Abierto de Australia

Un inagotable Nadal atisba en Australia su 21º Grand Slam

El tenista balear peleará este domingo por el título con el ruso Medvedev, número 2 mundial y favorito de salida. 

Nadal celebra su triunfo ante Berrettini.

Nadal celebra su triunfo ante Berrettini. / AFP

Jaume Pujol-Galceran

Jaume Pujol-Galceran

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"Me siento vivo de nuevo". Esa sensación es para Rafael Nadal mucho más importante que ese 21 Grand Slam que podría conseguir si gana su segundo título en el Open de Australia. Lo decía feliz y con orgullo tras vencer a Mateo Berrettini por 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3. A las puertas de la historia. De convertirse en el más grande de todos los grandes, ante la posibilidad de romper el récord de 20 Grand Slams que comparte con Roger Federer y Novak Djokovic. 

No es habitual ver a Nadal lanzar la raqueta contra el suelo. Este viernes se tomó esa licencia en la Rod Laver Arena. Tenía motivos. Un mes y medio atrás no sabía si podría volver a jugar a tenis por esa lesión en el escafoides de su pie izquierdo que arrastra desde 2005 y que le apartó del circuito desde agosto del año pasado.

"Rafa es un animal. Lo que está haciendo es una locura", destacaba admirado John McEnroe en Eurosport, valorando el regreso del español a las pistas tras su lesión. 

Victoria 500 en rápida

Ante Berrettini sumó su victoria 500 en pista dura (en tierra tiene 462). Y lo hizo con una exhibición. Imponiéndose a un rival que se había atrevido a decir que "estaba seguro de poder ganarle". Pero 2 horas y 55 minutos después, el finalista de Wimbledon del año pasado y número 7 mundial se marchó cabizbajo a los vestuarios admitiendo que aún debe "aprender mucho de Nadal".

"Rafa es un animal. Lo que está haciendo es una locura"

— John McEnroe / Extenista

En la pista, el actual número 5 mundial le dominó de forma implacable, lo acosó contra las cuerdas, machacándole al revés y sin dejar reaccionar al tenista italiano, al que de poco le sirvió su poderoso saque (14 'aces' y 5 juegos en blanco) para plantarle cara. Solo pudo hacerlo en el tercer set. Pero Nadal no estaba dispuesto a ninguna sorpresa. En juego estaba la final.

Los peores días

Después de seis meses sin jugar, Nadal se presentaba en Melbourne con pocas expectativas de llegar muy lejos en el torneo que ganó en 2009. "Ha habido días en los que podía entrenar 20 minutos, otros 45 y otros muchos en los que no podía ni ir a pista. No diré que me merezco este premio, pero creo que he trabajado muy duro y eso ha sido clave para darme la oportunidad de volver", explicaba el tenista balear.

"No diré que me merezco este premio pero he trabajado muy duro para darme la oportunidad"

— Rafael Nadal

Nadal estará este domingo (09.30 horas, Eurosport) en la Rod Laver Arena para luchar por el título ante Daniil Medvedev (2 mundial), que derrotó a Stefanos Tsitsipas (4) por 7-6 (5), 4-6, 6-4 y 6-1. Será su 29ª final de Grand Slam desde que conquistara el primero en 2005. Una longevidad récord. Nada menos que 17 años entre la victoria de Roland Garros y la final del domingo. Federer tenía el anterior récord con 16 años entre el 2003 y 2019.

Disfrutar del tenis

A sus 35 años, Nadal, presenta su candidatura ante Medvedev, el rival más duro que podía esperar, después de que Novak Djokovic, que debía cruzarse en semifinales con él, fuera expulsado de Australia. El tenista moscovita, de 25 años, llega en gran forma tras ganar 18 de sus últimos 20 partidos, aunque Nadal le ha vencido en tres de las cuatro veces que se han cruzado, entre ellas la final del Abierto de Estados Unidos en 2019, cuando disputó su primera final de un Grand Slam. "Aquel partido fue épico. Aprendí mucho y me servirá para prepararme de cara a la final con Rafa".

Ante Tsitsipas, el tenista ruso sacó a relucir todo el potencial de su juego dominador. Medvedev se impuso en una batalla en la que fue de menos a más, en la que pasó de ganar un disputado ‘tie break’ (7-5) en el primer set a ceder solo un juego en la última manga. Con 13 'aces', 11 juegos ganados en blanco con un 86% con el primer saque y 39 golpes ganadores. 

Recuerdos de infancia

Medvedev, finalista el año pasado ante un Djokovic que lo borró de la pista, recordaba cuando en su infancia, con 10 años, le pegaba a la bola contra una pared imaginando que jugaba contra Nadal, Federer o Djokovic. "Ahora tengo la oportunidad de enfrentarme a ellos en una pista de verdad. Son muy fuertes, ¿eh? Es muy complicado llegar a la final, y siempre los tengo ahí esperándome", decía el ruso, consciente de que deberá prepararse muy bien para "dar lo máximo y ganar".

Una opinión que no compartía Toni Nadal que, en una entrevista en Eurosport, desde Manacor, se mostraba seguro de la victoria de su sobrino. "Pocas veces me defrauda Rafa y esta vez creo que levantará el título", afirmó.