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REAL BETIS 2 - 3 FC BARCELONA

El impacto Messi despertó hasta a Trincao

El argentino sale en la segunda mitad y guía a los suyos hacia un nuevo triunfo lejos de casa

Los jugadores del Barcelona celebran el tanto de Messi en el Villamarín

Los jugadores del Barcelona celebran el tanto de Messi en el Villamarín

Marcos López

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Dudó Víctor Ruiz, el central del Betis, y apareció por allí un joven portugués, tímido, apocado, hasta, a veces, invisible. Peleó por una pelota que pertenecía al central del Betis. Peleó como si le fuera realmente la vida en esa pelota porque entendía que, tal vez, ese disparo podría cambiarlo todo. Agarró el cuero y soltó un zurdazo espectacular, repelido incluso con potencia por el larguero para rubricar la victoria azulgrana. Una más en la Liga, 29 puntos de los 33 posibles, certificando que el Barça de Koeman tiene un espíriru realmente indomable. Aunque el partido lo ganó Messi, quien modificó el paisaje de una noche triste y aburrida por unos 45 minutos llenos de emociones y cambios de rumbo, dignos de un extraño guión cinematográfico. El impacto Messi despertó incluso hasta a Trincao.

Un nuevo fiel en la iglesia koemaniana, dispuesto como está el técnico a que se note su mano en un club que no tiene relato. Hizo una alineación pensando primero en la Copa, con mucho riesgo, dando descanso a sus vacas sagradas, cansadas como están en estos dos meses iniciales del 2021 llenos de partidos, con cuatro prórrogas incluidas. Nada trascendente sucedió en la primera mitad, con una apática unidad B del Barcelona, que no se ganó, en ningún momento, el jornal. Más bien, todo lo contrario. Deberían recortarle incluso una parte. Y, además, si algo podía empezar mal, acabó empezando incluso peor. 

Se le quedó el tobillo izquierdo atrás a Araujo y el Barça tembló. Abandonó el uruguayo cojeando el Benito Villamarín en un equipo lleno de decisiones atrevidas de Koeman, que le había dado descanso a Messi, Pedri y de Jong. Aunque tuviera que recurrir al exjugador del Ajax cuando se lesionó Araujo. Tenía a Umtiti en el banquillo. Pero escogió a Frenkie. Pudo desplazar a Mingueza al eje de la zaga y darle el lateral derecho a Dest. Pero escogió Koeman a Frenkie para convertirlo en provisional socio de Lenglet en el centro de la zaga. Todo un síntoma.

Cero tiros en 45 minutos

El Barça, que no cometió ni una sola falta en los primeros 45 minutos, obligaba al técnico a tomar notas sobre una pequeña libreta, ya en los instantes finales, antes de acudir al descanso. Necesitó Koeman reactivar a un equipo plano, insípido y sin alma, justo todo lo que había tenido en este extenuante inicio del 2021. Se fue al vestuario sin haber realizado ni un solo tiro a puerta, retrato de su mísera producción ofensiva en un ataque integrado por Griezmann, ubicado como falso nueve en la casa de Leo, sentado en la grada, escoltado por Dembélé (banda derecha) y Braithwaite (flanco izquierdo). Tenía el balón (gobernó la posesión en un 68%), pero no sabía qué hacer con él.

Errores defensivos

Además, en otro grave error defensivo encajó el gol de Borja Iglesias. Grave porque estaba atacando, con Mingueza, incrustado en el ataque, desatendiendo sus obligaciones en la banda, y el Betis en una rápida transición desnudó la debilidad colectiva azulgrana, con Emerson siendo más rápido que Jordi Alba, permitiendo descubrir el latifundio en el eje, donde nadie detectó al delantero centro del Betis. 

Ni rastro de De Jong, tampoco de Lenglet y Busquets, el último hombre,  llegó al área pequeña y decidió pararse en vez de luchar por ese balón como si fuera el último de su vida. Decidió pararse y levantar la mano reclamando fuera de juego. Que no lo era. Algo similar ocurrió en el segundo gol del Betis, otra falta lateral horriblemente defendida. Imperfecto como es este Barça, que ha encajado cinco goles en los dos últimos partidos, había un personaje que estaba dispuesto a cambiar todo para transformar una noche triste en unos 45 minutos divertidos. Apareció el jugador que todo cambia:Messi. 

Empujó Leo al Barça y empujó, sobre todo, al Betis hacia su área, incapaz de descodificar lo que había sucedido en los primeros 12 minutos de la aparición del astro. No entendía nada de lo que estaba sucediendo en el campo. Sabían que estaba Messi, pero no sabían cómo pararlo. Marcó el 1-1, con un zurdazo que despistó a Joel Robles. Pero la grandeza de su irrupción en el partido se midió en el 1-2 con un delicioso pase a Jordi Alba, que no supo rematar Griezmann, aunque la pelota, juguetona ella, topó en las piernas de Víctor Ruiz.

La propiedad intelectual del gol perteneció a Messi, dispuesto, además, a rebelarse en cualquier circunstancia. Fue capaz hasta de despertar al tímido y apocado Trincao, que se desperezó con un monumental zurdazo para demostrar que este Barça no se rinde nunca. Tiene alma el portugués.  

FICHA DEL PARTIDO

BETIS

Técnico: Manuel Pellegrini (5). Cambios: Rodri (5) por Ruibal (m. 65); Guido (5) por Akouokou (m. 75); Tello (5) por Juanmi (m. 76); Loren (s.c.) por Borja (m. 83); Canales (s.c.) por Fekir (m. 83).

BARÇA: Ter Stegen (6), Mingueza (5), Araujo (s.c.), Lenglet (5), Jordi Alba (6), Pjanic (3), Busquets (4), Riqui (4), Dembélé (5), Griezmann (5), Braithwaite (3).

Técnico: Koeman (7). Cambios: De Jong (5) por Araujo (m. 12); Pedri (6) por Braithwaite (m. 46); Messi (8) por Riqui (m. 57); Trincao (7) por Pjanic (m. 57); Umtiti (s. c.) por Busquets (m. 77).GOLES: 1-0 (m. 38), Borja Iglesias; 1-1 (m. 59), Messi; 1-2 (m. 68), V. Ruiz; 2-2 (m. 75) V. Ruiz; 2-3 (m. 87), Trincao.

ÁRBITRO: Del Cerro Grande (4), madrileño. 

TARJETAS: De Jong (47’), Dembélé (64’) Busquets (74’)V. Ruiz (77’).