El Barça gana el clásico con un Mirotic galáctico

No tuvo una resolución espectacular, de esas que dejan una canasta para el recuerdo, pero el clásico navideño de la Liga Endesa fue trepidante, con constantes alternativas, un festival ofensivo y una exhibición de Mirotic, que protagonizó la última gran acción defensiva de su equipo con un tapón, ya en el último minuto, cuando el Madrid amenazaba con devolver la emoción al partido.

El complemento de la demostración de juego de Mirotic para ganar fue el festival defensivo del Barça en el último cuarto, demasiado para un Madrid que aguantó el tirón tres cuartos, pero no consiguió prolongar la emoción hasta el final. Solo unos ataque erráticos de los culés camino al último minuto dieron esperanzas a los blancos, taponadas por Mirotic, que terminaron perdiendo por cinco puntos en su primera derrota, después de 15 partidos, en la competición doméstica. 

La satisfacción de Jasikevicius no debe tener límites, entre el buen rendimiento coral de su equipo bajo el liderazgo de Mirotic (25 puntos y 10 rebotes) y que la sentencia del partido llegó desde el buen rendimiento defensivo en los minutos decisivos. «Estuvimos muy disciplinados, merecimos esta victoria», dijo el técnico. 

El partido había sido extremadamente igualado, con empate a 46 al descanso y con la máxima ventaja antes del último cuarto en cinco puntos, a favor del Barça antes del descanso. Pero el Madrid se difuminó en el último cuarto, impotente ante el compromiso defensivo culé.

Ritmo trepidante

El inicio del partido no respondió a los guarismos bajos de los dos precedentes de la temporada. El ritmo fue trepidante y la anotación llegaba con fluidez, sobre todo para un Madrid que movía la pelota con vertiginosidad ante la impotencia de los exteriores del Barça. Del carro de los de Jasikevicius tiró casi en solitario Niko Mirotic, excelso en el tiro, rápido para superar los bloqueos con ventaja sobre su defensor y con 14 puntos al final del primer cuarto (9 el resto del equipo) para que el Barça se fuera por delante al primer parón. Buscó soluciones Jasikevicius para mantener una delantera en el marcador tan constante como exigua, y las encontró de la mano de la dirección de Calathes, que asistió con diligencia entre buenas acciones de Kuric, Oriola, Smits y, sobre todo, Cori Higgins. 

El Madrid intentaba neutralizar a Mirotic con la defensa de Gabriel Deck. «Gabi no cambia. Puedes correr, empujar, ayudar… pero no cambies», le decía Laso en un tiempo muerto al argentino, encargado solo de la defensa de Mirotic. A la vez, encontró puntos desde el lanzamiento más allá de la línea de tres, no siempre con tiros fáciles, sobre todo en la muñeca de Llull, con 11 puntos al descanso sin fallo desde el triple. «Han conseguido más canastas de tres que de dos, vamos a cambiar la defensa a ver cómo funciona», dijo Jasikevicus en Movistar antes del inicio de la segunda parte. 

Algo funcionó. Estuvo más de tres minutos sin anotar el Madrid al inicio del tercer cuarto, al tiempo que Mirotic se reivindicaba ante la defensa con tintes de desesperación de Deck, pero los ataques siguieron castigando sin misericordia a las defensas y se mantuvo una igualdad casi total, ligeramente a favor de un Barça que afrontó el cuarto final con un punto de ventaja. 

Se apuntaron al buen rendimiento colectivo de los de Jasikevicius Hanga desde el puesto de base, la lucha de Oriola y los puntos de Higgins, todo aderezado por el liderazgo de Mirotic en los dos lados de la cancha. 

Dio un paso adelante en intensidad y concentración el Barça en defensa, hasta conseguir la máxima ventaja con Smits y Pustovyi como pareja interior casi inédita. Llegaron minutos de zozobra en ataque del Madrid, con balones perdidos, malas decisiones y esos tiros erráticos que quería Jasikevicius con su defensa. Así consiguió el Barça una ventaja de diez puntos a cinco minutos para el final, un tesoro a tenor de la igualdad reinante en el partido.