ATLETISMO

Noah Lyles se acerca a Usain Bolt en los 200

Noah Lyles.

Noah Lyles.

Gerardo Prieto

Gerardo Prieto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Noah Lyles ha vuelto, y de que manera. Tras una floja temporada en 2022, sacudido por sus problemas mentales y por el decepcionante bronce en los Juegos de Tokio, el velocista de Gainsville, Florida, se rasgó ayer la camiseta de las barras y estrellas de pura alegría - como Camarón con su camisa cuando venía de casamiento- pletórico con su medalla de oro en la final de 200 y, sobre todo, con su nueva plusmarca estadounidense de 200 metros (19.31).

Lyles voló hasta la tercera marca de siempre en el doble hectómetro, adelantando nada más y nada menos que a Michael Johnson y su plusmarca en Atlanta-96. El récord tuvo incluso un plus de suspense. El marcador de pista reflejaba 19.32, lo que le igualaba a Johnson, no le superaba. Luego fue corregido, 19.31, una centésima menos para que la fiesta Noah Lyles se desatara por completo.

Un récord sideral

A su extraordinaria media vuelta a la pista solo le faltó el tope del pastel, la plusmarca universal que de momento parece imposible de superar, aunque por fin alguien se acerca al añorado Usain Bolt y sus 19.19 en Berlín, cuando se van a cumplir 13 años de su récord sideral. 

Lyles se coloca a 13 centésimas del astro jamaicano. En medio está Yohan Blake y sus 19.26, el único atleta que en algún momento pareció que iba a alcanzar al Rayo.

El esprinter preparado por Lance Brauman en Arkansas no dio opción a seguir su estela en una final doméstica, corriendo la curva con la facilidad y el control de un Don Quarrie del Siglo XX, más una recta pletórica en la que sus team mates, Kenneth Bednarek (19.77) y el teenager Erriyon Knighton (19,80) solo pudieron adelantarle a la hora de subir al podio, logrando el pleno para Estados Unidos en 200, como ya sucediera en el 100. 

Knigthon, 18, se convierte en el medallista más joven de la historia en los 200 metros, en una noche mágica para la velocidad estadounidense, el primer país que consigue pleno en 100 y 200 en unos mundiales.

Jackson y el récord de Griffith

Mientras el país anfitrión se reparte las medallas en la velocidad, Jamaica sigue prácticamente desaparecida en hombres, pero aguanta y con mucho éxito en mujeres, con Shericka Jackson rompiendo el récord de los campeonatos con 21.45 para ganar la final de 200, escoltada por la flamante campeona de 100 metros, Sehelly-Ann Fraser-Pryce, que sumó su duodécima medalla en mundiales.

Jackson también se sitúa cerca del tope universal, a 11 centésimas del récord de 200 de Florence Giffith, una plusmarca que ya dura demasiado, va para 34 años. La de Bolt apenas cumple unos adolescentes 13 y Lyles, sueña ya con romper ese tope. "Verdaderamente estoy para récord mundial, aunque inmensamente feliz de haber superado el de Michael", afirmó pletórico el flamante campeón, seguramente llevado por la euforia del momento.

Lyles supo montar su particular y carismático show sobre la pista, animando al público con sus gritos, se pudo ver que disfrutando de lo lindo, como hacía el inimitable jamaicano. 

Por fortuna, no era el mismo Lyles que en Tokyo, aquel esprinter cabreado como un mono por su segunda derrota, en unos Juegos Olímpicos y sin público. "He dejado atrás mis temores y recuperado la chispa y la alegría por competir. Antes me presionaba, recuerdo sentirme muy solo en el Mundial de Doha, ahora simplemente intento disfrutar de lo que hago", reveló el velocista que el próximo lunes cumplirá los 25.

Derrotado por Knighton en los trials hace tan poco más de un mes, sin duda Lyles ha mostrado esta vez su mejor cara en el momento más oportuno.