El deporte responde a la guerra

La FIFA expulsa a Rusia del Mundial de Qatar

La UEFA también excluye al Spartak de Moscú de la Europa League y rompe el contrato con Gazprom, de unos 40 millones anuales.

Las últimas noticias sobre el conflicto bélico que se vive en Ucrania tras la invasión rusa, en directo

Una alineación de la selección rusa de fútbol.

Una alineación de la selección rusa de fútbol. / EP

Sergi López-Egea

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LA FIFA se aplicó con toda la dureza que se le exigía al dejar a la selección rusa fuera del Mundial de fútbol, que se juega en Qatar el próximo otoño. La federación internacional corrigió así la tibieza con la que se había pronunciado el domingo al permitir a los futbolistas rusos competir y jugar con su selección, con una suave sanción al privarlos de himno, bandera y deportarlos de sus estadios, pero que parecía más una colleja que un castigo ejemplar como respuesta a la guerra de Ucrania.

En un corto y contundente comunicado conjunto, FIFA y UEFA cerraron las puertas del fútbol internacional a la selección de Vladimir Putin y a los equipos representativos del país que ha invadido Ucrania. "La FIFA y la UEFA han suspendido hasta nuevo aviso a la selección rusa y a todos los clubs de participar en cualquier competición".

La medida afectó también al Spartak de Moscú, único conjunto ruso que disputaba todavía una competición continental, al expulsarlo de los octavos de final de la Europa League. El conjunto moscovita tenía que jugar el jueves 10 de marzo contra el Leipzig, en Alemania, un encuentro que ya no se disputará. Asimismo, la selección femenina rusa queda apartada de la Eurocopa que debe disputarse en julio en Inglaterra.

Deberes a medio hacer

El domingo, la FIFA se había quedado con los deberes a medio hacer. Su voz había sonado afónica, lo que había provocado una cadena de protestas de varias federaciones. Este lunes, en una intensa mañana, la federación internacional comenzó a ver con preocupación que el Mundial de Qatar, aunque todavía faltan casi nueve meses para su celebración, podía entrar en peligro, sobre todo si el conjunto ruso salvaba la repesca con éxito.

La FIFA quiso el domingo abrir negociaciones con las federaciones de Polonia, Suecia y República Checa, que eran rivales de Rusia y que antes de la guerra se debían jugar una plaza para Qatar. Los tres equipos se habían negado a jugar contra Rusia. Lejos de cambiar de opinión otras federaciones se sumaron al boicot.

Inglaterra, Albania, Dinamarca, Irlanda, Noruega, Escocia, Suiza, Francia y Gales se sumaron a una iniciativa siguiendo los pasos de polacos, suecos y checos. La Federación Española de Fútbol emitió por la tarde un comunicado en que apoyaba las medidas adoptadas por la UEFA.

Sin salida

No había otra salida. Rusia estaba condenada futbolísticamente. Putin, al menos sobre el terreno de juego, acababa de perder por goleada. Los comités de la FIFA y la UEFA se reunieron de urgencia y acordaron la expulsión. "El fútbol está totalmente unido en esta causa y muestra su solidaridad con el pueblo de Ucrania", añadieron ambas federaciones en un comunicado en el que también hicieron una llamada en favor de la paz.

La UEFA quiso ir todavía más lejos y no se conformó solo con dejar fuera al Spartak de la Europa League. El organismo continental decidió romper de forma unilateral el contrato que le unía a Gazprom, la principal compañía de gas rusa, y que era uno de sus principales patrocinadores, con al menos 40 millones de euros anuales, tanto en la Champions como en la Eurocopa.

"La ruptura del acuerdo tiene efecto inmediato y cubre todos los acuerdos existentes, incluyendo la UEFA Champions League, las competiciones de selecciones nacionales de la UEFA y la UEFA Euro 2024", indicó la federación europea en una nota posterior. Ya la semana pasada el Schalke 04 quitó la publicidad de la compañía gasista del frontal de sus camisetas.