Queralt Castellet: "Aún tengo sueños por cumplir y uno es la medalla de los Juegos"

Bronce en la final de la Copa del mundo en Laax (Suiza), plata en los X Games que se han celebrado en Aspen (Colorado) en las dos últimas semanas, número uno del ránking mundial esta temporada, Queralt Castellet (Sabadell, 17 de junio de 1989), se presentará en los Juegos de invierno de Pekín, que se inaugurarán este próximo viernes, como una de las firmes candidatas al triunfo y la mejor baza del equipo español. Será la quinta aparición en la cita olímpica para la 'rider' catalana desde su debut en Turín, en el 2006, cuando solo contaba 16 años. El COE la ha escogido junto a Ander Mirambell para ser la abanderada, un rol que ya desempeñó en solitario en Vancouver-2010.

-Llega a los Juegos después de participar y colgarse la plata en los X Games. Como 'snowboarder' los X Games siempre han sido una competición importantísima para mí y cuando me han dado una invitación he acudido. Este año muchos 'riders' decidieron no venir para descansar y entrenar en algún lugar de cara a los Juegos. Por ejemplo, mis rivales chinas se fueron directamente a su país. Lo cierto es que en los X Games siempre he obtenido buenos resultados y ahora me han servido para preparar los Juegos. Lo he visto como algo positivo. Además, la estación de Aspen es como mi segunda casa, aunque el 'halfpipe' que tiene no se parece en nada al que me encontraré en Pekín.

-Acude a los Juegos, desde Estados Unidos, sin pisar España. En efecto, voy a ir directamente desde Estados Unidos por un doble motivo, porque el viaje es más corto y para minimizar riesgos por la pandemia. Hay que intentar estar lo menos posible en los aeropuertos y los aviones donde viaja mucha gente y tratar de estar protegida lo mejor posible, aunque al final un contagio es algo que no se puede evitar.

-¿Le aguardan muchos protocolos en China por el covid? El principal protocolo es que si coges el covid no puedes competir. Yo llevo dos vacunas pero en Navidad me contagié. Por lo menos ya tengo algo más de inmunidad, aunque esto al final no dice nada. En Pekín ya nos harán controles nada más llegar al aeropuerto. Además, habrá una APP con un seguimiento de salud.

-¿Lo paso muy mal cuando se contagió hace unas semanas? Qué va. No noté absolutamente nada. Di positivo al llegar a Barcelona y ya está. La verdad es que no me lo esperaba. Me hice un test porque quería juntarme con la familia ya que venía de Estados Unidos. Estuve una semana confinada pero luego ya pude entrenar.

-Ahora llegan los Juegos. Tengo muchísimas ganas. Es un evento que llevamos esperando desde hace mucho tiempo. Y porque, además, sobre la tabla siento que disfruto. A nivel técnico he llegado a un punto que me siento mejor que nunca y sé que puedo adaptarme a cualquier situación. Cada día que paso encima de la tabla me siento mejor y con muchísimas ganas.

-Usted es uno de estos deportistas que acostumbran a captar la gran atención mediática solo una vez cada cuatro años. Así es como funcionan las cosas. La visibilidad que tenemos es la que es y los Juegos se llevan todo el peso a nivel mediático. Luego se produce un silencio a lo largo de cuatro años. Así que cuando llegan los Juegos dicen: ‘Ah, mira, la Queralt otra vez’. Pero también es una manera de aprovecharlo. Lo bueno es poder sacar lo mejor de los Juegos y tratarlo de exprimir.

-Serán sus quintos Juegos. Toda una vida. La primera vez que vine tenía 16 años y sigo llevando esa misma ilusión. Tal vez no tenga la inocencia de entonces. Pero la pasión es la misma. En mis primeros Juegos estaba menos preparada, con ganas de aprender y llegar a donde estoy ahora, y mas allá. Muy contenta de estar en mis quintos Juegos y poderlo explicar de esta manera.

-Mientras tanto una vida dando vueltas por el mundo. Dándome cuenta de cómo ha cambiado el 'snowboard'. Cuando yo empecé era de otra manera, diferente al actual. Nadie, por aquel entonces, se podía imaginar la manera en la que ha crecido esta especialidad. El cambio técnico ha sido impresionante, superior a muchos otros deportes. Desde que tenía 16 años he visto a gente que empezaba y que ya se ha retirado. Es muy guay haber formado parte de esta progresión. Ha sido algo muy grande.

-¿La mejora ha sido mucho más importante entre las mujeres? Qué va. En los dos sentidos, tanto hombres como mujeres y se aplica en todos los factores y disciplinas del 'snowboard'. Ha mejorado la infraestructura creada alrededor de un 'rider'. Ahora debes especializarte en una sola disciplina y hacerlo al máximo. Antes podías pensar en varias modalidades a la vez. Actualmente precisas tener a tu lado, como mínimo, a un entrenador, a un preparador físico y a un fisio. Son los mínimos para poder moverte. Y si no te especializas para estar arriba, otra lo hará y te superará.

-¿Trabaja también con psicólogo? El psicólogo es como la nutrición; va más por temporadas. A veces, unas semanas y siempre depende de mi programa. Pero no lo uso de forma tan constante.

-También utiliza mucho la meditación. Cada una tiene sus herramientas y la meditación es muy importante para mí. Forma parte de mi entrenamiento y de mi día a día.

-A los 32 años, ¿ya hay que empezar a pensar en el día de mañana? No creo que deba plantearme ahora nada porque no se cómo me sentiré mañana. Es verdad que compito con rivales mucho más jóvenes. Pero es cuestión de salud y me siento mejor que nunca. Todo es un tema de motivación. Sin embargo, hay gente que se cansa. Yo, realmente, lo he tenido siempre claro. El día que deje de aprender, mejorar y progresar empezaré a pensar en el futuro, pero ahora disfruto tanto de mi momento que no me planteo nada, aunque creo que haré 'snow' toda la vida.

-Mientras tanto va creciendo su colección de medallas. Con 17 medallas, está a solo tres podido de Blanca Fernández Ochoa como la española con más podios en la Copa del Mundo. Es algo que me hace feliz. Hablar de lo que he conseguido me provoca mucho orgullo y me digo ‘guau’ lo que he podido lograr hasta ahora. Al final son como datos que van viniendo si estás al ciento por ciento y otros que ya llegarán.

-¿En España cree que se ven a los deportistas que se dedican a la nieve como bichos raros? A veces pienso y me digo que lo que hago y dónde estoy es porque tengo una pasión enorme, porque los obstáculos que puedes encontrarte siendo española y dedicándote al snowboard no son los mismos que si eres de otro país donde los deportes de invierno están más considerados. Yo siempre, desde pequeña, he tenido como un imán y unas sensaciones adictivas a este deporte. Es algo que me ha servido para llegar a donde lo he hecho. 

-Hay pocos 'halfpipe' en las estaciones españolas. Si hubiese instalaciones de alto nivel en España no estaría dando vueltas con mi maleta todo el año. Y eso que tenemos cantidad de terreno, montaña y nieve. Aunque no es solo en España, si no también en otros países. Los 'halfpipe' de alto nivel necesitan mucho trabajo para tenerlos a punto. Pero tampoco hay instalaciones para el snowboard de alto nivel. Para ser un país con tanta montaña y nieve estamos muy retrasados.

-Al principio hubo hasta cierto rechazo al 'snowboard' por parte de los esquiadores más tradicionales. En mis inicios había sitios donde el 'snowboard' no estaba ni permitido. Eso provocó alguna tensión, algo que a mí siempre me ha parecido muy divertido y que nunca he entendido. Al principio fue complicado. Ahora todo ha cambiado y en una estación están al 50 por ciento entre esquiadores y 'snowboarders'.

-¿Después de tantos años habrá ganado mucho dinero? Pues no. Todo lo que gano es para hacer lo que hago. Es así. No hay más. Ya no son futbolistas, sino rivales de otros países que hacen lo mismo que yo. Y si se les explico lo que gano, me dicen “tú estás fatal”. Muchas veces he viajado y he salido de casa para comenzar el circuito con el objetivo de ganar dinero en las competiciones para vivir todo el año.

-Entonces se puede afirmar que vive al día. Sí. Yo vivo al día. Cuando lo explico a otros 'snow' me dicen: ‘cómo puedes ir con la presión de ganar los premios’. Estoy todo el tiempo viajando y, obviamente, no voy a pueblos que son desconocidos; Aspen, por ejemplo, donde los gastos son elevados. El coste de las concentraciones es impensable. Siempre he de hacer una selección de mi programa para intentar reducir al máximo los gastos con la mínima inversión. Y es muy complicado porque yo pago a mis entrenadores.

-Tiene ayudas de la federación. Pero solo me sirven para las copas del mundo. La federación me da un dinero. Pero de ahí entra el precio del entrenador, preparador y fisio que puedo pagar por estas ayudas y por mis patrocinadores. 

-A los Juegos viaja con todos los gastos cubiertos. Pero solo cubren los míos no los de mi 'staff' que sigo pagando yo. Como digo me ayudan a que pueda acudir a estos eventos, me dan el dinero y yo me administro.

-¿Le faltan sueños deportivos que cumplir? Me faltan muchos sueños. uno de ellos es una medalla en los Juegos. Pero a nivel de resultados me gustaría conseguir un oro en un campeonato del mundo y un Globo de Cristal. También me faltan algunos otros podios. No puedo escoger un solo sueño. Son muchos sueños acumulados.

-Ahora tendrá el premio añadido de ser abanderada junto a Ander Mirambell. La vez que fui abanderada estaba un poco agobiada. Ahora me hace muchísima ilusión. Era algo que no me esperaba porque ya lo había sido antes. Pero ilusiona mucho llevar la bandera.

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