La caída de la estrella blanca

Gareth Bale, de 'galáctico' a golfista desahogado

Su suplencia en la final de la Champions en Cardiff, su ciudad natal, abrió una brecha entre el galés y Zinedine Zidane. Desde entonces el futbolista ha enlazado lesiones y ha ido perdiendo relevancia, al tiempo que mejoraba su hándicap de golf y protagonizaba desencuentros con el club y la afición.

Gareth  Bale

Gareth Bale / @garethbale11

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Circula una broma recurrente sobre Bale por el vestuario del Real Madrid que afirma que “en los últimos años ha mejorado más su hándicap de golf que su palmarés”. Y tiene su punto de razón. El galés, al que el vestuario apoda 'El golfista', ha rebajado su hándicap de 6 a 3 mientras apenas sumaba una Liga y una Supercopa en las tres últimas temporadas.

Bale sigue sumido en la intrascendencia más absoluta, pasando de ser ‘el niño de bonito’ de Florentino a escuchar de boca del presidente: “Con Zidane te espera otro año en la grada. Así que acepta la cesión al Tottenham porque es lo mejor para todos”. El problema con Zizou tiene un punto de inflexión definitivo.

Cardiff, punto de inflexión

Media milla separa al 15 de Castle Street de la transitada Westgate Street, en el corazón de Cardiff. Es la distancia que hay entre el 'Eleven's Bar & Grill', que Gareth Bale abrió en mayo de 2017, y el Millenium, estadio en el que levantó la Copa de Europa con el Real Madrid apenas dos semanas después, el 3 de junio. Momentos felices en la carrera del galés, que en realidad marcan el inicio del declive futbolístico del delantero en el conjunto blanco. Gareth apenas jugó diez minutos en aquella final, en la que Zinedine Zidane tuvo el detalle de sacarle al campo, en su ciudad natal, en el minuto 82 por Isco. Los blancos ganaron 4-1 a la Juventus, pero Bale no tuvo ningún protagonismo.

Aquel mismo verano, mientras miles de clientes en Cardiff regaban la Eleven's Burger, una recomendable hamburguesa acompañada de bacon, aguacate, queso suizo, mermelada de tomate y chimichurri, con la 'Bale Ale', la cerveza a la que da nombre el futbolista, el Real Madrid sondeaba por primera vez la posibilidad de traspasarle. Gareth había llegado en 2013 al Real Madrid sumando goles y colaborando activamente en la consecución de 12 títulos.

“Vende a Bale”

Su relación con Zidane se había ido enfriando y el francés dejó clara su postura a Florentino: “Vende a Bale y quédate con Cristiano”. Pérez le desoyó hasta el punto de dedicar una de las frases más desafortunadas de su mandato a Cristiano: “Tú lo que tienes que hacer es ayudar a Bale a ganar el próximo Balón de Oro”. Aquello terminó de arruinar la tormentosa relación del presidente y el portugués, quien tomó como una afrenta el mensaje y ganó dos trofeos más de mejor jugador, por ninguno del galés.

Zidane, molesto con Florentino porque apostó abiertamente por Bale en detrimento de Cristiano, abandonó el banquillo madridista el 31 de mayo de 2018. Para entonces la relación entre Zidane y Bale era fría. Así que el regreso de Zizou en marzo de 2019 fue la peor de las noticias para el galés. Bale, que ya enlazaba lesiones y era un futbolista sin protagonismo, seguía sin hablar castellano y se mostraba más comprometido con Gales que con el Real Madrid.

Esa temporada, la de 2019, Gareth tomó la costumbre de abandonar el Bernabéu antes de finalizar los encuentros. Se limitaba a cumplir el código interno del club, que especifica que los futbolistas “deben acudir al vestuario antes del inicio del encuentro y permanecer en el Santiago Bernabéu, como mínimo, hasta que falten 10 minutos para que el choque concluya”. Y eso hizo Bale ante el Leganés, Betis, Galatasaray, Espanyol... Estaba más pendiente de ponerse a punto para los compromisos de su selección y de escaparse a su mansión de Gales, en el Valle de Glamorgan, donde mandó replicar tres hoyos emblemáticos del golf mundial:_el 17 de Sawgrass, el Sello Postal de Royal Troon y el 12 de Augusta.

Golf y deportivos

En Madrid ha vivido alquilado en la casa de Kaká, en cuyo garaje aparcaba alguno de los lujosos deportivos que colecciona como un Lamborghini Huracán, un Mercedes-AMG SLS o un Ferrari GTC4Lusso. O escaparse a un lujoso resort de Marbella con playa privada y un exclusivo campo de golf de 18 hoyos para los clientes. Una dolce vita que nunca ha estado dispuesto a sacrificar, como dejó claro su agente, Jonathan Barnett, en uno de sus últimos encuentros con José Ángel Sánchez, director general blanco: “Gareth tiene dos años más de contrato con el Real Madrid y los va a cumplir”. El mismo Barnett que denunciaba “un trato asqueroso de la afición madridista con Bale”.

El regreso de Ancelotti supuso una alegría para el galés, con quien mantiene buena relación. Bale arrancó la temporada marcando goles, algo que llevaba 600 días sin hacer. Pero una lesión en la corva le dejó dos meses parado. Gareth ha trabajado duro para recuperarse para la clasificación del Mundial con Gales, a los que ha acudido con el alta del Madrid, pero sin haber jugado un minuto en dos meses. Se aconsejaba que no jugase, pero lo hizo y ha regresado, de nuevo, lesionado muscularmente. Confirmando lo que todo el vestuario del Real Madrid sabía, Ancelotti sospechaba y Florentino se ha negado a ver durante años: Gales. Golf. Madrid.

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