue decisiva para que España levantara este fin de semana el título de la Liga Mundial y eso le supuso además la elección como mejor guardameta del torneo.

El equilibrio marcó la final frente a Hungría (empate a 11 al final del tiempo reglamentario) y el partido tuvo que decidirse en la tanda de penaltis que se alargó hasta el 8-7. Terré detuvo tres lanzamientos y selló el primer triunfo español en esta competición, aunque la incertidumbre se prolongó unos segundos, ya que los árbitros consultaron el VAR antes de decretar que el último disparo húngaro, desviado por la guardameta española, no acabó de rebasar la línea de gol.

“Fue una final increíble, de muchísima exigencia física y un enorme desgaste, un partido muy duro por momentos”, admite Terré, en una conversación con El Periódico. “Lo celebramos, pero tampoco tuvimos mucho margen, porque volvíamos rápido y todas tenemos que regresar a la dinámica de los clubs porque estamos en medio de la Liga”, explica la barcelonesa, integrante de la generación que ganó el Mundial júnior hace un año en Israel y que ha acelerado la renovación de la absoluta. En ese grupo se incluyen Elena Ruiz, Nona Pérez, Cristina Nogué, Paula Camus y María Palacio, que ha sido la última en incorporarse.

Martina Terré recibe el premio a la mejor guardameta de la Liga Mundial

Martina Terré recibe el premio a la mejor guardameta de la Liga Mundial / RFEN

La guardameta del CN Sant Andreu reconoce que es “un honor” a nivel personal el título de mejor guardameta, como ya lo fue del Europeo, pero su actuación personal no la dejó satisfecha del todo. “Empecé mal, es verdad que al final los penaltis se me dieron bien, pero durante el partido no me reconocía”, admite en tono crítico y desvela que no suele ponerse nerviosa, pero que acabó muy tensa en la muerte súbita en los penaltis. “En esos momentos, ves que toda la responsabilidad recae sobre tí. Por suerte, paré ese último penalti”, admite y explica que una gran parte del mérito recae en Laura Ester, la guardameta del CN Sabadell, con la que comparte la portería de la selección. “Es mi máximo apoyo en cada partido. Sabe muchísimo, conoce a todas las rivales, me ayuda a llevar la presión, me da consejos durante el partido…”, descubre.

"Un año redondo"

El triunfo en la Liga Mundial redondea un año memorable para Terré y también para el equipo de Miki Oca, campeón de Europa este pasado verano en Split, y prolonga el momento dulce de la selección que ya se colgó la plata olímpica en los Juegos de Tokio en 2021. “Ha sido un año único, pero también muy duro, de mucho trabajo y concentraciones”, explica. Martina se estrenó en la selección en el Mundial de Hungría y ya se ha convertido en una fija en la lista de Oca. “No me he parado a pensar mucho en lo que he conseguido, soy más del día a día y entras en la dinámica de un equipo que llega a los torneos con la mentalidad de ganar. Pero es increíble: hace seis años, yo iba a verlas jugar, y le pedía fotos a Maica (García) a Laura (Ester) y ahora estoy con ellas”, cuenta.  

Lo sorprendente es que llegó al waterpolo casi por casualidad. Empezó en la gimnasia, se pasó a la natación y después al waterpolo y al ver el nivel físico y de contacto, acabó por encontrarle el gusto a ponerse en la portería.

Fue su padre, bombero de profesión, estudiante de INEF y propietario de un gimnasio, quien la empujó a ella y a sus hermanas a practicar el deporte. La mayor (21 años) juega a baloncesto en el Vedruna Gracia y la pequeña (18) juega a waterpolo de portera en el CN Catalunya y también apunta alto.

“Las dos nos ayudamos mucho”, cuenta la guardameta internacional, que compagina su vida en el waterpolo con un grado de Estudios Globales de inglés en la Pompeu Fabra. “Sé que esto no es fútbol. Es un deporte minoritario, aunque también gane títulos mundiales y Champions y habrá un momento en el que el waterpolo se acabará”, dice Martina, cuya brillante carrera no ha hecho más que despegar.   

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