El murciano Mariano García se proclama campeón de 800 metros en el Mundial 'indoor' de Belgrado

"!Mariano, la moto!". A Mariano García, el flamante campeón del mundo de 800 metros en pista cubierta (1.46.20), le gusta arrancar la moto antes de echarse a correr y que sus vecinos o amigos le jaleen mientras da vueltas a su peculiar circuito de Fuente del Álamo. Es su gesto, su manera de prepararse para enfrentarse a duras jornadas de entrenamiento y, en esta ocasión en Belgrado, a los mejores del mundo. 

El corredor murciano ya había avisado de sus posibilidades corriendo una semifinal de libro. En la final salió reservando gas para disputar a cara de perro, de atrás adelante, el oro mundialista de 800 metros junto a otro atleta vestido de rojo, el salmantino Álvaro de Arriba, más experimentado y con un título continental al proclamarse campeón de Europa bajo techo en Glasgow 2019. 

Lección magistral

García ofreció una lección magistral de cómo correr 8 rectas y 8 curvas, peraltadas, remontando con cambios de ritmo precisos y oportunos desde la última posición hasta plantarse primero en la última vuelta. Y a partir de ahí aguantar, enseñando el colmillo al verse atacado en la recta de llegada por el keniano Noah Kibet (segundo con 1.46.35), que corre con las piernas, pero parecía dispuesto a cazar al español con los brazos. 

De Arriba, que adelantó hasta la cuarta posición al final, acusó el esfuerzo de una semifinal complicada, aunque a punto estuvo de acompañar a García en el podio.

Pese a un curriculum hasta ayer vacío de metales en la alta competición, el oro de Mariano García no causa sorpresa alguna dada su progresión. A la capital serbia llegaba como líder del invierno en la distancia, gracias a la victoria con 1.45.12 en los Milrose Games de Staten Island. El español contaba en todos los pronósticos para lograr un podio como mínimo, máxime tras su exhibición en la semifinal de la jornada anterior. 

El perro de la esquina

El arma más poderosa del murciano de 25 años es la facilidad para los cambios de ritmo en una distancia que se corre en la calle libre, con chispa suficiente para adelantar a sus rivales en cada vuelta. El corredor de Fuente del Álamo cuenta que siendo chico un perro que vivía en la esquina de su casa le obligaba a esprintar cada día y que eso le enseñó a salir por piernas de cualquier situación, más rápido de lo habitual.

"Me he acordado de todo el trabajo que le echado estos últimos meses. Y me he dicho, aquí a tirar hasta que muera", señaló García tras su victoria, abrazado a Álvaro de Arriba y recordando su mala suerte cuando una apendicitis le impidió optar a los Juegos Olímpicos de Tokio. 

García logra la tercera medalla de oro para la atletismo español en los mundiales bajo techo, tras la de Colomán Trabado en la misma distancia, los 800, y la de Manolo Martínez en lanzamiento de peso, rompiendo una racha de escasez de victorias que lastraba un estimable medallero de 38 metales en 17 ocasiones, 39 sumando el oro del atleta murciano en Belgrado.