LA EUROCOPA FEMENINA

La profesionalización del fútbol femenino, un reto de largo recorrido

El fútbol femenino español comenzará la próxima temporada la primera competición profesional de su historia. Pero para que lo sea de verdad, todavía deben mejorarse muchos aspectos del convenio

Un Atlético de Madrid-Sevilla femenino.

Un Atlético de Madrid-Sevilla femenino.

Inés Sánchez

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La Eurocopa llega con grandes expectativas para la selección española. Una temporada de récords alienta la fe en el equipo, pero la realidad económica no es tan idílica. Con el nuevo acuerdo de la selección para igualar los porcentajes de primas y la liga profesional en el horizonte el escenario parece positivo, pero para que lo sea, la nueva liga deberá aportar cambios bastante más transcendentales que una nueva denominación.

El panorama incita a confiar, pero no la experiencia. “Este año, en teoría, seremos profesionales. Pero es algo que tiene que demostrarse y no quedar en una palabra. Las jugadoras debemos tener deberes y derechos pero estando respaldadas por las entidades”, explica a este diario Patri Ojeda, futbolista del Sporting de Huelva.

Las futbolistas esperan que la nueva competición venga acompañada de un convenio colectivo mejorado. El actual todavía tiene muchos aspectos que modificar. “Esperamos que se valore a las jugadoras con un convenio digno y en condiciones”, cuenta a EL PERIÓDICO Amanda Gutiérrez, abogada y presidenta de FutPro, sindicato de las futbolistas.

"Si la liga aprovecha la oportunidad, la igualdad no era una utopía. Pero si la gestión sigue siendo la de ahora, me temo que lo será”, aseguró Amanda Gutierrez, presidenta de Futpro

El objetivo, para ellas, está claro. “Que las jugadoras no tengan que estar pluriempleadas o sufriendo por lo que pasará cuando terminen su carrera deportiva. No podemos pensar que nuestras jugadoras valen 1000 euros al mes”, añadió. Unas palabras muy similares a las de la futbolista del Sporting: “Lo más importante es que nos traten como futbolistas de élite, como profesionales. Hay clubes, como el nuestro, que necesitan más apoyos del CSD, empresas y federación”, sentenció.

Un futuro incierto

La mayoría de las futbolistas son conscientes de que podrán vivir del fútbol lo que dure su carrera deportiva. Alexia Putellas, la mejor jugadora del mundo, cobra 150.000 euros anuales, el sueldo mínimo de la primera división masculina. Por ello hay muchas futbolistas con carreras universitarias. Incluso las de la última generación, que han crecido con un panorama alentador, siguen formándose. Ejemplo de ello son Bruna Vilamala, Jana Fernández y Laia Codina, que estudian psicología, publicidad y periodismo.

"El objetivo, para ellas, está claro. Que las jugadoras no tengan que estar pluriempleadas o sufriendo por lo que pasará cuando terminen su carrera deportiva"

— Amanda Gutiérrez, directora de Futpro, el sindicato de las futbolistas

Una de estas voces es la de Patri Ojeda. “Tengo el grado de CAFD y estoy estudiando un máster. Sabemos que no podemos vivir del fútbol eternamente. Los sueldos que tenemos, al no tener ayudas ni patrocinios suficientes, hace que el día de mañana no podamos vivir de esto”, explicó. “Uno de los puntos que no entiendo es que no tengamos facilidades. Considero que siendo futbolistas de primera división deberían considerarnos, como mínimo, de alto rendimiento. Es algo que no tenemos si no eres internacional”, reveló.

Otro de los casos es el de Paula Nicart, que compaginó durante ocho años los estudios de medicina con su carrera deportiva. La exjugadora del Sevilla colgó las botas a final de temporada tras pasar cinco veces por quirófano. “No me supone ningún pavor porque sé el camino a seguir. Pero hay muchas jugadoras que han dedicado toda su vida al fútbol”, detalla. “Requiere mucho sacrificio a nivel mental, de tiempo y físico. No es lo mismo ponerte a estudiar con el cansancio que generan dos entrenamientos al día y tres horas en la ciudad deportiva”.

La situación ahora es muy distinta a la de hace ocho años, cuando inició sus estudios universitarios. “En Valencia la mayoría se lo tomaba como un hobby. Incluso un profesor de fisiología me dijo que antes que nada tenía que ser médico”, aseguró. “Tenía 19 años y el fútbol también era mi trabajo. Era internacional y alguna facilidad tenía que tener”, aseguró. En su caso, la situación del fútbol femenino no fue la que le animó a estudiar. “Tenía claro que era mi plan A de vida. Conforme me fui haciendo mayor, vi que la profesionalización del fútbol sí podía llegar, aunque las condiciones en las que trabajamos te obligan a tener otro plan de vida", señala la exfutbolista del Sevilla. 

Visibilidad y derechos televisivos

La otra batalla del  fútbol femenino es la incesable pugna por los derechos televisivos. En las dos últimas temporadas, a pesar de que se ha multiplicado la visibilidad mediática, la mayoría de partidos no podían seguirse por televisión. “Hemos dado un paso atrás", dice Patri Ojeda. Uno de los mejores ejemplos, y más cercanos, es la liga inglesa, donde la progresión futbolística del país sí ha venido acompañada de una promoción mucho mejor que la de España: “Hicieron una fuerte inversión, crearon una plataforma de streaming para ver los partidos de la liga en cualquier parte del mundo”, cuenta. “En España tenemos tantas peleas entre instituciones -CSD, Liga y federaciones-, todos relacionados con el fútbol masculino y que usan al femenino para dañarse entre ellos”, denuncia Amanda Gutiérrez.

Ese fue el aliciente para la creación de Futpro. “Las futbolistas estaban cansadas de unos organismos a los que solo les preocupaba el masculino y que les destinaban las migajas del tiempo y el dinero”, aclara. Con un sindicato formado, a excepción de Amanda, por futbolistas profesionales, se aseguran dar pasos hacia adelante. “Intentamos tener a una representante de cada equipo para saber qué es lo que necesitan y qué tenemos que pelear”, añadió.

Nueva liga profesional

Para que la nueva competición funcione hay tres aspectos clave. Además de la mejora del convenio, y la resolución de los derechos audiovisuales, es necesaria una buena gestión económica.  “Son esenciales los patrocinadores, el ‘naming’, y todo lo que es el márketing de la nueva liga. Tenemos que saber vender nuestro producto. Hay empresas que están dispuestas a pagar mucho dinero, pero veremos si la gestión de la nueva liga es capaz de perder oportunidades o de verdad apuesta en serio”, asegura Gutiérrez. “Si somos capaces de vender nuestro producto y paralelamente hacemos un buen convenio colectivo, podremos tener esa infraestructura que necesitamos para que se sume al nivel deportivo y podamos tratar de tu a tu a las grandes ligas”. 

“Este año, en teoría, seremos profesionales. Pero es algo que tiene que demostrarse y no quedar en una palabra. Las jugadoras debemos tener deberes y derechos pero estando respaldadas por las entidades”

— Patri Ojeda, jugadora del Sporting de Huelva

Además de la nueva liga, será necesaria la profesionalización real de los equipos que conforman la primera división. “De nada sirve tener una liga profesional si hay clubes que no tienen la sección profesionalizada”, explicó Amanda. Y es que hay equipos, que a pesar de tener presupuesto para ello, siguen sin apostar por la sección femenina.  Estos clubes tienen con el conjunto azulgrana el ejemplo de un equipo que ha logrado alcanzar el éxito sin un presupuesto estratosférico. “Es el ejemplo perfecto para los que tienen ese respaldo económico. No se entiende cómo no lo están haciendo ya”, se sincera Amanda. “Sin haber tenido que fichar a media plantilla, manteniendo la misma estructura y dotándolas de infraestructuras y tratándolas como un activo muy valioso, están rompiendo barreras”, concluye. 

El problema es que no todos los equipos tienen la capacidad económica para ello. “Hay clubes que solo tienen sección femenina. A esos clubes hay que ayudarlos más porque si no desaparecerán. Son los que llevan años peleando por el fútbol femenino y los que más soporte y recursos necesitan”, afirma la presidenta de FutPro. Ejemplo de ello es el Sporting de Huelva, que lleva 17 años en primera sobreponiéndose a clubes con un presupuesto mucho mayor. “Nosotras tenemos que hacer un doble esfuerzo al no estar respaldadas por un club masculino”, afirma Patri Ojeda.  “Hacemos muchos desplazamientos en autobús y no tenemos un campo propio. Las ayudas de este año nos permitirá mejorar las infraestructuras y el año que viene ya jugaremos en un estadio. Esto también da otra visibilidad. Los equipos independientes son los que han luchado por tener lo que tenemos”, declara la jugadora del Sporting.

Con la evolución de la liga, y la falta de apoyos es más complicada la situación de clubes modestos: “Cada vez es más exigente la liga y se necesitan más medios para poder luchar contra el resto. Si se da visibilidad, si se profesionaliza la liga y se ayuda con las infraestructuras, podremos crecer. Pero es complicado equipararse con equipos que tienen un club grande detrás como Barça, Atlético o Real Madrid”, finaliza Ojeda.

Y es que, para lograr la ansiada profesionalización, el panorama no puede seguir inmóvil. “Si esta liga hace el cambio de mentalidad que necesitamos podemos llegar a la igualdad. Tenemos el producto, tenemos el talento y tenemos la infraestructura. Si la liga aprovecha la oportunidad, la igualdad no era una utopía. Pero si la gestión sigue siendo la de ahora, me temo que lo será”, remata Amanda Gutiérrez.

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