Los JJOO de Pekín 2022

Entrevista a Ander Mirambell: “Ir a los Juegos es el premio, pero llevamos años haciendo maravillas”

El piloto de skeleton disfruta del éxito de su cuarta presencia olímpica en la que será uno de los abanderados del equipo español

Ander Mirambell

Ander Mirambell / John Bauer

Luis Mendiola

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“Tengo miedo de levantarme un día y que todo haya sido un sueño, por tantos momentos vividos, por la gente que he conocido, por cosas únicas”. A pocos días de competir en los Juegos Olímpicos de Pekín que se inauguran este viernes, Ander Mirambell (Calella, 17-02-1983) disfruta su momento. Su clasificación en la prueba de skeleton, una modalidad que de la que nadie hablaba en España antes de que él se lanzara a practicarla, ya es de por sí un éxito en la competición masculina. Pero la presencia en sus cuartos Juegos (“es que ya no es un milagro, son cuatro”, afirma orgulloso) da una dimensión asombrosa a la soñadora apuesta que realizó hace 17 años en contra de todos los pronósticos. Y su elección junto a la rider Queralt Castellet, como abanderados de la delegación española, que acude a Pekín con 14 deportistas, es la guinda al pastel que saboreará estos días.

Mirambell selló el billete para Pekín en la prueba de la Copa del Mundo disputada en Saint Moritz, para quedarse justo por detrás de Canadá o Suiza en el ránking mundial. En ese circuito, además, logró un nuevo récord histórico de velocidad (139,9 km/h.), poco después de superar el covid y perder casi dos kilos de masa muscular, lo que da aún más valor a su conquista. “Ir a mis cuartos Juegos es brutal y tiene un punto surrealista, porque no entraba en ninguno de mis sueños cuando empecé en 2005. Cuatro Juegos son muchos años estando entre los mejores. El premio es ir a los Juegos. Pero llevamos haciendo cosas maravillosas todos estos años”, valora el deportista español, en una conversación con El Periódico.

“Hay mucha ilusión y sacrificio. Mucha gente me preguntaba por qué. Pues para vivir momentos así. Valía la pena, sí”

Feliz por su logro y también por su elección como abanderado,  el reto de Mirambell ahora es superarse a si mismo, después de su 24º puesto en Vancouver-2010, el 26º en Sochi 2014 y el 23º en Pyong Chang 2018. “Me sale la adrenalina por las orejas. El cuerpo me pide ir a reventarlo todo a Pekín y luchar por el mejor resultado que haya hecho nunca”, cuenta.

Escribir su historia

Mirambell es un ejemplo más de la determinación que empuja a los deportistas a saltar barreras y a escribir su propia historia y convierte en icónica la imagen inicial de sus primeros pasos, cuando abandonó el atletismo y se adentró en un mundo desconocido, privado de recursos, y calzándose unas zapatillas customizadas con un rallador de queso en las suelas, para conseguir más agarre sobre el hielo. “La sensación cuando estás a ras del suelo con el trineo es maravillosa, como si pudieses despegar y salir volando”, remarca sobre su pasión por el skeleton.

Mirambell se lanza sobre su trineo, en una prueba del Mundial

Mirambell se lanza sobre su trineo, en una prueba del Mundial / IBSF

“Busco en Netflix y no veo ninguna historia así, la verdad. Hay mucha ilusión y sacrificio detrás. Mucha gente me preguntaba por qué hacía lo que hacía. Pues para vivir momentos así. Valía la pena, sí”, asegura el deportista barcelonés, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, con un Masters en dirección de fútbol, que trabajó, entre otros, para LaLiga al lado de Javier Tebas, y que se ha reinventado una y mil veces para seguir adelante con su sueño, entre otras cosas como comentarista de los partidos del Espanyol (del que es un declarado seguidor) del Bàsquet Manresa (de cuyo consejo de Administración formó parte tres años) o de Eurosport en estos Juegos cuando acabe su participación.

El ejemplo de su mujer

 “Ahora te das cuenta de que has hecho algo muy grande viviendo al lado de la playa, sin tener un trineo competitivo, sin tener una estructura profesional, sin una beca como los británicos de 40.000 a 60.000 euros por deportista. Buscándote la vida en el verano para mantener a la familia. Yo creo que todo lo que hay atrás, es mucho más importante que la punta de iceberg que es lo que se ve”, reflexiona Mirambell, que ha conseguido que su ejemplo arraigue. Ahora ejerce de director deportivo en la Federación de Deportes de Hielo y guía a un grupo de atletas en el CAR de Sant Cugat. “Dejar un legado es mucho mejor que unas medallas, que acaban llenándose de polvo”, reflexiona.

“Me sale la adrenalina por las orejas. El cuerpo me pide ir a reventarlo todo a Pekín y luchar por el mejor resultado que haya hecho nunca”

El ejemplo de su pareja, Irina Rodríguez, subcampeona olímpica de sincronizada en Pekín-2008, con la que tiene un hijo de apenas dos años, Kai, ha sido una referencia en su trabajo. “Ella entiende mejor que nadie lo que significa luchar por unos Juegos”, cuenta y explica que cuando acabe la cita de Pekín deberá sentarse con los suyos para ver cómo enfoca su futuro: si vale la pena luchar por seguir en activo hasta el Mundial del 2022 en Saint Moritz o da un paso al lado para escuchar algunas de las ofertas que llaman a su puerta para dirigir nuevos proyectos, fuera de España, que le mantengan unido a su pasión.

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